lunes, 25 de noviembre de 2013

CHARLY GARCÍA HABLA DE SU SALUD DE SU PRÓXIMA PRESENTACIÓN Y DE COLOMBIA

Charly: "Dios está dentro de cada uno y no juzga ni castiga"


24/11/2013 | 08:17 En exclusiva con Cadena 3 dijo: "Líneas Paralelas es un espectáculo distinto a los de rock porque ya estaba un poco harto de eso". "Invito a los que quieran saber hasta dónde doy como músico".
Charly García se presenta el próximo sábado 30 en Orfeo Superdomo con su nuevo espectáculo "Líneas Paralelas-Artificio Imposible".
Tras su presentación en el Teatro Colón de la ciudad de Buenos Aires, Charly llegará a Córdoba en lo que será su única actuación en el interior del país.
Será con la misma orquesta que actuó en el Colón incluyendo también coros, su banda actual "The Prostitution", junto a artistas nacionales y extranjeros interpretando piezas especialmente escritas a la medida de cada uno. El espectáculo tiene una duración aproximada de 2 horas.
A días de su llegada a esta ciudad, el músico dialogó en exclusiva con Cadena 3 y contó de qué se trata este nuevo espectáculo. También repasó su relación con Palito Ortega y su concepción de Dios, además de las influencia que recibió su música a lo largo de su historia.
"Esta orquesta que armé es una novedad porque no es un grupo de rock sino que es la integración de instrumentos acústicos y clásicos con instrumentos que generan música por electricidad", definió el músico.
"Es la amalgama de dos máquinas: la máquina que inventó el tipo que hizo el Colón que tiene mil vericuetos por donde pasa la música y cómo se juntó con la electricidad y lo hizo de una manera impresionante".
Charly contó que cuando presentó este espectáculo en el Teatro Colón "se escucharon timbres o tonos que no se escuchan muy a menudo". "Estoy muy conforme cómo salió la ejecución y cómo los músicos se lo tomaron con respeto".
Charly también percibió que en esa amalgama de clásicos y rockeros "no hubo canchereadas del tipo: 'vos no sabés de música y yo sí, o yo te saco la partitura y vos no tocás nada'".
"Los músicos clásicos conocían perfecto mi música", contó Charly y señaló que Líneas Paralelas tiene "elementos subliminales o subtextos como se dice en teatro o cine".
"Además una concepción de espectáculo distinta al rock, porque yo estaba un poco harto de eso".
"Estaba un poco harto que todos los shows de rock son iguales, ahora es más coreografía que otra otra cosa"."Esto sale del cliché, y además tiene cosas teatrales", dijo.
En ese sentido, destacó la presencia de Jean Francois Casanova "que en escena representa la tercera, que es la nota que traté de usar poco para dar espacio a que en Líneas Paralelas haya silencio y él representa ese nota".
"Es re lindo y lo vamos a hacer con todo en Córdoba, porque Palazzo es muy fan mío y le va a poner todo", señaló Charly.
"Hay 50 artistas en el escenario. Es algo nuevo que como músico me llena de orgullo", agregó.
Charly también contó que como dirige la orquesta tocará en una especie de púlpito para no quedar de espalda al público.
El artista habló casi con devoción de sus músicos y de esta orquesta: "Cada uno sabe su parte, de oído o por partitura". "Cada uno genera su propio sonido, no hay masa, sino individualidades y como espectador podés identificar quién está tocando qué cosa", agregó.
Consultado sobre si está componiendo en este momento, Charly señaló: "A mí me parece que esto que hice en el Colón y esta obra me va a dar o ya me dio las pautas de un camino diferente".
"También pienso que cuando componés 500 canciones que son según me parece a mí, buenas, llega un momento en que decís: ¿y ahora qué hago?"."Me dan ganas de escribir un libro, como lo hice, o hacer una película". Sin embargo señaló: "El formato de la canción es espectacular, divino".
Charly contó que su forma de hacer música está influenciada por Los Beatles. "Los Beatles tienen otra forma de llegar a la gente", dijo Charly y en ese sentido explicó: "Voy a tratar de derribar prejuicios y no quedarme con el gancho de la canción".
También consideró que la composición "es una mezcla de alma, corazón y mente. Eso mucho no se puede dominar"."Podés estudiar y tener más elementos para hacer que tu obra sea más perfecta entre comillas", dijo Charly.
Y contó que por ejemplo Bob Dylan "no escribe música, pero lo que hace es arte". "Hay mil formas de llegar a lo que uno quiere expresar, que es lo que realmente quiero". "Quiero expresar algo que salga de esa alma que tenemos los seres humanos, que te conmueva y te cambie algo".
Charly dijo que el mejor resultado del artes "es que te quede algo". De esas 500 canciones que compuso, Charly dice que de algunas se acuerda con precisión matemática dónde y cuándo las compuso.
"Me acuerdo de muchas, como por ejemplo Aprendizaje. Ya habíamos hecho un hit que fue Canción para mi muerte y la compañía nos pedía otro hit. Me dije: ¿cómo será ese simple, otro estilo? No, me dije y un poco la calculé y la hice en 10 minutos y me salió bárbara".
Sobre Líneas Paralelas Charly dice que "tiene un vuelo y una ambición musical y poética que hace que las canciones tengan otro significado". Por eso invitó especialmente "al oyente casual". "Invito a los que quieran saber hasta donde doy yo como músico", desafió.
Sobre sus influencias musicales, Charly dijo que además de Los Beatles le gusta el tango "pero cuando suena en mi cabeza". "No me gusta cómo suena cuando se graba", agregó.
En ese sentido dijo que "el rock argentino no se inventó solo, porque yo soy parte del rock argentino y las influencias que tuve vienen del tango, como el rock viene del blues que lo hacían negros en algodonales", explicó. Charly contó que su madre tenía un programa en radio y televisión sobre tango y folklore y "muchas veces" los músicos iban a ensayar a su casa. "Así conocí a Mercedes Sosa y a Juan Falú", apuntó.
"No reniego para nada de la historia musical argentina, al contrario", indicó Charly. "Por otro lado está el rock, que se mezcló con eso y el resultado soy yo", señaló.
A pesar de la estatura musical de Charly, no duda en invitar una y otra vez a la gente a Líneas Paralelas: "Esta vez vayan porque se van a encontrar con algo que los va a sorprender".
Charly también se pregunta "hasta dónde uno tiene una idea y la realiza sin corazón". Y reflexiona: "Sin una cosa no tiene la otra".
El músico también dijo que no cree que "Dios esté afuera mirando y juzgando o que haya premio o castigo". "Dios está dentro de cada uno de nosotros", diferenció. "El ser humano ante la imposibilidad de definir qué es eso que tenemos dentro construye mitos y religiones, para sacarse el peso de encima".
"Pienso que esa cruza de mentes y corazón y alma es lo que hace que uno tenga apetitos un poco más sofisticados que los animales por ejemplo", reflexionó. "Dios está dentro de uno, y cada uno lo tiene. No es una cosa mágica o que se pueda poner en una tabla y que diga cosas como 'No desearás la mujer de tu prójimo'".
Sobre su formación musical, contó que la primera vez que tocó en público "tenía 4 o 5 años y toqué Claro de Luna de Beethoven".  "A los 12 años ya era maestro de piano. Por eso el Colón no era un ambiente del todo extraño para mí. Lo que me separó de ese unvierso fue la imposibilidad de componer", dijo.
"No porque no pudiera sino porque generalmente todos los profesores de música clásica te dicen: no compongas, tocá lo que está escrito porque la composición es para los genios y no para los pelotudos".
Charly dijo que existe una idea un poco masoquista sobre componer música: "Parece que uno tiene que sufrir para liberar el espíritu y así componer". "Creo que se puede componer y ser feliz", señaló.
"Por supuesto no se puede ser feliz todo el tiempo porque nadie lo ha hecho y si lo hace se parece más a la boludez que a la felicidad", consideró.
Volviendo a sus influencias y a la música, evocó siempre a Los Beatles: "Creo que lo que hizo a los Beatles tan importantes fue que pararon con una tradición, que era: si querés ser cantante, como Elvis por ejemplo, tenías que ser lindo, tener una buena voz, gente que te vistiera y te compusiera las canciones".
"Y Los Beatles hacían todo solos", dijo. "Me di cuenta que me habían mentido mucho en cuanto a muchas cosas y que tenía la posiblidad de liberarme de viejas ataduras y componer y expresarme".
Cuando presentó Líneas Paralelas en el Colón, en las calles porteñas próximas al Coliseo mayor de la Argentina se desarrollaba una importante movilización. "Creo que el mayor logro, de Líneas Paralelas fue que hubo una cosa general que provenía de la música y unía a la gente que por un rato se olvidó del peronsimo del macrismo y de todo".
Charly también señaló que existe la creencia de que todo "sale de la TV y que todo es política". "Y las cosas realmente importante se pasan de largo", reflexionó. Dijo que un ex Presidente que votó y del que luego se hizo amigo le hizo el siguiente planteo: Charly, el poder lo tenés vos. Yo para tener poder tuve que convencer a la gente". "¿Quién se acuerda del ministo de Economía de Beethoven?, nadie".
"El poder es la cosas que te vienen del corazón, no el convencer a la gente como dice Kennedy", indicó.


Palito Ortega
Charly García se mostró muy feliz por el Grammy a la Excelencia Musical que recibió el pasado jueves.
El artista consideró al intérprete de “La Felicidad” como parte de la historia de la música argentina.
“ Lo que hizo, te guste o no, es parte de la historia. Una canción puede tener un mensaje que no te guste y dentro de su infinita simpleza tiene esas notas que te tocan algo del cerebro. Está muy bien que se lo hayan dado -al Grammy- a él”, celebró.
García rescató también la fórmula que utiliza el cantante tucumano para crear éxitos.
“Su método es como cuando clavás un clavo: le da a la cabeza y lo mete dentro. Se deshace de las cosas periféricas y va al grano. Lo que digo no es objetivo porque lo quiero mucho”, confesó.
Y continuó: “Es un tipo que se inventó solo. Imaginate en Tucumán, que no era ni pueblo en aquella época y cómo a él le llegó la música y la visión que tuvo”. 

Por: Sergio Zuliani.
Fuente: cadena 3
Escuchar audio de la nota: Aquí

Charly García: "No tuve que ganar votos para que me elijan"

Charly García cuenta que está bien y analiza el espectáculo “Líneas paralelas, artificio imposible”, que trae al Orfeo. Dice que no tiene una ideología precisa y que el arte es menos corruptible que la política.

24/11/2013. Charly García ofrecerá el sábado en el Orfeo el mismo espectáculo que estrenó en el Colón y que postergó en Bogotá por un pico de tensión. Se trata de Líneas paralelas, artificio imposible, que, según él mismo, "no le rinde pleitesía a la música clásica" ni significa un "episodio sinfónico" en su obra aterciopelada y popular al mismo tiempo.
Pero primero lo primero, ¿qué tan bien está de salud? ¿Qué tanto hay que preocuparse por su estado? "No pasó nada", asegura García desde su hogar porteño. "En todo caso, preocupate porque encontré la fórmula de ir con 200 músicos y no tocar. No pasó nada, en serio. Se empeñaron en que tenía algo y en el hospital me terminaron pidiendo miles de autógrafos. Ese fue el fin, muy cholulo todo. Muchos exámenes que no llevaban a ningún lado, porque yo me sentía fenómeno", detalla.

-¿Vas a volver?
-Cuando baje un poco altura, cuando me manden al piso uno y no al 24, vuelvo. Me encanta Bogotá, a pesar de todas estas peripecias.

Volviendo a Líneas paralelas, artificio imposible, García espera que no se confunda su oferta con la magnificencia del rock sinfónico: "A mí me afectó positivamente ese tipo de rock, que se caracterizó por grupos grandes, con mucho teclados. Era la época 'progresiva', donde la música no tenía ninguna ambición comercial y los temas duraban muchísimo. Un disco podía ser un solo tema. Y todo fue grandísimo hasta que el punk fosilizó la movida y se acabó".
"Por la propia corte, los grupos se volvieron re Luis XV. Y fue así hasta que los punks les pegaron un patadón en el culo y Rick Wakeman se tuvo que sacar la capita –complementa–. Bueno, más que eso, Líneas paralelas es una nueva forma de grupo orquestal. No le rinde pleitesía a la música clásica. Si bien en todos mis discos hay una referencia a ese mundo, en este show traté de cambiar las armonías clásicas, mayores y menores, para hacer una cosa más abierta, con armonías más fáciles, todo será más minimalista".

-Finalmente, desististe de adaptar tu obra a los modos de una orquesta sinfónica.
-No quise trabajar con 50 músicos porque me hubiera vuelto loco. Preferí trabajar con un grupo de cuerdas al estilo de los Beatles en Sargeant Pepper. Fusionar la madera, la armonía un poco primitiva de antes del Renacimiento o del Renacimiento mismo, con la armonía eléctrica de los Beatles. Cuando una cosa está bien construida, y no tiene nada que moleste, se puede conjugar muy bien todo: los sintetizadores, el sonido orgánico de una formación de rock y la de otra de carácter más clásico. Estoy contento.

-También usás varios iPad…
-(Interrumpe) ¡¡¡Sí!!! Porque al sumar esa tecnología, que puede emular lo que quieras, a instrumentos de verdad, sólo lográs darle mayor margen a la fantasía. Y cuento con otro aspecto a favor: los músicos de formación clásica que acompañan a The Prostitution, que forman un cuerpo al que he dado en llamar Kashmir, como el tema de Zeppelin,  no tienen la pretensión de esnobista de tocarse todo, ni nos miran con esa onda “ustedes no saben ejecutar”. Es más, un día nosotros le sacamos la partitura y le dijimos “ahora toquen ustedes a ver qué onda”.  Y pelaron.  Es gente muy armónica.

-Te iba a preguntar, a propósito de tu entusiasmo por el uso del iPad, cómo está tu relación con los adelantos tecnológicos. Y cómo fue ésta en el pasado.
-Mi relación con la tecnología siempre fue fluida, pero estuvo basada en la exploración, en tocar botones. Nunca me puse a leer los manuales. Con el iPad me pasó exactamente lo mismo. Bueno, sacale la metáfora de los botones.

-Tu historia dice que a los cuatro años ya dabas conciertos bajo la supervisión de tu profesora de piano, Julieta Sandoval. Y que en el medio de obras de Chopin metías tus propios movimientos. Ya de movida trascendías lo clásico.
-Ofrecía un concierto por año en el Conservatorio. Todo era muy pituco… De alguna manera, fui famoso desde chico, me traían flores y qué se yo. Tenía 4 años cuando empecé a estudiar. La sensación de estar frente a una página e interpretar al piano lo que tenía impreso, fue algo que me volvió loco… Pero otras partes de la música clásica que no me gustaron mucho.

-¿Cuáles?
-Las que tenían que ver con la onda cristianismo y la era victoriana, con los músicos tocando con peluca mientras en la cocina trabajaban negros esclavizados. Por eso le dediqué en “Líneas paralelas” algunos guiños a la percusión. Reproduzco una línea de Bonham para que Toño (Silva) y (Fernando) Samalea hagan un contrapunto. Quedó muy bueno el recurso. Si bien está presente en la música clásica, el ritmo no tiene en ésta la predominancia que adquiere en la música popular. ¿Por qué? Porque es de negro.

-Tu formación clásica, ¿te hizo dar pudor a la hora de componer una composición pop, simple, sin demasiadas vueltas?
-A los cuatro años estrené Para Elisa de Beethoven y, de haber seguido en esos términos, podría haberme convertido en Bruno Gelber. El tiempo me hizo dar cuenta que hacer un par de movimientos rinde más que tener buena digitación. Los Beatles hicieron el resto.

De los Beatles, el que pasó por Argentina semanas atrás fue Ringo Starr. Y como pudimos atestiguar también en el Orfeo, lo hizo con su habitual banda de notables que, entre otros, destaca al norteamericano Todd Rundgren, otra leyenda del rock que García supo asimilar. En rigor, Charly fue más allá de la mera evocación en este caso, ya que de Rundgren tomó su Influenza para adaptarla a nuestro idioma y recrearla en una versión menos pletórica de sintetizadores. Y no se quedó ahí, el disco que contiene la relectura se llama Influencia y cuando reunió a Sui Generis para la época de Sinfonía para adolescentes se animó a interpretar otro clásico de Todd: Can we still be friends.
Así que, por estos días, García tuvo en su ciudad al baterista del grupo que le cambió la vida y al músico y productor que compuso uno de las canciones que más positivamente lo afectó, además de permitirle interpretar lo que supone quedar subyugado por algo o por alguien.

-¿Habrá capitalizado la cercanía? 
-Claro. Le conté de mi admiración y de su influencia. Y nos hicimos amigos. Tanto, que me invitó a bailar un tango. Bailé un tango con Todd Rundgren. Y en un momento de la milonga llega Ringo y Todd me lo presenta. Y resulta que Ringo es buena onda también.

-¿Te sentís un par de semejantes figuras?
-(Piensa) Sí, me siento un par, aunque sin perder de vista la relevancia de la obra de cada uno de ellos. En mi vida, sin ir más lejos, fue importantísima.

-En "Líneas paralelas, artificio imposible" recuperás piezas de "Pubis angelical", tu banda de sonido para el filme homónimo. ¿No sentís que te quedaste corto en ese aspecto, que podrías haber hecho más músicas de películas?
-Pero las veces que me tocó, lo hice muy bien. Ya no hay directores como De la Torre, con los que puedas desarrollar los acentos dramáticos de un relato. También hice Lo que vendrá (Gustavo Mosquera), pero este trabajo fue más ambient, texturado.

-Pensaba en que sos una de las pocas celebrities que todavía no fue al Vaticano para ser bendecido por el papa argentino.
-Es demasiado tarde para bendiciones. Lo haría por la simpatía que despierta el personaje, en todo caso.

-¿Pero acaso en la cultura rock no se tiene simpatía por el demonio?
-Los tratos con Dios son más complejos. Todo bien con los Stones, pero es así como yo te lo digo.

-En los últimos tiempos, hay un debate sobre para quién tocan los músicos populares. Pero vos tocaste para el gobierno nacional, Macri te cedió el Colón, en Córdoba te presentaste para los 400 años de la UNC y para una movida de De la Sota. ¿Qué onda?
-Tengo simpatía por Cristina y Macri se portó muy bien conmigo porque me cedió el Colón para hacer esta obra para hacer esta obra que era complicada de hacer en otro lado. No tengo una ideología muy precisa… Sólo entiendo que en la corrupción es casi inevitable en la política, porque se negocia demasiado en la construcción del poder, se negocia demasiado para conseguirlo. A De La Sota ni siquiera lo conozco, pero sí sé que tengo más poder que él, porque el mundo de las artes es menos corruptible y no tuve que ganar votos o convencer a las personas para que me elijan. Toco si me convocan, y si no traiciono ninguna convicción personal.

Por: Germán Arrascaeta
Fuente: La voz del interior

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