lunes, 28 de mayo de 2012

CHARLY GARCÍA EN SALTA, 19 DE AGOSTO - ENTRADAS EN VENTA



Después de 9 años Charly se estará presentando en Salta el día 19 de Agosto en las instalaciones del Estadio Delmi. Las entradas anticipadas ya están a la venta en Atípiko (San Martín y Bs.As. Local 6) al precio de $170. Este precio se mantendrá hasta alcanzar un tope de 500 entradas.

Estadio DelMi de Salta Domingo 19 de Agosto de 2012; 21:00 hs. Salta

Puntos de Venta:
En Salta: Alto Noa Shopping, Teatro del Huerto (Pueyrredón 175), Atípiko (San Martín y Bs.As., loc.6) y Estadio Delmi.
En Chaco: Córdoba 235
En Jujuy:  Annuar Shopping.
Compra online: Autoentrada.com

Hernán para Cinema verité

domingo, 27 de mayo de 2012

CHARLY GARCÍA: "NO ME ARREPIENTO DE LO QUE VIVÍ"


El roquero argentino habló con EL TIEMPO de su vida después de las drogas y de su vuelta a los escenarios


Bonachón, humilde, cachetón, de buenas maneras. No parece Charly. No puede ser el mismo que se lanzó de un noveno piso a una piscina del hotel Aconcagua en el 2000 -como dándole vida a su canción  Demoliendo hoteles - , o el problemático incansable que regresaba al escenario con la cara hinchada tras armar una gresca entre el público. No. Charly García, la máxima estrella del rock argentino, y posiblemente latinoamericano, ya no quiere casar peleas y está feliz de volver.
El bigote bicolor regresará a Bogotá para cerrar Rock al Parque 2012. Sus fanáticos, fieles desde Sui Generis, han celebrado su retorno, pero muchos todavía recuerdan sus desmanes en vivo.

"Creo que hoy escucho más; antes ponía una pared entre la gente y yo -explica Charly en conversación telefónica-, por motivos muy variados como la incomprensión o el exceso de ironía. No he cambiado, pero sí mi manera de tratar con la gente y con la vida".

García encontró su símil en 'Pink': "Ese momento de mi vida me recuerda al personaje de  The Wall , cuando vi a Roger Waters acá (Buenos Aires): uno se puede poner, entre comillas, fascista. Ese concierto me pareció genial porque demostró las barreras que la sociedad te impone y las que uno levanta por sí mismo, y termina en una estrella de rock intolerante que amenaza a su público con una ametralladora, para que, después, se caigan las paredes".

¿Cómo se mueve usted en el rock de hoy?
Creo que la realidad siempre está en mi obra. En la época de la dictadura, mis bandas y yo éramos un foco de la resistencia y teníamos que utilizar las metáforas y el surrealismo para decir lo que queríamos porque, si no, hubiéramos sido censurados. Ahora es distinto, no hay un enemigo identificable, sino que todas esas cosas malas del ser humano las veo más dispersas. La música de hoy es una cosa hecha con maquinitas donde no hay mucho cerebro. Se ha prostituido. Ojalá vuelva a su lugar.

¿Qué le ha faltado al rock argentino en los últimos 15 años?
Originalidad. Creo que ha seguido muy influenciado por Luis Alberto Spinetta, por mí, por (Gustavo) Cerati... No han surgido bandas con algo nuevo que decir, aunque algunas pocas son buenas. El efecto de la globalización le ha quitado personalidad, no solo al rock argentino, sino al mundial. Se ha perdido eso de 'repite tu aldea y serás global'; la universalidad a través del mundo virtual ha hecho que todo se parezca a todo, y por eso lo veo como un  impasse .

Es emocionante ver los homenajes que le hace al 'Flaco' Spinetta, con 'Rezo por vos'...
Spinetta, además de ser un gran amigo y persona, era para mí un parámetro. Él nunca se vendió a nada, y se nota mucho la falta de él.

¿Ha ido a ver a Gustavo Cerati?  
Es muy extraño porque lo ves físicamente bien y de repente está como dormido. Recuerdo que fui con Pedro Aznar, llevamos unas guitarras y tocamos. La verdad, se le extraña mucho.

Se siente como si las grandes 'rockstars' que pasaron por las duras y las maduras se estuvieran yendo...
Yo creo que lo que pasé lo tenía que pasar, y, por suerte, me pude rehabilitar con un gran esfuerzo, es cierto. Alguna gente no tiene esa decisión como para decir 'bueno, ya basta'. Yo sí. Y tuve grandes amigos que me apoyaron e hicieron más fácil la transición, y estoy muy orgulloso de haberlo hecho (...). Evidentemente, hay cosas que son dañinas, pero el tabaco también lo es, y el alcohol y la incomprensión y muchas cosas más. Creo que puedo hablar de lo que te digo porque ya lo pasé y hoy no me arrepiento de haberlo vivido.

Va a tocar hasta que...
¡Hasta que me vean los negros! (¿?) Cada vez tengo más entusiasmo, quizá por haber pasado todas esas experiencias o por no haber traicionado nunca la música. Jamás la usé como un medio para lograr fama o dinero, eso vino como consecuencia. He hecho un disco que se llama  60x60 , 60 canciones grabadas en vivo con tres discos distintos. Hice una serie de recitales y en vez de tocar el mismo repertorio, lo iba cambiando cada día. En Colombia vamos a tener mucho material para dar. Espero elegir las mejores canciones.

Por: Carlos Solano
Fuente: El Tiempo

CHARLY GARCÍA EN MENDOZA: GRACIAS POR TANTO, GRACIAS POR TODO


Sublime e inolvidable. Así fue el concierto que brindó el maestro del rock nacional ante 4.500 mendocinos eufóricos que hicieron explotar el Arena Maipú. Un García más sereno, con el talento musical intacto y acompañado de una banda que la rompe.


Carlos Alberto García Moreno es y será siempre el “Gran Charly García”. El niño del oído absoluto. El creador de una incalculable cantidad de canciones que marcaron a fuego a generaciones de argentinos. Y es también aquel personaje – amado y odiado – que supo caminar en la cornisa de su propio eje y que hoy, a sus 60 años, nos muestra su rostro más tranquilo.
Después de casi cuatro años, Mendoza esperaba con hambre su vuelta. Y la espera valió la pena. El creador de “La hija de la lágrima”, brindó con concierto que hizo vibrar a las 4.500 personas que coparon el Arena Maipú.
Se trató de un show impecable. Desde el tremendo sonido orquestal que la banda que lo acompaña le imprimió a cada tema, hasta la imponente puesta en escena que incluyó luces e imágenes proyectadas.  Él, en todo momento se mostró de buen ánimo y con ganas de tocar. ¡Genio!, ¡Maestro! Le gritaban con euforia. “Bueno gracias, tampoco es para tanto che!”, se lo escuchó decir ante la continua ovación del público.
La noche arrancó con un golpe directo al corazón cerca de las 21.30. Las tapas de cada uno de sus discos sucediéndose una tras otra en una pantalla, mientras sonaban fragmentos de sus canciones más emblemáticas. Fue ver en un flash, todo ese legado al rock nacional que lo tendrá para siempre como su pieza fundamental.
Con unas ajustadadas calzas negras, remera a rayas, overol verde que incluía el brazalete con la insignia “Say no more” y secundado por los 11 músicos que conforman “La Prostitution”, Charly arrancó la noche con “Fanky”. Para luego seguir con el infaltable homenaje a Spinetta interpretando la magnífica “Rezo por vos”.
La setlist también incluyó entre otras grandes creaciones musicales: “Cerca de la revolución”, “No soy un extraño”, “Pasajera en trance”, “Asesíname”, “Influencia”, “Canción de 2x3”, “Yendo de la cama al living”, “Necesito tu amor”, “Demoliendo hoteles”, “No llores por mí Argentina”, “Anhedonia” y la lírica “Eiti Leda”, que hizo emocionar a más de uno.
“Gracias mendocinas y mendocinos. Son un gran público. Qué bueno que se arregló el cortocircuito. Los quiero mucho”, fueron las palabras que Charly soltó durante el show para reivindicar cualquier pasado complicado en estas tierras. De todas maneras él se encargó de decir que nunca fue con el público. Este siempre se mantuvo fiel y así quedó demostrado anoche.
Con una sensación de que aquello magnífico que estaba sucediendo no podía terminar nunca y algún par de ojos húmedos por la emoción, el punto final lo anunció “Eiti Leda”. Mientras que en el infaltable saludo de despedida, Charly no paró de pedir aplausos para la “Prostitution”. Un reconocimiento que se hizo sentir bien fuerte, porque la banda que acompaña al músico en esta atapa de su material “60x60”, suena de manera potente y extraordinaria.
Luego llegaron los bises esperados con “Nos siguen pegando abajo” (Aquí el estadio literalmente explotó) y “Rock an roll yo”. Y bajo la insistencia de un público que quería más y más, el genial García cumplió el deseo y salió nuevamente al escenario.  Relajado - pucho en mano - se sentó al piano y tras un “Vamos a improvisar algo, total hay tantos temas buenos para tocar”, puso a rodar el clásico de Sui Generis “Canción para mi muerte”.
Así el gran maestro del rock argentino terminaba su presentación en Mendoza. Un gran concierto que quedará marcado a fuego porque nos regaló lo mejor de su música. Gracias Charly. Gracias por tanto talento. Esperamos siempre tu regreso.

LISTA DE TEMAS
  
01-Fanky 
02-Rezo por vos
03-Cerca de la revolución
04-No soy un extraño
05-No importa
06-Pasajera en trance
07-Asesíname
08-Influencia
09-Rap del exilio
10-Instituciones
11-Piano Bar
12-Yendo de la cama al living
13-La grasa de las capitales
14-Me siento mucho mejor
15-Canción de 2 X 3
16-Necesito tu amor
17-Demoliendo hoteles
18-Los dinosaurios
19-Tango en segunda
20-El amor espera
21-Llorando en el espejo
22-No llores por mi, Argentina
23-Anhedonia
24-Eiti Leda
25-Nos Siguen Pegando Abajo (Pecado Mortal)
26-Canción para mi muerte
27-Rock and roll yo


Por: Eugenia Cano
Foto: Cristian Lozano
Fuente: Sitio Andino

viernes, 25 de mayo de 2012

CHARLY GARCÍA, EL TOTALITARISTA DEL ROCK AND ROLL SE IMPUSO NUEVAMENTE EN CHILE



Cinco minutos. En la obertura de su show, ese es el lapso que destina Charly García a resumir en la pantalla central todos los capítulos de su carrera, desde los tempranos días en Sui Generis, hasta las irregulares aventuras del nuevo siglo, rematando en los últimos trabajos, los mismos que retratan redención artística y personal. No hay mejor aperitivo para el concierto que anoche juntó a 5 mil personas en un Movistar Arena en la mitad de su capacidad: de algún modo, el García de hoy, a los 60 años, con el bigote cada vez menos bicolor y más blanco, con un itinerario remitido a las reseñas musicales más que a la crónica roja, es la batalla entre ese ayer inmaculado, que provoca la reverencia incuestionable, y un hoy que aún se abre incierto.
Todos los que arribaron hasta el Parque O’Higgins lo hicieron masticando ese dogma que establece “él es Charly”, como un comodín que soslaya de un plumazo los conciertos a medio terminar y las rabietas en hoteles de las últimas décadas. Sobre todo, aquellos que ya superan con holgura los 30 años y que aparecieron armados con el brazalete de Say No More, como una suerte de ejército fiel que vive y muere para su líder. Pero también merodeaban los fantasmas de siempre y las amenazas de desgaste físico y escénico. Al final, el gallito lo ganó el peso de la historia, afianzada en una creciente recuperación que ya se avizoró en su visita de 2009.
Sí, el argentino está recuperado y el primer bocado para festejarlo es Fanky, con su numeroso entramado de músicos -10 en total- vestidos con overol café y el protagonista de la noche al piano. Sí, el cantautor despunta resurrección, pero también bajo un maquillaje bien preparado: su voz suena desgastada y se esfuerza hasta el dolor por alcanzar los tonos de antes, misión secundada por su nueva corista, Rosario Ortega, hija de Palito Ortega, uno de los principales responsables en su rescate del precipicio. Su conjunto, The Prostitution, e integrado por tres chilenos, suena tosco y pesado, acorde con el tono más duro de muchos de sus temas y lo que, de paso, también camufla muchos de sus ripios vocales.
“¡Hola Mendoza!”, es el irónico saludo del ex Serú Girán, en otra marca de fábrica aplaudida sin concesiones por su fanaticada. Luego pasan Rezo por vos -con el rostro de Spinetta en las pantallas-, Cerca de la revolución, No soy un extraño y una memorable Asesíname. Los Dinosaurios tiene su ya clásico cachetazo a las dictaduras militares, mientras que Demoliendo hoteles suena como una celebración más que un autorretrato masivo. Es que el argentino no sólo sorteó sus peores años: también ha vuelto para rasguñar sus mejores días.


Una noche de ensayo

Una impronta evidente desde su prueba de sonido del miércoles en la noche, en ese espacio privado que comparte con los músicos, representantes y amigos que siguen ahí, pese a todas las caídas. A las 21.30 horas de ese día, el artista sube a escena vestido de chaqueta negra, jeans azules y lentes oscuros. Su caminar es lento y torpe, como si no intuyera el rumbo a seguir. Un andar sosegado en constante contrapunto con su figura: el cantautor luce aún más grueso que en 2009.
“Muy bien, chicos, veamos qué podemos hacer acá”, dice con tono de gurú a su banda. Pero si de aliados se trata, el ex Sui Generis tiene dos encargados que funcionan como extensión de sus brazos: le traen té, le pasan un cigarrillo y lo cobijan del frío. Viven, actúan y trabajan para él. Igual que en el concierto, Fanky y Rezo por vos encabezan la lista. “Bravo, chicos, bravo, eso salió muy bien”, lanza el cantante, con voz rasposa, casi como una lija que raspa la inmensidad de un arena vacío. Ahí García ya no funciona como guía; más bien su rol es el de DT que aleona a sus dirigidos antes de la final de campeonato. Y hay instantes en que incluso revela su lado más riguroso. Al inicio de Pasajera en trance, detecta que una guitarra está desafinada. Todo parte de nuevo. No queda conforme con las cuerdas de Piano bar y pide, otra vez, que todo se reanude.
Luego, una pausa de cinco minutos, solicitada por él mismo, para tomar té y encender otro cigarro. Se para, combate el frío acercándose a uno de los focos y se va a un rincón, lejos de los músicos chilenos, quienes funcionan casi como un escuadrón aparte. En el regreso, hay tiempo para gemas como Hablando a tu corazón. Como si el lugar estuviera colmado, García se mueve al centro del escenario y canta a una inmensa nada que ayer lo fue todo. Apunta a un público invisible y mira el vacío que 24 horas después se convirtió en caldera al son del cántico “¡Charlyyyy, Charlyyy! Luego pide que todo llegue a su fin. Es el mejor epílogo para un hombre que, hasta en su faz íntima, ya ha asumido como propio el credo de la resurrección.

Por Claudio Vergara


DOS HORAS Y VEINTISÉIS CANCIONES

Casi dos horas duró el recital en Chile de la gira “60 x 60” de Charly García, artista argentino que a estas alturas ya tiene estampa de leyenda continental y solamente cosecha el cariño que irradia hacia su persona.
En la presentación del jueves ante unas siete mil personas en el Movistar Arena, el argentino cumplió con su sueño de tener una pequeña orquesta que lo secundara mientras él pasaba la mayor parte del tiempo en el piano.
A su tradicional banda soporte The Prostitution, que le provee de bajo, guitarras, batería, ahora el show cuenta además con corista, teclados, bandoneón, percusiones de apoyo, xilófono y tres instrumentos de cuerda en un concierto cuya carta de presentación es sinfónica, pero que esencialmente es rock and roll con nuevos “juguetes”.
Este repaso por su carrera solista y por bandas como Sui Generis y Serú Girán comenzó al ritmo de “Funky”, aunque precedida por imágenes, extractos sonoros, portadas y carátulas en los que el músico enrostra de buena manera sobre quien está ahí, en el escenario.
Su vestimenta “de guerra” vuelve a ser la de antaño, un sobretodo con un brazalete que se mofa del nazismo y que en lugar de la esvástica tiene el símbolo del “Say no More”, uno de los tantos conceptos que impuso en el arte.
Pero lejos de generar odiosidad, este emperador musical del bigote bicolor sólo gatilla simpatía y propugna el “paz y amor”. Incluso el público hasta le perdona –sin ninguna pifia de por medio- un “Hola Mendoza” que lanza, mientras canta el primer tema de la veintena de la jornada.
En ese momento a nadie le queda claro si es un nuevo atrevimiento de los muchos que tiene en su largo prontuario o bien se trata de un desliz, pero el público sigue disfrutando del show como si nada hubiese pasado. Más tarde, tras un break, el mismo Charly pediría perdón por pensar que estaba en Mendoza y no en Santiago, “adoro esta ciudad, de verdad”, diría lamentándose entre risas.
“Rezo por vos” es el momento perfecto para que se proyecten imágenes del fallecido Luis Alberto Spinetta y si bien falta ecualización para darle mayor preponderancia o la debida a los instrumentos de cuerda en un momento emotivo como ese, nadie se molesta. Lejos de eso, la gente se congratula con poder estar nuevamente con una leyenda que en un momento creímos perdida para siempre en el mundo de los excesos.
Su voz rasgada también le va tomando el tono a la noche y a punta de preguntas se cerciora que “está todo bien”.
No conforme con estar al piano también se da espacio para cantar de pie y mover sus delgadísimas piernas. Su sonrisa da cuenta de que en realidad está todo bien y él puede tomar el camino que quiera en la velada de recorrido musical, porque aquí y en muchas partes del continente simplemente juega de local.
“Piano Bar”, “Yendo de la Cama al Living”, “Me Siento Mucho Mejor”, “Canción de 2×3”, “Demoliendo Hoteles” y “Los Dinosaurios” es parte de lo que sonó en el Movistar Arena. Ésta última canción acompañada de una sucinta anécdota sobre los tramites para pasar de un país a otro –“cada vez es más complicado entrar y salir, ni que uno fuera un delincuente” diría- antes de dedicar el tema que habla sobre las dictaduras y “la gente horrible que tuvimos nosotros y ustedes” en décadas pasadas.
“Nos Siguen Pegando Abajo”, “Hablando a Tu Corazón”, “Popotitos” y “Canción Para Mi Muerte” marcan su despedida en la que la gente lo despide entre aplausos pero con el deseo de seguir disfrutando de los muchos clásicos a los que puede echar mano y que les “quedó debiendo” como dirían algunos, mientras emprendían el camino a casa.


1. Fanky
2. Rezo por Vos
3. Cerca de la Revolución
4. No Soy Un Extraño
5. No Importa
6. Pasajera en Trance
7. Asesíname
8. Influencia
9. Instituciones (Sui Generis)
10. Perro Andaluz (Serú Girán)
11. Piano Bar
12. Yendo de la Cama al Living
13. La Grasa de las Capitales / Me Siento Mucho Mejor (The Byrds cover)
14. Canción de 2×3
15. Necesito tu Amor
16. Demoliendo Hoteles
17. Los Dinosaurios
18. Tango en Segunda (Sui Generis)
19. El Amor Espera
20. Llorando en el Espejo (Serú Girán)
21. No Llores por Mí, Argentina (Serú Girán)
22. ‪Anhedonia‬
23. Nos Siguen Pegando Abajo
24. Hablando a Tu Corazón
25. Popotitos (Serú Girán)
26. Canción Para Mi Muerte (Sui Generis)

Por Gonzalo Rodríguez Torres.
Fuente: Recital

domingo, 20 de mayo de 2012


García estará el 26 en el Arena Maipú, habla de su primer encuentro con la música, de Cerati y de su relación con Mendoza.

Charly vive. Vive porque quiere vivir. Porque siempre quiso vivir, aun cuando caminó por el borde de la muerte, aun cuando se tiró hacia ella desde el piso 9. Como Ícaro al sol, Charly fue hacia la oscuridad sólo para no terminar de llegar nunca, para quedar bien vivo, entre los vivos.
Como en esas malas películas de la siesta en Space, sobre esos tipos que a punto de encontrar un final no acorde con su vida, se encuentran ante una oportunidad divina de revertirlo todo. Su relación con Mendoza, con los argentinos no podía terminar así. García era (y es) más grande que su caricatura.
Hace cuatro años, policías y enfermeros entraron a la habitación 109 del hotel Solaz de los Andes, Mendoza, y adormecieron al huracán que en ese momento lo rompía todo, incluso a sí mismo. Con los músculos tensos, un solo zapato y el rostro contra la camilla, así, se lo tragó una ambulancia. Lo internaron. Vos y yo creíamos que no zafaba de ésta. Que Mendoza había sido, de nuevo, mucho para él. Que su carrera terminaba con ese patético cuadro; él, que era tan libre, atado. Su música, devorada por el personaje; y García, de nuevo, nadando en las negras aguas de la muerte. O de la locura (que amargamente es lo mismo).
Como en esas malas películas, donde ángeles dan otras oportunidades a tipos que todavía no se dan de narices con su destino, García vuelve a su averno personal. Retorna a Mendoza, para exorcizar los miedos y gritarnos, como ahora, por teléfono desde Buenos Aires, que está vivo: “¡Loco, estoy feliz de volver a Mendoza! Estoy bárbaro. En serio que tengo muchas ganas. He tenido mis aventuras ahí y Mendoza se ha aventurado conmigo. Pero ¿sabés qué? Yo quiero mucho a Mendoza. Fue todo un quilombo lo que pasó allá. Pero fue eso y nada más. No tiene nada que ver con la relación con la provincia a la que la quiero tanto”.

-¿Hay algo de revancha en el recital del 26 aquí?
-Si no me lo puntualizan, ni me acuerdo de lo que pasó en Mendoza porque en realidad hoy sólo sé que tengo muchas ganas de tocar. Mirá, la banda está sonando bárbara, yo me siento pleno en el escenario. ¿Qué te puedo decir? Va a ser una fiesta cuando toque allá, eso ya lo sé. Pueden venir tranquilos. ¡Y si han agotado las entradas iré otra vez! Me pone muy contento que esté todo bien. Estar bien.

-¿Qué vamos a ver en tu show en el Arena?
-No va a ser un show corto, pero tampoco largo. Voy a elegir lo que me parezca más lindo en ese momento de las 60 canciones que tenemos de base. El último show fue en Nueva York y entonces elegimos un repertorio que empezó con “Funky” y nos dio mucho resultado, así que seguramente también arrancaremos por allí. Los mendocinos tendrán una versión neoyorkina de Charly.

-Entonces, ¿creés que Mendoza esta vez no te va a volver a golpear...?
-No va a ser un show más. Pero las cosas van a ser más claras. Si hubo un momento de cruce con Mendoza no fue con una provincia sino con algunas personas, ¿no? Pienso que éste es un momento lindo para que se olvide todo eso y se ponga la música como protagonista.

-Todos hablan del “nuevo Charly” y de “un viejo Charly”, que era el de los escándalos. ¿Vos también lo vivís así?
-Es una cuestión que a todo el mundo le pasa, los cambios; pero en mi caso, es como que fui muy exagerado en todo lo que hice. Porque todo en mi vida es más exagerado. Tuve una época conflictiva, sí. Lo que pasó en tu provincia fue un ejemplo tremendo, porque me llevaba la policía por algo que no había hecho, mi manager se desentendía de todo y fue todo una confusión hasta llegar al salto (desde el piso 9).
Hoy no lo haría de nuevo, pero no me arrepiento de haberlo hecho. Uno cuando está atomizando el presente, si está más o menos contento con lo que le pasa, no está mirando el pasado. Yo lo veo así: fue una cosa que me pasó, ni buena ni mala, me pasó. Fue una transformación. Estoy contento de haber salido de la transformación siendo una mariposa y no un gusano.

-Mencionaste el incidente del noveno piso... Hasta que caíste al agua, ¿qué pasó por tu cabeza?
-Me acuerdo que no me tiré porque quería que me pasara algo malo pero sabía las consecuencias que podía tener. Cuando ya estaba cayendo, en la primera parte del salto, cuando todavía estás bajo la influencia de tus músculos, es una cosa; pero después te chupa la gravedad y caés como un meteorito. ¿Qué pensé? Me acuerdo de cagarme de risa. Pensé que iba a ver a Dios o la película de mi vida... ¡y no vi nada, realmente! (ríe).

-¿Y qué hay que pedirle al ‘nuevo Charly’ músico? ¿Más de lo mismo? ¿O se puede esperar la transformación musical, de nuevo?
-De las dos formas sería genial. Más de lo mismo también: porque ahora estoy haciendo la obra “60 x 60” (la presentación en vivo de un lujoso box de tres DVD y tres CD) y puedo elegir entre 60 canciones para hacer en un show y las estoy tocando y disfrutando. Es decir, no reniego para nada, al contrario, estoy muy contento con eso. Pero también está mi parte que me dice: “Hacé algo nuevo, loco”. Y estoy pensando en fórmulas matemáticas y cosas que den un quiebre.
Siempre hice eso: cuando estaba en Sui Generis, me fui a La Máquina de Hacer Pájaros, después Serú Girán, y todo surge del mismo tipo. De mí. Lo que fue cambiando fue sólo la forma de presentar mi música, influenciado por los sonidos del momento, por la cuestión política, por lo global. Ahora me gustaría hacer algo que rompa. Me gusta lo que hicieron Peter Gabriel y Annie Lennox, que lograron discos sin bajo ni batería, orquestados, y rompieron con su imagen. Seguramente me voy a largar a hacer algo nuevo, sin saber todavía qué corno voy a hacer (ríe)

-¿Y tus nuevas canciones, las que todavía no conocemos, a qué suenan? ¿Al Charly clásico o al vanguardista?
-Quiero que sea de vanguardia, porque creo que enfrentarme al Charly clásico... ¡es muy difícil! Lo nuevo tiene mucho que ver con esta nueva formación que tengo: cuerdas, vibráfono, bandoneón. Somos 11. Es una orquesta, creo que va a venir por ahí. Las primeras experimentaciones ya están hechas, van por ese lado. Orquestar.

Charly pasa la tarde en la casa de Mecha, su mujer. Su chica, si es por una cuestión de edad. “Atiende la llamada de la entrevista aquí, de entrecasa, para estar más cómodo y así hablar tranquilo”, nos cuenta ella. El protagonista de esta historia viste jeans, un cardigan y una remera roja. “Irradia buena onda”, describe su pareja. Lo cierto es que nunca antes lo había sentido tan amable a García, tan concentrado en la charla. Sí, tan buena onda. No se lo escucha adormilado, como sí en muchas entrevistas que estuvo dando en esta etapa de transición, en este proceso de dejar ese eufemismo conocido como “excesos” y que no es otra cosa que dejar las drogas y el alcohol.

-Si apareciera Dios, un genio, un hada, lo que sea, y te dice: ‘Te doy la oportunidad de volver a vivir un día de tu vida’, ¿cuál elegirías?
-Tengo muchos días para elegir. Pero así, un poco de sopetón, me viene la imagen de mi primer concierto de música clásica. Cuando tenía cuatro años. Ése fue un día muy feliz. Yo tenía oído absoluto y se dieron cuenta mis padres. Me pusieron una profesora y ya a los cuatro años debuté en el teatro del conservatorio. No llegaba ni a los pedales del piano. Sentí que tenía una conexión con la gente que todavía la tengo. Fue como el comienzo de algo.

-¿Y te acordás del primer disco que compraste?
-Sí, me acuerdo. El primer disco que compré fue un disco doble, uno que tenía cuatro canciones de los Beatles: “Twist & gritos” y “Hay un lugar” (los otros tracks son "Un gusto a miel” y “Quiero conocer un secreto"). Fue una experiencia casi mística. Lo puse y me voló la cabeza. Me motivó totalmente a componer. Yo hasta esa época era un intérprete de música clásica, porque la música clásica no se puede componer, ya están todos muertos: Beethoven, Chopin. Entonces, mi profesora no me alentaba para nada a componer y cuando escuché a los Beatles me di cuenta que ése era el camino, que ése era el futuro de la música.

-Si viniera alguien del extranjero y me preguntara: “¿Quién es Charly García?” ¿Qué le contesto?
-Mirá: mostrale un disco de 60 x 60 y ahí está todo. En una canción se dará cuenta de quién soy. La música es el lenguaje universal y te abre puertas. Un tipo de Alaska o de donde sea, seguro que se va a copar con algo de todo eso. Hace un tiempo vino Tony Levin, el bajista de Peter Gabriel, y subió a su página web una versión de “Rezo por vos” que me voló la cabeza. Hay muchas cosas que entre músicos y amantes de la música se pueden compartir. Entonces, cosas raras o que parecen insólitas pueden suceder.

-Cuando te subís al escenario, ¿qué canción tenés más ganas de tocar?
-En este momento que me lo preguntás, se me viene a la mente “Piano Bar” que con los nuevos arreglos ha crecido mucho. En realidad tengo ganas de cantar todas, pero esa canción resalta a los bandoneones y a los violines mucho... Y ése es el sonido que estoy buscando. Mezclar el rock con el tango.

-¿Qué tema de otro autor te hubiese gustado componer?
-Seguramente, alguna de Spinetta. De la etapa Almendra o de Pescado Rabioso, ese tipo de composición es la que más admiro. Y, por cierto, que ya no esté Luis entre nosotros le da un significado especial a su música. Yo tuve la suerte de hacer varias canciones con él, y nos llevábamos muy bien en el aspecto compositivo. Éramos muy distintos pero había puntos de unión. Seguro que de Cerati o Fito también me hubiera gustado componer temas. Siempre uno tiene que ser abierto a todo, no hay que sentirse todo el tiempo el centro del mundo. Hay millones de canciones que me gustan. Y si hablamos en el plano internacional, los Beatles, Bob Dylan, los Who, etcétera, etcétera.

-¿Por qué nunca se dio el disco juntos de Charly y Spinetta, proyecto del que salió “Rezo por vos”?
-Nos asustamos un poco. Sobre todo porque después de componer “Rezo por vos”, que dice “y quemé las cortinas y me encendí de amor” y todo eso, ¡se nos quemó el departamento! (ríe). Estábamos haciendo ese tema en un canal de TV y después me llamaron por teléfono y me dijeron: “Se te quemó la casa, negro”. Nos asustamos. Nos respetamos más todavía desde entonces y nos hicimos más amigos.
Pero nos dio un poco de miedito juntarnos. Mismo, recuerdo cuando íbamos por la calle caminando, a comprar facturas o alguna masita para picar, la sensación de ir por Santa Fe y Coronel Díaz, los dos juntos y que la gente flasheara tanto. O sea era muy fuerte la dupla.

-A Cerati lo fuiste a visitar...
-Sí. Fue una cosa muy misteriosa lo que le pasó. Realmente yo tenía la mejor con él... Cuando lo vi, parecía dormido. Yo todavía tengo esperanzas de que se pueda despertar, porque es un tipo con mucha fuerza interior y no puedo dejar de relacionarlo con el caso de Herbert Vianna, de Paralamas, que tuvo algo parecido, con un accidente de otro tipo. Pero en un momento logró conectarse. Si está vivo Cerati, por algo debe ser.

En una ventana, el procesador de texto con el tipeo de estas palabras; en la otra, la reproducción de “El Ángel Vigía”, uno de los DVD 60 x 60. En el video, Charly se mueve dentro de unas calzas rojas, debajo de una espesa permanente. Los parlantes exhalan: “Los chicos tienen un lugar donde viven esas cosas que asombran”.
“Está vivo porque su obra lo está”, es una frase gastada que se suele usar cada vez que algún notable muere o cae en desgracia. Pero ahí lo vemos, con su pose de tipo que supo hablar de lo que ningún otro habló cuando no se podía hablar. Que hizo las canciones que son la banda de sonido de una generación que tiene pocas alegrías en común. Entonces, aparece en el monitor de esta computadora la frase remanida, que parece escribirse sola: “Está vivo porque su música lo está”.

-¿Tuviste alguna vez la sensación de morirte o de volverte loco?
-No. Es decir, viví cosas peligrosas pero nunca me sentí como si estuviera frente a una enfermedad terminal o muy al borde. Tampoco me gustó nunca coquetear con la muerte, o sea: a mí me gusta mucho estar acá, disfruto cada segundo que tengo. Por algo le puse 60 x 60 al nuevo trabajo: asumo completamente mis 60 años, quizá un poco melancólicamente evoque la década de los sesenta, como una época de florecimiento, pero el disco es la prueba de que me siento muy bien. Realmente.

Por: Leonardo Rearte
Fuente: Los Andes

lunes, 14 de mayo de 2012

LEON GIECO Y CHARLY GARCÍA, LA MEMORIA A FLOR DE PIEL



Con un concierto emotivo que repasó todos los clásicos de su carrera, León Gieco coronó la apertura de los festejos por los 400 años de la Universidad Nacional de Córdoba.
El cantautor santafesino contó en el promedio con un invitado de lujo, Charly García, que subió a escena para interpretar La colina de la vida, Fantasma de Canterville y La mamá de Jimmy , canciones incluidas en el único long play del grupo PorSuiGieco, publicado a mediados de los ‘70.
No fueron las únicas piezas afrontadas en conjunto. León y Charly también ofrecieron Pensar en nada y la elocuente Los Salieris de Charly , donde León supo manifestar abiertamente su admiración a este compañero de emociones, acaso uno de los amigos más entrañables que le dio el rock. “Nos conocemos hace 400 años”, bromeó García.
La participación de García en el concierto de Gieco se confirmó hace una semana, pero se afianzó ayer a la siesta en una habitación del Holiday Inn, en la que los músicos ajustaron arreglos en el medio de una sesión con clima de informalidad y compañerismo. En ese contexto germinó la idea de recordar a Luis Alberto Spinetta tocando un tramo de Post Crucifixión , que llegó sobre el cierre de La mamá de Jimmy .
El concierto del cantor de Cañada de Rosquín fue el epílogo de un festejo que había comenzado el sábado por la noche. Es que la celebración por el 50° aniversario de Canal 10 también se promocionó como una apertura de los 400 años de la UNC. En esa sinergia de festejos, el santiagueño Peteco Carabajal y el uruguayo Jaime Roos convocaron más de 10 mil personas en el Orfeo Superdomo.
Gieco subió a escena a las 21.15, en compañía del trío Las Guitarras del Amor, con el que homenajeó a “las mujeres luchadoras de la historia” y a grandes del cancionero latinoamericano como María Elena Walsh, Antonio Tormo, Jorge Cafrune, Atahualpa Yupanqui, Alfredo Zitarrosa y Víctor Jara. En ese tramo, además, interpretó su canción La memoria, que en términos simbólicos se complementó perfectamente con el discurso de la rectora Carolina Scotto.
Posteriormente, el cantautor entró de lleno a su obra, cuya relevamiento iba acompañado por imágenes del devenir socio histórico argentino. Antes de tocar Malas condiciones , León dijo que envidiaba a los jóvenes de hoy porque podían estudiar en un marco de libertad y “en el mejor momento del país”.
También reivindicó la lucha de los estudiantes chilenos por una educación libre y gratuita. Como si fuera un músico en ascenso, León pidió que compraran su último disco, El desembarco , a precio de costo en un puestito cercano al mangrullo del sonido. Luego, tocó varios temas de esa obra: el mismo El desembarco , Yo bailaré y El argentinito .
Sobre el final, cuando la medianoche se acercaba mansamente, llegaron Cinco siglos igual y El embudo , dedicados a Evo Morales y a “nuestra presidente”, respectivamente.

Por: Germán Arrascaeta
Fuente: La Voz

León Gieco y Charly García deleitaron a una multitud en el festejo de la UNC


León Gieco y Charly García deleitaron a una multitud anoche en la ciudad de Córdoba, en el marco del inicio de los festejos por los 400 años de la Universidad Nacional (UNC), que finalizarán el 19 de junio de 2013.
 El acto abrió con un espectáculo que incluyó una obra denominada "400 días hacia los 400 años", en la que intervinieron 200 artistas en escena, entre músicos y actores. La puesta, dirigida por Gonzalo Morales, conjugó un espectáculo musical y un número de acrobacias aéreas, a partir de una puesta en escena de grandes dimensiones, visible desde largas distancias.
 El espectáculo ofreció hechos y momentos clave de la historia de la UNC, como la reforma de 1918, la gratuidad de aranceles de 1949, los movimientos sociales de los años 60 del siglo XX, la resistencia a la última dictadura militar y el restablecimiento de la democracia.
 El cierre del espectáculo, del que participaron 45.000 personas, según los organizadores, estuvo a cargo de los músicos León Gieco y de Charly García, quienes brindaron un concierto al aire libre en el parque ubicado en la capital cordobesa.
 "La educación es una inversión, no es un gasto. Que sea pública implica que todos tienen posibilidades de concurrir, lo que es de un gran valor. Si a ello le sumamos que se trata de una universidad de 400 años, no cualquiera llega a esa edad", aseguró Gieco.

domingo, 13 de mayo de 2012

CHARLY GARCÍA EN COLOMBIA 2 DE JULIO, ROCK AL PARQUE***GRATIS***

Charly García habló con la emisora La W acerca de la presentación que va a tener el próximo 2 de julio en el Parque Metropolitano Simon Bolívar en el marco del Festival Rock al Parque.
 A Charly se le escuchó enérgico, positivo y con muchas ganas de tocar en nuestro país. "Ahora disfruto mucho tocando, en el concierto tendremos imágenes muy integradas a las canciones, también un gran juego de luces que todos vamos a disfrutar. Será el mismo show que hicimos cuando grabamos el último disco".
A la hora de hablar de las actividades que hace en su tiempo libre el artista comentó: "Si no tengo ensayos me pongo a hacer ejercicio, luego suelo mirar televisión, compre un tocadiscos en Nueva York y unos vinilos, así paso el tiempo". "Ahora estoy más sociable y con las pilas puestas, cuando fui la ultima vez a Colombia estaba mal humorado, pero ahora es distinto", afirmó el músico latinoamericano.
García en la entrevista aprovechó para recordar a dos grandes músicos de su país, "Gustavo Cerati no ha vuelto a la conciencia y el maestro Spinetta falleció, esto ha provocado un agujero en la música y será imposible reemplazarlos. El Flaco creó el rock en castellano". Finalmente Charly García reveló algunas de las canciones que estarán en su repertorio el próximo 2 de julio entre las que se destacan 'Piano bar', 'No soy un extraño', 'Nos siguen pegando abajo', 'No importa' y 'Rezo por vos'.

Escucha la entrevista completa:
                                                         

Fuente: Terra Colombia

martes, 8 de mayo de 2012

CHARLY GARCÍA EN CÓRDOBA 9 DE JUNIO 2012, ENTRADAS EN VENTA

Charly García vuelve a la ciudad de Córdoba en Junio y para calentar a la provincia mediterránea sera el invitado de lujo de León Gieco este domingo 13 de mayo en un evento gratuito organizado por la universidad nacional de Córdoba. Imperdible! 


Charly García: 9 de Junio - 21.00 hs. 

VALOR DE LAS ENTRADAS* 

Pista: $330, $275, $220, $165.
Sector Rojo: $275, $220, $165, $110.


Comprar entradas: Orfeo y Dinoticket

(*) Este valor de entrada incluye el 10% de Service Charge.

domingo, 6 de mayo de 2012

GIRA 60x60: CHARLY GARCÍA EN PERÚ, 30 DE JUNIO 2012



Después de tres años de ausencia, la leyenda del rock argentino, Charly García, se presentará en Lima el próximo 30 de junio en el Jockey Club del Perú con su tour ‘60x60’ ofreciendo un show con su banda que consta de 11 personas en escena, que incluye a varios reconocidos músicos internacionales y que se denominan "The Prostitution".
Las entradas para el show con Charly García saldrán a la venta en TU ENTRADA de Plaza Vea y Vivanda. Este lunes 07 y martes 08 de mayo habrá una VENTA EXCLUSIVA solo con tarjetas Interbank.

PRECIOS:
DEMOLIENDO HOTELES         S/. 59.50
REZO POR VOS                             S/. 119.50
CERCA DE LA REVOLUCION   S/.  224.00
DEMASIADO EGO                         S/.  343.00

Comprar entradas: Tu entrada

ENTREVISTA A CHARLY GARCÍA EN "ILUMINADOS POR EL SHOW" A CARGO DE JUAN ALBERTO BADÍA


Charly Garcia entrevistado por Juan Alberto Badia, programa Sabado Show, Canal 13, sabado 5 de mayo 2012 - www.haganruido.com.ar. Gracias Flavio una vez mas!


En su regreso a la televisión abierta, Juan Alberto Badía se reconoció “feliz y nervioso”, se mostró agradecido con ideas del sur y a la vez, consideró que el texto para presentarlo era excesivo en elogios.
Badía estrenó su segmento “iluminados en el show” con una leyenda del rock nacional: Charly García. El compositor ingresó por la puerta principal del estudio con los acordes de uno de sus hits, “rezo por vos”. El experimentado conductor abrió la charla preguntándole sobre el paso de baile que Charly hizo en sus últimos shows cuando interpreta “a bailar”. Divertido, García contestó: “le copié un paso de baile a un marciano, que en vez de secuestrarme, le robé el pasito marciánico”.
Badía apeló a un artículo del crítico norteamericano John paredes para consultarle sobre la influencia del rock y los Beatles en su carrera y forma de pensar. “John Lennon primero decía quiero tomar tu mano, después que quería ir a tu casa. La mayoría de las cosas fueron fantasía”.
Charly habló de su manera y estado ideal para componer: “siempre mis canciones fueron sarcásticas y a veces estás solitario aunque estés muy bien acompañado “(…) “uno compone en soledad. No me gusta tanto la cosa masiva del olé olé de los estadios, creo que el artista tiene que tener su espacio, y el espacio es solitario.”
También reivindicó a sus colegas. Recordó al flaco, Epumer, Cerati que “todavía está ahí y uno no entiende por qué pasan estas cosas. Se recuerda a tanta gente que hizo desastres como Hitler y creo que hay que recordar a la música de mercedes, del flaco, de Ceratti, que hizo que la argentina se sostenga musical e intelectualmente.” y agregó una anécdota con Spinetta sobre el tema compartido, “rezo por vos”. “componíamos juntos, la gente nos veía en la calle comprando masitas y nos hacía sentir mucho poder. Nos asustamos y por eso no hicimos un disco juntos porque se incendió el departamento”.
Charly arrojó más definiciones sobre su trabajo musical actual. “mi banda es un grupo de rock con un poco de tango y música clásica. Ahora puse dos bailarines entre Hollywood y tangueros que reforzó el concepto, sí. Un día podría ser jurado de bailando… lo voy a hablar en el cuarto piso”, aseveró.
Sobre su prolífico estado compositivo expresó: “escribí 400 canciones, pero en el último disco hay 60. Es muy importante dejar a la gente con las ganas.”
Recordemos que su último gran lanzamiento discográfico: “60 x 60″ es un box-set de colección que contiene el registro en cd y DVD de los conciertos realizados por García a finales de 2011 en el teatro gran Rex de buenos aires. Este fue presentado por su amigo y partícipe del proyecto, juan Alberto Badía, con la compañía de Graciela Borges y los músicos integrantes de The Prostitution (su actual banda). Allí, Charly respondió las inquietudes de los periodistas y habló frente a una multitud de cámaras que grabaron o transmitieron en vivo para todo el país.
Consultado sobre su consagrada versión del himno nacional, comentó: “el himno básicamente ya estaba muy gastado porque era un disco de pasta y un día Fede peralta ramos se paró arriba de la mesa y dijo ¡viva la patria! e hicimos el himno en el estudio. Se enojó una sola persona aunque dijeran que fue muy controvertido. Estuvo bueno hacer el himno, está bueno ser argentino.”
Mencionó su permanente agradecimiento a Palito Ortega “soy muy agradecido. Y a Evangelina también. me invitaron a la quinta como un hermano. Ahí me hice católico más adelante volvería sobre su religiosidad. “Si dios existe, hay algo pendiente con dios. Me hizo acordar a Herber de los Paralamas, a quien fui a ver. Y se recuperó. Yo pienso en dios cuando pasan éstas cosas. Sólo lo sobrenatural puede salvar éstas situaciones. Yo pienso que dios es el universo, entonces no me sale rezar una oración ya hecha. En los momentos malos, rezo una oración propia.”
“Te diste todos los gustos o te falta alguno?”, le disparó Badía en su distendida charla. “ser disc jockey de Tinelli. No le pondría reggaetón. Música para parapléjicos, tendría algunas deficiencias”. Más preguntas: “¿Diego o Messi?” “me gusta diego de acá para arriba y Messi de acá para abajo”, dijo con su habitual ocurrencia.
Más adelante recordó a su padre que “era un matemático y escribía algunas canciones. Tangos”. Mencionó su amistad con Gieco. “Yo lo adoro a león. Buena persona, buen tipo. Íbamos a fundar una editorial para editar nuestros discos. Y le dije: esto es un plomo, vámonos de gira. Y duró un montón.”
“¿Tu imagen te llevó por delante o vos la armaste?” indagó Badía. “yo por mi imagen conseguí mi primer contrato. Yo me hacía mi ropa. En un momento me di cuenta que el defecto que tenía del bigote y la mitad de la cara más blanca me iba a hacer un favor. Así es que soy consiente de mi imagen”, dijo el bicolor. Aseguró que los críticos “no me motivan pero siempre es lindo escuchar o ver que lo que dicen de vos, es lindo o bueno”.
Sobre las cosas que le importan hoy le preguntó el maestro juan Alberto. “Ando como cualquier persona, simplemente soy un apasionado de la música y hago eso. Los amigos son importantes en mi vida”.
Al despedir a Charly junto a Badía y Denise, Listorti le preguntó si sería jurado del bailando. “si el Dalai lama hace conciertos en el Madison Square Garden cualquier cosa es posible”, dijo Charly.

Fuente: Reporter del espectáculo

martes, 1 de mayo de 2012

ENTREVISTA A CHARLY GARCÍA EN MUNDO CASELLA. SEGUNDA PARTE

 

VER PRIMERA PARTE 
 GRACIAS A FLAVIO COMO SIEMPRE!!!

Charly García conquistó a Miami


MIAMI BEACH - Al celebrar sus 40 años de carrera artística y después de varias décadas en las que se caracterizó por los excesos y las excentricidades, Charly García demostró que pasa por un muy buen momento, al ofrecer un concierto en el que interpretó un amplio repertorio de su historia musical, junto a su banda "The Prostitution".
Durante más de dos horas, el ídolo argentino, considerado el artista latinoamericano más importante del rock, despertó de principio a fin los halagos y las ovaciones de un público que no paró de cantar las canciones y gritarle frases, como "Sos grande", "Vamos, Charly" o "Maestro".
"Rezo por voz" fue la canción con la que abrió el concierto "60 x 60", su última producción musical en la que recopila "La vanguardia es así", "Detrás de las paredes" y "El ángel vigía", -recitales con los que celebró en 2011, sus seis décadas de vida-.
 Durante el concierto García rescató parte de su historia musical con "Cerca de la revolución", "Demoliendo hoteles", "No voy a parar" y "Los dinosaurios", que las fue alternando con canciones nuevas con un sonido muy potente y rockero.
Además, por primera vez (?), incluyó en su banda el bandoneón con lo cual logró fusionar rock y el tango. Vestido con una gabardina beige, camiseta negra, trusa roja y gafas oscuras, el creador de grupos como Sui Generis y Serú Girán, dejó ver que a sus 60 años se encuentra bien físicamente y artísticamente intacto.
 "Está perfecto, yo lo vi muy bien y demostró toda su genialidad", dijo Max Balbiani, uno de los 2,500 asistentes, argentinos en su mayoría, al Jackie Gleason Theater. "Aunque no puedo negar que extrañé un poco la espontaneidad y la chispa que siempre han caracterizado al Charly en el escenario, porque lo vimos mucho más calmado".
Efectivamente, en la presentación se pudo ver a un García más sereno y concentrado en seguir el libreto del show, lleno de arreglos magistrales que no daban muchos espacios para la improvisación, con excepción de algunas variaciones y solos que el 'maestro' realizó en el piano.
Sin embargo, para agrado y sorpresa del público, durante las dos horas de concierto el astro argentino no sólo demostró toda su virtud artística, sino que cantó claramente y conservando su voz durante la totalidad del repertorio.
"Estoy feliz de verlo así de bien. Fue un concierto genial, en el que pudimos escuchar las canciones con las cuales crecimos, y pudimos ver que Charly está mejor que nunca", dijo Letty Álvarez, una argentina residente de Miami.
Y toda esta genialidad musical, fue en parte gracias a su banda "The Prostitution", que siempre lo acompaña, y que está conformada por el "Negro" García López, en la guitarra, Fabián "Zorrito" Von Quintiero, en los teclados, Kiuge Hayashida, en la guitarra y coros, Fernando Samalea en el bandoneón, xilófono y percusión, Tonyo Silva, en la batería, Carlos González en el bajo, Rosario Ortega, en los coros y el trío de cuerdas, integrado por Alejandro Terán, Julián Gándara y Christine Brebes.
Con una espectacular interpretación de "Eiti leda", Charly se despidió de un público que se negaba a que el concierto concluyera y que durante casi cinco minutos coreó al unísono "otra más, otra más". "No sabía que Miami hacía tanto ruido", fueron las palabras de Charly García al salir de nuevo al escenario a interpretar "Canción para mi muerte", uno de las temas más representativos de su carrera.
 "Fue un recital mágico, nos sentimos muy complacidos de poder ver a un gigante como Charly García entregándonos un repertorio tan genial y dejándonos ver toda su grandeza", concluyó Raúl Puentes, uno de los asistentes.

Por: IVAN CRUZ
Fuente: EL NUEVO HERALD 

New York - Charly García, en el centro del universo

Unas tres mil personas asistieron al concierto que el bigote bicolor ofreció en la ciudad.
A sala llena en la meca de los músicos.

 NUEVA YORK.- Después de dos horas de música y dos rondas de bises, Charly García volvió a sentarse frente al piano y advirtió, sonriendo como toda la noche: "Después de esto no hay más, no queremos más. Esto fue perfecto". Arrancó entonces con los acordes de "Canción para mi muerte", que casi tres mil argentinos y no argentinos vociferaron suponiendo que esta vez Charly decía la verdad. Y tenían razón. La primera canción que compuso García en su vida, resignificada en los últimos años por sus problemas de salud y recuperada para su flamante caja de CD y DVD en vivo (ver aparte), fue también la última de su recital del miércoles en Nueva York, donde no tocaba como solista desde hacía más de diez años.
Un día antes Charly asistió al musical Evita.
En la foto junto a Ricky Martin y Elena Rogers, ambos fanáticos confesos del bicolor. 
 Charly replicó en Nueva York, y replicará hoy en Miami, sus recitales de noviembre pasado en el Gran Rex, con la misma súper banda y la misma vocación canónica en la lista de canciones. En Manhattan, donde tocó en un teatro que lleva el nombre de una cadena de electrónicos (Best Buy) y está ubicado en el medio del caos de Times Square, Charly ofreció un recital prolijo e imperial, donde estuvieron las canciones que tenían que estar (a pesar de que una chica uruguaya reclamó insistentemente, sin éxito, la aparición de "Chipi-Chipi") y donde el espíritu dominante, tanto arriba como abajo del escenario, era de celebración y agradecimiento.
 A Charly se lo vio bien, un poco lento de movimientos pero bastante fino a la hora de cantar y sorprendentemente respetuoso del guión que se había puesto. Los conciertos de esta serie, que continuará en los próximos meses por América latina y llegará en agosto al Luna Park, están planificados al detalle, con arreglos lujosos y exactos y poco margen para la improvisación. A García, que en otras épocas abordaba sus recitales más como una oportunidad para la sorpresa que como la repetición de algo ya existente, esta camisa de fuerza le sienta bien, porque lo libera de tener que inventar gambetas brillantes todo el tiempo.
 "Lo vi muy entero, muy bien", dijo después Sergio Mastrogiovanni, un argentino que vive en el estado vecino de Nueva Jersey y trabaja en un laboratorio. "Pero igual lo prefiero en parte como era antes, más ácido, más divertido." Un poco de razón tenía Mastrogiovanni: el Charly que llegó a Nueva York estaba tan contento de estar ahí y de rendir tributo a su propia carrera que se había quedado sin tiempo y sin energía para el sarcasmo o la ironía. En cualquier caso, la impresión es que los espectadores del recital del miércoles ganaron más de lo que perdieron con la exhibición de García y su profesionalismo, que además es una virtud muy estadounidense. Mucho de eso tuvo que ver con la banda, que Charly construyó en dos niveles: por abajo, la base chilena de guitarra, bajo y batería que lo acompaña desde hace una década; y por encima, los firuletes y las texturas de algunos de sus músicos históricos, como el "Negro" García López en guitarra, el "Zorrito" Von Quintiero en teclados y el versátil Fernando Samalea en bandoneón, vibrafón y percusión. Alrededor, el color de la viola de Alejandro Terán, el chelo de Julián Gándara, el violín de Christine Brebes y la voz a veces tímida pero siempre acogedora (y lista para el rescate) de Rosario Ortega.
 Charly habló poco. Saludo a Elena Roger, la actriz argentina que protagoniza el revival de Evita en Broadway, y le dedicó, precisamente, "No llores por mí, Argentina". A Charly parecía hacerle bastante gracia estar tocando en la capital mundial de las comedias musicales: "¡Gracias, Broadway!", dijo un par de veces, riéndose de su propio chiste. Nueva York es una ciudad clave en su carrera: acá grabó o mezcló todos sus discos de los años 80, considerados por buena parte de la crítica como el momento más alto de su carrera solista. Por eso dedicó "Nos siguen pegando abajo" a Joe Blaney, "mi primer amigo neoyorquino", productor de varios de aquellos discos y presente en la tribuna.
 Cuando sí dijo cosas, García aprovechó la multiculturalidad de la ocasión para hablar en inglés, casi siempre bien. Dudó un poco cuando quiso decir que la música no tiene idioma y no encontró la palabra "language". "Music has no... idiom", dijo, mostrando con una mueca que no era la palabra que estaba buscando.
 La noche había comenzado con la guitarra de García López y el riff saltarín e inconfundible de "Fanky", de 1989, cuyo video mostraba, justamente, un paseo veraniego y en blanco y negro por las calles de Manhattan. Después vino una versión de "Rezo por vos" calcada de la original, pero entristecida por la imagen en pantalla gigante de su coautor, el Flaco Spinetta.
 Samalea, que durante años tocó la batería en las bandas de Charly, ahora tocaba el bandoneón (dándole un toque arrabalero a "No soy un extraño") o el vibrafón, poniéndole un aire juguetón al solo, originalmente de piano, de "Yendo de la cama al living". Cinco minutos después, con los primeros acordes inconfundibles de "Cerca de la revolución", la sensación en el ambiente era que la carrera de Charly García (y el propio Charly) había vuelto a un lugar de donde quizá no debió irse nunca.
 Giovanni, un peruano de Lima que vive hace 15 años en Long Island, al este de Nueva York, estaba encantado: "El recital ha sido extraordinario", dijo. "Me gustó que haya tocado tantos temas viejos, bien conocidos". Cerca suyo, vestida con una camiseta de la selección argentina, Daniela Borda, de 17 años y trasplantada hace nueve años de Lomas de Zamora al Bronx, no podía dejar de sonreír. Describió el recital con una palabra un poco pasada de moda pero que se ajustaba bastante también al espíritu ochentoso de la noche: "¡Copadísimo!

Por Hernán Iglesias Illa
Fuente: LA NACION