domingo, 22 de abril de 2012

NOTA A CHARLY GARCÍA EN PAGINA/12, EXCELENTE

Domingo, 22 de abril de 2012

Alta fidelidad

En diciembre del año pasado, Charly presentó en el Gran Rex un show en tres partes en el que apostaba todo: repasar su carrera entera en 60 canciones y arreglarlas, juntando finalmente una banda de rock clásica, los aires de tango del bandoneón y un ensamble de cuerdas. No sólo estuvo a la altura sino que todo fue prolijamente grabado y ahora, después de un meticuloso y obsesivo trabajo de mezcla en el estudio, sale en una impecable caja con 3 CD y 3 DVD. No es un disco más para Charly: es una mirada profunda a su pasado y una reconciliación extraordinaria con eso que jamás lo abandonó: su música. Por eso es un honor para Radar que haya querido presentar 60 x 60 en estas páginas.


 Por Mariano Del Mazo y Juan Ignacio Boido

El otoño le queda bien a Charly. Está fresco, amable, con ganas de charlar. No es sólo buen humor, algo demasiado pasajero. Ya tiene lista la caja de 60 x 60: 3 CD y 3 DVD que reúne, disco por disco, el show en tres partes con el que a fines del año pasado en el Gran Rex terminó de redondear esa etapa de recuperación: shows en los que, además de recuperarse él, recuperó sus canciones. Está feliz con el resultado, como si ahora sí pudiera decir ya está, así son, acá están.
Es sábado a la tarde en su departamento del Palacio de los Patos y en la casa se respira vida cotidiana. Están su novia con unas amigas, y una asistente que coordinó la entrevista y ajusta detalles. Preparan café, alguien bajó a comprar facturas. Hay un equipo de música sobre la chimenea, parlantes hogareños a los costados, vinilos de Dylan, una biblioteca con libros y fotos (algunos de Woody Allen, biografías de músicos, fotos de Charly con amigos), un plasma en una mesita con ruedas y un sillón enfrente: el desorden natural de una casa que está siendo vivida. Charly es un anfitrión amabilísimo que delega en otros detalles como el azúcar o el agua, pero que no por eso se le escapan. Tiene una sonrisa que irradia calidez, como si toda la armonía a su alrededor proviniera de ella. Es canchera la manera en que disimula la ligera corriente de ansiedad por empezar la entrevista. Aunque su música no es su historia clínica, sabe que de alguna manera esta caja es el certificado de alta.
Su relación con su propia obra fue durante mucho tiempo tan complicada como la que tenía con él mismo: como si por momentos (a veces largos momentos) le hubieran pesado o fueran una sombra de la que era imposible escapar. Es verdad que esas mismas canciones fueron su refugio, un lugar donde recostarse, incluso cuando era el público y no él quien las cantaba, igual que otros se tiran de espaldas desde el escenario para ser atajados. Nadie, ni siquiera el tiempo, puso a prueba sus canciones como él mismo. Y ahora Charly, un artista proteico como nadie, capaz de buscar y adoptar, disco tras disco, el lenguaje y el sonido de una época para reflejarla, parece haber encontrado finalmente un sonido con el que está conforme y en el que sus canciones pueden viajar cómodas, clásicas, perfectas. Son casi 60, pero podrían ser todas.
Algo de todo esto ya había en aquel Vélez del regreso. Una noche de 2009 que tuvo mucho de exorcismo. “Basta. O más fuerte”, desafió Charly a un cielo cerrado que empezaba a llover. Bajo el diluvio que se desató, Charly, recién recuperado, cantó con un poncho en homenaje a Mercedes Sosa, que acababa de morir, y con Spinetta en un reencuentro histórico. Aquella noche pareció la última batalla antes de la paz de un alma en guerra con los dioses. Después de eso, Charly volvió a salir de gira, volvieron los halagos, algunos premios, la vuelta a países que hacía mucho no visitaba, estadios, los Luna Park, hasta un anfiteatro en Israel. La banda sonaba impecable. De a poco, la delicadeza de los arreglos pedía más atención. Sintonía fina. Algo de eso que se había escuchado en aquel Unplugged del ’95, pero enchufado: el bandoneón y las percusiones de Fernando Samalea, un pequeño ensamble de cuerdas clásicas, esta vez a cargo de Alejandro Terán. Rock, música clásica y tango. Las canciones tenían más para dar y lo darían en los Gran Rex. Y aunque no es devoto de los discos en vivo (“muchos aplausos, mucho ruido”, dirá más tarde), está satisfecho con éstos. Había que ver el gesto de ternura con que el miércoles pasado le dijo a una periodista que le preguntó por la caja: “Muchas gracias por lo de obra de arte; hacía rato que no llamaban a un disco mío así”. No es sólo una serie de recitales que salieron bien sino una mirada hacia atrás, quizá la más larga, la más serena y la más consciente que haya dado en su vida musical hasta ahora.
Cuando el grabador se prende, sin perder la gracia, se pone un poco más serio, se sienta más de frente y mientras le saca el filtro a un cigarrillo como si los dedos fueran pinzas, escucha la pregunta.

Cuando volvés a tus canciones, como lo hiciste en la retrospectiva de los shows del Gran Rex del año pasado, ¿qué te pasa? ¿Cambia la perspectiva de tu propia obra?
–De alguna manera, sí. Las canciones fueron elegidas un poco por feeling, por intuición y también un poco porque eran las que la banda sabía tocar o lo que a mí me resultaba más fácil enseñar. Fue algo bastante experimental, porque al contar con cuerdas, bandoneón y vibráfono, yo no tenía claro cómo iba a funcionar mi idea. Y funcionó bien: se pegaron los timbres del bandoneón con las cuerdas, con los sintetizadores, las guitarras eléctricas. Así se fue desarrollando: tenía esas sesenta canciones, hicimos una enorme cantidad de ensayos, trabajamos muchísimo, después me reencontré con el material en las mezclas y ahí lo disequé. Las canciones eran como ratas que yo abría para verles los órganos.


¿Y qué viste?
–Que más allá del sonido y los arreglos, eran canciones muy buenas. Lo que hice fue una búsqueda muy enfocada. Soy muy obsesivo en la instancia de la mezcla, porque es un momento en que puede cambiar todo. Ahí me dedico a manejar los planos de los instrumentos, llegado el caso pongo la batería más fuerte, o agrego eco a las cuerdas. Si un arreglo, algún aspecto de la guitarra o el bajo se va de mi concepción, lo borro. A mí, Clics modernos me parece el disco mejor grabado que hice y, de alguna manera, un disco en vivo es el opuesto. No me gustan los discos en vivo: tienen muchos aplausos y los instrumentos no se distinguen muy bien, por eso a este disco lo trabajé muy bien desde la mezcla y desde los arreglos, como si fuera un disco de estudio. Vas a ver que no se escucha mucho la gente.


¿Regrabaste algo en el estudio y lo metiste?
–No, no metí nada. Dejé todo así. Una vez que tuvimos la primera canción mezclada, el resto fue fácil. Era todo el mismo sonido.


Hablando de sonido, tus discos suelen tener un sonido de época. ¿Hay arreglos que hiciste ahora que ya tenías en mente hace muchos años y que por un motivo u otro no hiciste entonces?
–Sí, surgieron arreglos que me hicieron recordar cosas que yo quería poner, pero que no pude en su momento porque no tenía los instrumentos adecuados. Básicamente no tenía una orquesta, como la que ahora tengo con Alejandro Terán. La orquesta me dio la posibilidad de meterme más en las armonías. Me gustó también el sonido del bandoneón y las cuerdas, le da una cosa tanguera muy evocativa. La combinación de eso con las guitarras saturadas se acerca a lo que yo imaginaba para muchas de mis canciones. Antes yo era más de meter muchas capas sonoras.


¿Cuándo es “antes”? ¿A qué etapa te referís?
–“Antes” es una palabra muy grande para mi carrera, ¿no? El momento de capas, la sublimación de las capas, fue Say No More.


Algunos ven la etapa de Say No More como confusa. En esta suerte de antología, ¿pudiste advertir los grados de inspiración en tu obra? Hay una coincidencia bastante generalizada en considerar tu etapa solista de los años ’80 como insuperable. ¿Estás de acuerdo o pensás que tu obra posterior a esa década no fue valorada justamente?
–Las dos cosas. Por eso la motivación actual que tengo para hacer un nuevo disco no viene de las canciones, viene por otro lado: sé que no puedo hacer un disco de canciones y que no sean tan buenas como aquéllas. Es complicado competir con vos mismo. Entonces me veo como Peter Gabriel, buscando otros sonidos. O como Annie Lennox, que sacó un disco buenísimo todo de voces. Say No More, el disco, me parece desgarrador: se destruye al tiempo que se va creando. Lo veo como una sola canción, una canción muy buena. Por eso a esta altura no me veo haciendo un disco con un piano. Aunque debo decir que siempre fue así, la mayoría de las canciones no las hice al piano, ni siquiera con sintetizador: las hice pensando, escribiendo las notas al mismo tiempo que la letra. Sin instrumento y de un tirón, la música y la letra escritas. Ahora tengo un plan, una idea de un futuro disco, que tiene que ver con la matemática y con la infancia. En la matemática y la infancia está todo.


¿Por qué?
–Por un lado me parece que la creación siempre ocurre durante la infancia y la adolescencia, y después lo que uno hace el resto de su vida es recrear ese momento. Yo quiero volver a la infancia, metafóricamente hablando. A esos años impresionantes en cuanto a lo creativo. Y a lo matemático que tiene la música... A veces pienso en mi viejo, que era físico, químico y matemático. Esta etapa también sería volver a él. Yo me pregunto por qué la música no se enseña en la escuela como se enseña la matemática. Yo pienso la música como una fórmula matemática. Para que se entienda: para que haya un acorde tiene que haber tres notas, la primera es fundamental y la tercera es la que define su carácter, si es mayor o menor, si es alegre o triste. Siempre tuve muy en cuenta eliminar la tercera, porque al eliminarla le das al sonido una ambigüedad que hace que el acorde lo termine de construir el que escucha. Un poco como “Yendo de la cama al living”, que tiene una ambigüedad muy interesante. Ahí cada instrumento hace una cosa diferente. Es lo que pienso hacer en un futuro disco. Pero por ahora es apenas una idea, como la que tenía de hacer música debajo del agua.
El poster desplegable que viene junto con la caja 60 x 60 es –junto a otros detalles como que los CD y los DVD juegan con la gráfica de los viejos discos simples– un homenaje a la década de la que Charly se nutrió. Hay cientos de fotos, dibujos, apuntes, tickets y afiches de viejos shows, memorabilia de lo más variada agrupada como en un collage (“igual que en el Album blanco”, dirá García), como si se hubiera ordenado un allanamiento al cajón del placard de un fan del estilo El Porsuigieco, el magistral monstruo rockero creado por Saborido y Capusotto. Hay, también algunas frases. “¿Por qué no vamos por la escalera, que está completamente inventada?” J.L. Borges, se lee por ahí, con la grafía urgente de Charly. La ingeniosa sugerencia del escritor ante la disyuntiva “ascensor o escalera” plantea si se quiere un postulado conservador. ¿Charly se refleja en esa frase? Más que conservador, clásico: García ha tomado el ascensor demasiadas veces, con diversas y temerarias provocaciones. Incluso ha experimentado con el balcón y la ventana. Quizás éste sea el momento de subir su propia escalera, completamente inventada por él. Otra frase del poster: “El futuro está en el pasado”. Esa frase es de Dylan, y va a hablar varias veces de él.
“Algunos no la pescan. El primer 60 es por los sixties. El segundo por mi edad. Hay como 60 temas, etcétera. Es, como siempre, una ocurrencia mía”, explica, también, de puño y letra, en la caja. Y abajo escribe su marca registrada, pero con signo de interrogación: Say No More? Aunque el presente sea esta reinvención del pasado, el futuro no parece estar en el pasado. Al menos eso debe pensar el equipo que lo asiste y trata, y su novia Mecha Iñigo. Ahí está, entonces, en el living de un departamento del Palacio de los Patos de la calle Ugarteche: Mecha, peluquero y rock and roll. Tiene una sonrisa esculpida en la cara; una sonrisa cannábica sin cannabis. Esa sonrisa viene de otro siglo y en su campo magnético todos caemos encantados. Da la sensación de que uno podría quedarse a vivir en esta casa discretamente burguesa, de chimenea blanca y laptop; da la sensación de que si uno se queda efectivamente a vivir, va a ser permanentemente agasajado con café, facturas y buen tabaco. Y buena charla. Aquel Charly esquelético, de perfiles faciales filosos, agudos, que se movía como un desacatado arlequín punk, es hoy un charlista reflexivo, memorioso, algo melancólico y por momentos pasional. En off o, mejor dicho, en esas situaciones en las que queda claro que se está fuera de la entrevista periodística, se refiere con calidez a Andrés Calamaro, se ríe de Violencia Rivas (“un whiskicito”), elogia a Skay Beilinson (“si lo ves, mandale saludos; es buena gente y un gran músico”) y habla de rutinas físicas: “Hago un poco de cinta... Me aburre olímpicamente. Más me gusta salir a caminar, pero se complica con la gente. Aunque la otra vez salimos con Mecha por los bosques de Palermo y la pasamos bárbaro”.
Frente al grabador no pierde esa luminosidad. Se vuelve, sí, más riguroso con la elección de las palabras. Examina su pasado sin condescendencia y con un tono autopiadoso, otra evidencia de su inteligencia. “Durante mucho tiempo renegué de Sui Generis. Es que la música de Sui se asociaba mucho con el fogón... ¡y yo jamás fui a un fogón! Me acuerdo de las críticas de los músicos pesados, Pappo, Billy Bond... aunque yo tocaba con Billy y él me producía. Pero bueno, Sui Generis vendía más discos que nadie y eso provocaba un poco de envidia.”


¿Y por qué renegabas?
–Porque en ese entonces yo tenía un sintetizador, un piano Fender y un mini Moog y me creía moderno, o algo así. Muchas cosas no resistieron el paso del tiempo. Pero con los años, y sobre todo con esta recopilación, empecé a cantar las canciones desnudas y son muy buenas. Por ahí en su época no fueron muy entendidas. Para mí, Instituciones es un discazo. Es un poco lúgubre, un poco retorcido. Fue como una transición perfecta hacia La Máquina de Hacer Pájaros. Fui a ver a Roger Waters, y me pareció un show impresionante. Salvando las distancias, algunas cosas de The Wall las relaciono con Sui Generis.


Cuesta relacionar The Wall con Sui Generis...
–“Rasguña las piedras” habla de lo que habla The Wall. Mucha gente piensa que tiene que ver con una persona que enterraron y que no había muerto, y nada que ver. Habla de la pared, del aislamiento. Y más: lo que yo quería hacer originalmente con Instituciones era un disco blanco igual que The Wall, y desarrollar el Manifiesto Comunista en tiempo de rock. ¡Empezaba con “Proletarios del mundo, uníos”! Obviamente fue imposible de hacer. Incluso Jorge Alvarez, que era el productor discográfico, un tipo muy inteligente, me dijo: “Anteponele Pequeñas anécdotas al título para aliviar un poco y sacale ‘Botas locas’ y ‘Juan Represión’”. Hubo como una fricción. Yo metí “Tango en segunda” y no me acuerdo qué otra. En “Tango en segunda” le hablo a Jorge Alvarez: “A mí no me gusta tu cara y no me gusta tu olor”.


El disco es de 1974... ¿vos te dabas cuenta de lo que estaba pasando en el país?
durante una secuencia muda y graciosa mientras por los parlantes sonaba la voz de Graciela Borges.
–Sí. Aunque debo decir que nunca vino un militar a mi casa a decirme que no tocara tal tema... Me metían en cana como a todo el mundo. Pero a su vez yo me preguntaba después: ¿por qué nunca prohibieron mis discos? Yo era consciente de lo que escribía: “Tengo los muertos todos aquí, ¿quién quiere que se los muestre?”. Mucha gente dice ahora que no se daba cuenta de lo que ocurría...


¿Y cuando apoyaste a Menem te dabas cuenta?
–Yo nunca lo apoyé, yo nunca lo voté... ¡Simplemente quería saber si era un ser humano!


¿Y?
–Y era. Le canté “Los dinosaurios” y se largó a llorar. ¿Sabés lo que me dijo la primera vez que nos vimos? “La mediocridad para algunos es normal, la locura es poder ver más allá.” ¡Terrible! Pero, por favor, no lo nombremos más.
Se puede pensar que el lugar común de “Charly García, la gran antena de la República Argentina” tiene asidero. Al menos es posible conjeturar con liviandad de fibra resaltadora que el clima y tono de sus discos en general acompañaron los procesos políticos y sociales del país. La frescura y optimismo de los dos primeros discos de Sui Generis (1972/1973); las sombras y el cinismo de Instituciones (1974); el hipercandombe de los dos discos de La Máquina (1976/1977, “qué se puede hacer salvo ver películas”); la melancólica solidez y amalgama grupal de Seru Giran y su crítica de costumbres (de 1978 a 1982); el demoledor y festivo período solista que se extiende aun más allá del alfonsinismo; la confusión y las tinieblas de la ancha etapa Say No More en los años menemistas; la resurrección espectral de 2002 con Influencia, y así. García dice que para la caja se enfrentó ante esos matices de su obra y que concluyó que, finalmente, se trata de una larga y única canción: “Lo que cambia es la ropa, el vestuario”. “Las condiciones objetivas también quedan relativizadas –completa–. Antes el enemigo era claro, ahora el enemigo puede ser tu vecino. Está en la casa de al lado o en el celular. No es un tema menor: el enano fascista que tenemos adentro está vivito y coleando.”
El trazo grueso de las etapas no alcanza tampoco para destacar otras aristas de Charly, menos enfocadas, como las de intérprete. Aunque ahora su voz es carraspera y caverna, el eco áspero de lo que fue, la voz de Charly conforma una de las grandes matrices tímbricas del rock argentino. La otra es la de Luis Alberto Spinetta. Charly no admite la propia, pero subraya la manera de cantar de Spinetta –mejor dicho, su fonética– como fundacional. El tema lleva directamente a cómo pensar “la vida sin Luis”. Es el único momento en las dos horas de entrevista que el rostro de García se nubla: “La muerte de Luis me devastó. Fue una sensación igual a cuando me enteré de que murió Lennon. Yo era muy amigo del Flaco. A veces nos distanciábamos por temas musicales, porque cada uno estaba haciendo su propio camino. Nos admirábamos mutuamente. Hicimos algunas canciones juntos, temas como ‘Total interferencia’, ‘Rezo por vos’ para aquel famoso disco trunco... Había una química que nos sobrepasaba a los dos, demasiada energía. Tanta... que nos asustamos”.


¿Cómo se conocieron?
–Yo era fan de él. Me acuerdo de un encuentro en Pippo, de madrugada. Yo recién había terminado de grabar Vida. Se acercó y me dijo: “Vos tenés mucho talento, cuidate de los vampiros”. Un grande. Miren: si bien Los Gatos, Moris y otros ya habían inventado el rock en castellano, para mí el gran hallazgo de Luis fue descubrir una forma de sonar en castellano, pero con sonido inglés. El problema de cantar rock en castellano es que a veces la fonética no es buena. El rock fue inventado por ingleses y americanos, y sus palabras son más cerradas. El castellano tiene palabras más abiertas, y Luis descubrió cómo hacerlo. Sus letras pegaban totalmente lo lírico con la música que hacía. Me parece que esto fue su mayor aporte.


¿Y vos reconocés aspectos spinetteanos en tu obra?
–Todos los que alguna vez escuchamos a Luis tenemos su aguijón clavado. Porque además del placer de escucharlo, su música siempre ofrece una lectura más. Es música muy compleja. Almendra para su época era supercomplejo. Hay gente que encuentra spinetteana a “Filosofía barata y zapatos de goma”, por ejemplo. Para mí fue un orgullo cuando la hizo en el concierto de las Bandas Eternas. Me mató. Me emocionó muchísimo.


¿Proyectaste en la de él tu propia muerte?
–Es algo casi natural, ¿no? Primero me atravesó una sensación de orfandad. Ahora, por otra parte, sentí otra cosa. Me proyecté, pero no me identifiqué con su muerte. Si hubiera muerto, qué sé yo, inyectándose heroína o reventándose por ahí, quizá me hubiera sentido más cerca de él... Pero no. Me pareció muy injusto que le tocara a Luis. Porque era supersano, un tipo muy humano, muy amable, muy inteligente, muy familiero. Es un gran misterio... por qué no me tocó a mí, por qué le tocó a él.
Con Fito Páez en una versión magistral de “Desarma y sangra”.

Aunque la versión de “No soy un extraño” del Unplugged del ’95 no desentonaría para nada en 60 x 60, Charly dice que nunca le gustó demasiado el disco para MTV: “El disco está bien, pero mi ego dice que es una fórmula que hizo todo el mundo”. Recuerda cuando teloneó a Bob Dylan en Vélez, con Gustavo Santaolalla y León Gieco. “Dylan no permitía a nadie que tomara alcohol, pero él se paseaba por los pasillos con una taza de té. Soplaba la taza, hacía como que el té estaba muy caliente... y era tequila.” Volverá sobre Dylan. Su memoria es notable y ordenada: sólo que en vez de fechas o años, está organizada por discos, por sonidos. Ahora está hablando de La Máquina de Hacer Pájaros, tal vez su banda menos reconocida. En la caja 60 x 60 no hay ningún tema de La Máquina. El motivo, dice, es que la mayoría son temas muy complicados de tocar. “No dividíamos en negras o corcheas, dividíamos en semicorcheas y era tiriririti tiririri tiriri. Los podría tocar, pero no es lo más fácil que puedo hacer en este momento. Sí podría haber hecho ‘No te dejes desanimar’ o ‘Cómo mata el viento norte’, que son más sencillas. Pero no se dio.”
“Cómo mata el viento norte” tiene una pequeña y cándida historia detrás. “Fue el primer tema que compuse después de Sui Generis. Al final de la última función del Luna Park, el 5 de septiembre de 1975, me fui caminando por Corrientes con mi novia y una amiga. Eso era lo lindo que tenían esos tiempos. ¡Andaba caminando! Después me vengué y me tomé doscientas limusinas juntas, pero en ese tiempo era así, y era lindo. Esa noche terminé en mi departamento de Cucha Cucha y Yerbal, solo. Cuando se hicieron las ocho de la mañana bajé y me compré dos grabadores National. Jugando, haciendo grabaciones de un grabador sobre otro, compuse ‘Como mata el viento norte’.”
Es cierto que además de poco reconocida, La Máquina de Hacer Pájaros fue poco escuchada. El entonces pequeño, casi familiar Planeta Rock estaba como enojado por la separación de Sui Generis, y el enojo funcionó como negación. Charly dinamitaba los puentes por los que pasaba y doblaba apuestas. Fue acústico cuando hubo que ser acústico; fue progresivo cuando hubo que ser progresivo; y fue moderno cuando hubo que ser moderno. Pero siempre antepuso al sonido el concepto de canción y la ética artística. La idea es de María Moreno: a Charly García lo salvó, siempre, la ética.
Hoy, él mismo parece haber reflexionado y llegado a algunas conclusiones sobre sí mismo y sobre esos puentes que fue dinamitando. En los extras de los DVD –donde Charly es breve, pero esencial para responder a las preguntas de Badía sobre los repertorios de cada disco– dice eso de que “las bandas en las que estuve eran maneras de vestir la misma esencia”. Pero también ofrece de manera conmovedora una perspectiva que une su debut solista del ’82 con las últimas turbulencias de la era Say No More: “Cuando estaba con las bandas, todos metíamos notas por todos lados; pero cuando empecé como solista, mi cabeza creaba toda la música y dejaba pocos espacios para que alguien ayudara”. 60 x 60 no fue sólo diseccionar las canciones como ratas en el laboratorio sino, también, abrirlas para que otros entraran.


Tu obra es una fuga permanente hacia adelante... Recién ahora te pusiste a mirar hacia atrás.
–Sí, es como que me di cuenta de lo que hice. Y al tener una orquesta a mi disposición pude encontrarme con ritmos y sentimientos que había imaginado en el momento original, y que recién ahora pude concretar. Todo tiene que ver con la inspiración y con el medio en el que estás. Yo ahora estoy limpio y tengo otros estímulos. Tengo que aprender a manejar esos estímulos y convertirlos en canciones. Yo creo que lo que me pasó fue que alguna parte de mí se sentía incomprendida y que tenía ideas que no podía realizar. La droga lo que hizo fue exacerbar eso, se mezcló todo y creó una especie de “omnipotencia, autodestrucción & Say No More”. Algo así como no digas nada, callate y escuchá. Creo que tuvo que ver con la frustración de no poder realizar lo que yo quería, y derivó en una especie de Pete Townshend rompiendo todas las guitarras.


¿Y qué era lo que vos querías realizar?
–Por ejemplo, que todos escuchen un concierto con auriculares. Lo hice, pero fue mal entendido. Más allá de lo que yo quería hacer, ahora pienso que es el poder, finalmente. Ser estrella de rock tiene que ver con el poder. Roger Waters lo explicó perfectamente, porque él vivió tirando sus propias paredes, o las paredes que la sociedad impone. El definió perfectamente a la estrella de rock fascista.
Hace varios años, en unas presentaciones en Obras, Charly llevó al límite el flirteo con ese fascismo idólatra del rock: en medio del recital, ante un estadio lleno, García se paró en el borde del escenario y alzó su brazo derecho. La respuesta fue inmediata: cientos de brazos que habían comprado el brazalete de Say No More en la puerta, le devolvieron el saludo nazi. García no dudó. Sin bajar el brazo, dijo: “Ahora se arrodillan”. La gente quedó helada. Fueron los dos segundos más largos de Obras. Entonces, García sonrió con aprobación y dijo: “Menos mal”. Y siguió tocando.
Charly deja quietas las manos con que desarma otro filtro para escuchar su propia anécdota, y cuando termina se ríe como si fuera una picardía, un poco de él, un poco de otro. Pareciera que Charly volvió a ser pudoroso. Fuma y fuma y los cigarrillos se pierden en esos dedos-garras que Dios le dio. Una foto de Max Vernazza adorna el living: son esos mismos dedos, esa mano, en tiempos de azufre. La foto impresiona, y funciona como el espejo retrospectivo de lo que García fue ayer nomás. Ahora se trata de dar con la fórmula Charly como si se tratara de la receta de un suplemento de cocina, y él no duda: “Mucho beatle, actitud stone, tango”. “¿Leyeron la autobiografía de Keith Richards? Con Keith Richards me identifico completamente. El libro es hermoso, tiene mucha ternura. Creo que los tipos que son valientes y que van para adelante, arrastrando también el pasado pesado, son con los cuales me identifico. Hagan la música que hagan. No me identifico con los que hicieron poco y lo siguen repitiendo. Hubo una época en que yo pensé que el rock estaba envejeciendo mal, la época de grupos como Scorpions... Ahora creo lo contrario. Fui a ver a Paul McCartney, a Gabriel, a Waters... Ni hablar de Dylan.”


Pareciera que el rock nació y creció joven, hasta que un día Dylan cumplió 70 años, ¿no? De repente empezó a hablar de la vejez, de la cercanía de la muerte, de temas que parecían ajenos al rock...
–Dylan fue un adelantado tan grande que quizás él no tenga una percepción muy realista y muy firme de lo que hizo. Para mí Dylan, por ejemplo, inventó el rap. El hizo con el blues algo que yo de algún modo traté hacer con el tango.


En los extras de los DVD le decís a Badía que al fin y al cabo siempre hiciste “tango-rock”.
Charly en escena, y fuera de cuadro The Prostitution: Christine Brebes (violín), Julián Gándara (cello), Carlos García López y Kiuge Hayashida (guitarras), Carlos González (bajo), Rosario Ortega (voces), Fernando Samalea (bandaneón, vibráfono, gong y unos alucinantes maniquíes percusivos), Toño Silva (batería), Alejandro Terán (viola), Fabián Von Quintiero (teclados). Además, esas noches subieron Juanse, Aznar, Nito Mestre, Fito y Os Paralamas. Y las voces de Badía y Graciela Borges sonaron en off por los parlantes.

–Es que es nuestro blues. El tango siempre me gustó como idea. Las letras de tango son impresionantes, y la música también. Quizá lo que no me gustaba era el sonido que tenía, y tampoco la reacción de los tangueros hacia nuestra música. Ellos nos veían como un enemigo. Y nos veían como enemigos porque disputábamos el mismo mercado y la misma ciudad. Javier Martínez, Luis, yo y muchos más le cantamos a Buenos Aires, a la gran ciudad, la pálida ciudad, como a su modo lo habían hecho antes los tangueros. Creo que el rock de Buenos Aires es realmente importante. No diría que el rock latino es importante, pero el rock de Buenos Aires sí.


Una vez dijiste que en el verso de Homero Expósito “era más blanda que el agua, que el agua blanda” ya estaba Spinetta. Y de alguna manera tu canción “No soy un extraño” es como “Volver”...
–Puede ser, puede ser... pero “Volver” es más pesimista y mucho más fatal.


También hay mucho bar, mucho cafetín en tus canciones...
–Sí, ¡pero en mis bares se fuma porro!
La risa de Charly se esparce por el living. Se escucha una frase que no llega a ser imperativa: “Un whiskicito”. Está con los últimos detalles de la gira que va a hacer por Nueva York (“mi segunda ciudad”), Miami (“me reconcilié con Miami”) y varias ciudades de América latina. Viaja con toda su banda, The Prostitution, orquesta de Terán incluida. Vuelve a la música, le gusta hablar de música más que nada. El tono puede parecer soberbio, pero no lo es. Maneja una sobriedad borgeana, una pedagogía nada enfática: “No sólo el rock and roll es rock and roll. Yo te digo que tocar una ‘Polonesa’ de Chopin es un vértigo total. Yo viví en un mundo que era de mucha fantasía, pero estaba escrito en un pentagrama. Con el tiempo me fui dando cuenta de muchas cosas. Tengo oído absoluto, lo cual puede ser una tortura: una noche me di cuenta de que todas las bocinas suenan en un Si bemol. ¿Quién afina las bocinas? La música produce algo que va más allá de los gustos. Si te invade una secuencia de no sé cuantos ciclos de bajo, te hace vomitar. ¿Sabían? Ahora hay escudos que proyectan sonidos dirigidos y te voltean. La música tiene un misterio que se fue diluyendo cuando se convirtió en una prostituta, cuando la gente vio una forma de hacer dinero con eso. Y la música no está hecha para eso. Por eso mi apuesta actual, lo que viene, es seguir investigando. Cosas simples, como la tónica, la octava, la quinta, qué te producen. El Si bemol te produce irritación, por eso las bocinas te ponen nervioso. Si algún valor tiene 60 x 60, la caja y todo eso, es que hay una apuesta muy grande a la música. No al fashion, no a la fórmula, no a los sonidos modernos, sino a la música. A eso que se llamaba la música”.
Habla de Paul McCartney con antigua devoción, una devoción sedimentada a lo largo de medio siglo. Se roza el tema de ese gran disco que fue Chaos and Creation in the Backyard y se especula que la solidez del álbum fue porque al fin Paul supo contemplar la mirada de otro (como en los tiempos de John y George Martin) y recostarse en la pericia del productor estrella Nigel Godrich. “No es fácil”, se dice... ¿Quién tiene autoridad para decirle a McCartney que tire una canción a la basura? ¿Quién a Charly García? “No, no es fácil. Pero...” La frase queda suspendida...


¿Te bancarías estar bajo las órdenes de un productor artístico?
–No sé si me lo bancaría, pero me gustan las opiniones. No estaría nada mal.


Alguien que con autoridad te dijera: “Esta canción no va”.
–Eso no me pasa desde la época de Sui Generis, con Jorge Alvarez. No sé, sólo es posible si uno tiene confianza ciega. Yo a Joe Blaney le volvería a dar un disco. A mí me produjo Oldham, que es un productor no de sonido sino de concepto. No sé, tendría que ver...
Charla Charly. Habla de su (vieja) pasión por la música del Brasil y de su intención de recuperarla (“me arruinó la muerte del tocadiscos”), de la partida de Hilda Lizarazu de su banda (“la entiendo”), de Graciela Borges, de Fabiana Cantilo, de ciudades amadas y de su propia obra. “El disco mejor grabado es Clics modernos; mi mejor canción podría decir ‘Desarma y sangra’; pero si tomo todo Say No More como una sola canción, elegiría esa. Me escudo en Say No More: es la canción de un alma torturada.”
Vuelve a lo que vendrá: “Quiero encontrarme con mi niñez, pero desde otro lugar. Quiero salir de mi yo, de mi actual yo”.


¿Cuesta?
–Cuesta. Pero voy bien. ¿La verdad? Estoy bien, el tratamiento terminó, progreso día a día.

“El futuro es una hoja en blanco, y no me asusta”, dijo el miércoles pasado en la presentación pública de 60 x 60. Acá, una tarde de otoño, en el living de su casa, se permite ser igual de honesto, pero más íntimo:
–Lo único que me aterra es convertirme en alguien normal

CHARLY GARCIA - STADIUM LUNA PARK, ENTRADAS EN VENTA



Charly García vuelve al escenario hecho a su medida, esta vez para cerrar su gira 60 x 60 con tres funciones formato "teatro" (todos con butacas numeradas, exceptuando las cabeceras). Las entradas ya estan a la venta.

FUNCIONES:
Miércoles 29 de Agosto 21:00hs.
Martes 04 de Septiembre 21:00hs.
Jueves 06 de Septiembre 21:00hs.

UBICACIONES Y PRECIOS:
Platea Preferida $ 400 + $ 40 (*)
Platea $ 340 + $ 34 (*)
Platea C y L $ 250 + $ 25 (*)
Superpullman $ 300 + $ 30 (*)
Pullman Lateral $ 190 + $ 19 (*)
Cabecera sin numerar $ 90 + $ 9 (*)

(*)cargo por servicio (no incluye costos de entrega)

COMPRAR ENTRADAS: Ticketportal, o en boleterias del Luna (Lunes a viernes de 10:00 a 19:00 hs. Sábado de 12:00 a 19:00 hs.  Días domingo con función desde las 14 hs.)

Hernán para Cinema Verité.

sábado, 21 de abril de 2012

ENTREVISTA A CHARLY GARCÍA EN MUNDO CASELLA. PRIMERA PARTE

Charly García participó de una entrevista en el programa Mundo Casella (C5N). En su primer parte emitida el viernes 20 de abrl 2012, donde repaso desde sus primeros pasos musicales, canciones, anécdotas, Sui Generis, Serú. El próximo viernes se emitirá la segunda parte de la entrevista realizada por el periodista Beto Casella.
 
 Gracias a Flavio.

miércoles, 18 de abril de 2012

CHARLY GARCÍA PRESENTÓ SU NUEVO DISCO "60X60" Y RECIBIÓ LA DISTINCIÓN "ICONO DE LA MÚSICA NACIONAL ARGENTINA

Charly García presentó su nuevo disco "60x60" el box set que contiene 3 DVD con más de tres horas de conciertos grabados en Alta Definición, además de 3 CD con audio de los recitales, un libro con fotos y un poster.

En la conferencia también le entregaron la distinción "Icono de la música Nacional Argentina por haber vendido más de 1 millón de discos".
La presentación la hizo junto a parte de su banda “The Prostitution” y con su amiga Graciela Borges, en el musimundo del barrio de Belgrano, donde fue presentado por quien produjo el box , Juan Alberto Badía. Algo de lo que dijo Charly:

Sobre su nuevo material:
"En un momento esto era una obra pobre en construcción, fue un edificio alto de 60 pisos, lo tuve que arreglar y lo hice en un estilo de neoclasisimo, polirritmo y minimalismo, ahora que lo terminé me siento orgulloso y satisfecho. Si bien no hay canciones nuevas, esas canciones aparecen con un nuevo ropaje, estoy orgulloso de este disco. El hacer la toma en vivo en un teatro hizo que funcione"

Los 60:
"Me siento bien, los 60 me rejuvenecieron de alguna manera y me hacen acordar a los años 60, que fue una de las épocas más divertidas para algunas. Por eso puse 60 temas y todo gira con el 666. Los sixties siempre fueron un buen lugar para mi”

Sus músicos:
"Tocar con estos músicos fue como nadar con flotadores y patas de ranas"

Charly sobre Charly:
"No sé si me morí y no me doy cuenta y esto es la muerte, hay tantas cosas raras que se dicen, yo creo que no me morí nunca. Le mando un saludo a la clínica, gracias por todas las pastillas que me dieron, los chalecos de fuerza y los grupos de autoanálisis.
Antes me gustaba el de antes, ahora me gusta el de ahora. Cuando miro para atrás me sorprende cómo le emboque a la pileta, también sorprende que a los chicos todavía les guste mi música.Clics modernos es el disco que mejor suena.
Yo llamaba dinosaurios a la Triple A, a los militares, pero no sé si me gusta que me digan dinosaurio, me gusta que me digan Charly".

El futuro:
“Para adelante veo una página en blanco y no me asusta".

Hernán para Cinemaverité.

Un trabajo que hace honor a su obra

Charly García. “60 x 60” es una caja con tres CDs y tres DVDs, con sus actuaciones en vivo en el Gran Rex.


Es larga la carretera, cuando uno mira atrás”, le dice Charly García a Juan Alberto Badía, en los “Extras” de uno de los DVD de la caja 60 x 60, de edición numerada, que recopila la trilogía La vanguardia es así, Detrás de las paredes y El ángel vigía, los tres recitales que compusieron el ciclo con que el músico celebró sus 60, en octubre y noviembre del año pasado.
Y cierto que lo es. Alcanza con atender a la recorrida por las tapas de los 41 álbumes a los que el músico les dio vida -en la apertura del primero de los DVDs- para medir la real dimensión del universo musical que se despliega a lo largo de algo de las más de tres horas de música e imágenes que llenan tres DVDs, replicados en tres CDs. Todo, acompañado de un libro con fotos registradas durante el ciclo, por Maxi Vernazza, un collage de fotos que compila las cuatro décadas de trayectoria de García, las letras de 51 canciones y la reproducción de una de sus pinturas, con su numeración correspondiente. Un combo que, como el propio ciclo, honra la obra de su autor.
Porque no es cierto eso de que las canciones son de todos, una vez que el autor las deja volar. Las canciones son de quienes las hacen. Y, a lo largo de su carrera Charly se encargó de dejarlo en claro, haciendo con ellas lo que se le antojó. Las transformó, las trasvistió, las escupió, las faltó el respeto, las descuartizó y resucitó, o reencarnó en nuevas formas. Las puso en manos expertas, y las abandonó en otras, irresponsables, mientras él viajaba por oscuros laberintos. Las rompió, como si fueran parte de sí mismo. Y las rearmó. También como si fueran él mismo. Y si el Concierto Subacuático (2009) reflejaba ese proceso de reconstrucción, 60 x 60 es algo mucho más parecido al trabajo terminado.
García califica a su banda, The Prostitution -Christine Brebes, Julián Gándara, Carlos García López, Carlos González, Kiuge Hayashida, Rosario Ortega, Fernando Samalea, Toño Silva, Alejandro Terán y Fabián Von Quintiero- como una “fábrica de música”. No está errado, a juzgar por la precisión y eficiencia con que sus integrantes tratan la música del “jefe”. Del mismo modo que lo hacen los invitados Juanse, Fito Páez, Pedro Aznar y Nito Mestre. Y, desde la locución, Graciela Borges y Badía.
En sintonía con ese buen trato van los tratamientos sonoro y visual de lo que sucedió en el escenario del Rex durante esas nueve noches, reflejado con extrema fidelidad. El primero, sin una exagerada vocación por disimular las limitaciones de la voz 2012 de García ni su destreza con los teclados -también en permanente work in progress, de 2008 a estos días-, y con un acertado balance entre la base, las guitarras y teclados y el trío de cuerdas. Acaso a costa de la pérdida de algo del calor del público; pero con mucho más a favor que en contra. El segundo, con el ojo -muchos ojos- puesto en el lugar correcto, y apoyado en un prolijísimo trabajo de edición.
En ese marco, 60 x 60 resume, además de su festejo en escena con lujo de detalles, la carrera de un Charly que, finalmente, parece haber llevado sus canciones al justo lugar.

Por Eduardo Slusarczuk
Fuente: Clarín

martes, 17 de abril de 2012

60 X 60 CHARLY GARCÍA, LISTA DE TEMAS


DVD 1- La Vanguardia es así
1> Tango en segunda
2> El amor espera
3> Cerca de la Revolución
4> Rock and Roll Yo
5> Anhedonia
6> No importa
7> Nos siguen pegando abajo (Pecado mortal)
8> Viernes 3AM 
9> La grasa de las capitales
10> Me siento mucho mejor
11> 20 trajes de lágrimas I
12> Tu vicio
13> Chipi Chipi
14> Demoliendo hoteles
15> No voy en tren
16> Desarma y sangra
17> Los Dinosaurios
18> No toquen
19> Confesiones de invierno
DVD 2- Detrás de las paredes
1> Instituciones
2> Pasajera en trance
3> Rezo por vos
4> Yendo de la cama al living
5> Necesito tu amor
6> Hablando a tu corazón
7> Influencia
8> 20 trajes de lágrimas II
9> Fantasy
10> Canción de Alicia en el país
11> No soy un extraño
12> No me dejan salir
13> Cuchillos
14> Inconciente colectivo
15> La sal no sala
16> Promesas sobre el bidet
17> Perro andaluz
18> No llores por mí, Argentina
19> Rasguña las piedras
20> Fanky
DVD 3- El Ángel Vigía
1> Piano Bar
2> Canción de 2 x 3
3> I´m not in love
4> Plateado sobre plateado
5> La chica que se robó al mundo
6> El día que apagaron la luz
7> Deberías saber porqué
8> Nuevos trapos
9> Popotitos
10> Llorando en el espejp
11> No te animás a despegar
12> 20 trajes de lágrimas III
13> Raros peinados nuevos
14> Rap del exilio
15> Asesíname
16> Canción para mi muerte
17> No se va a llamar mi amor
18> Eiti Leda

CHARLY GARCÍA EN MENDOZA, MAÑANA ARRANCA LA VENTA DE ENTRADAS

Charly García en Mendoza

Entradas:
$300
$250
$200
$150

Venta: Suc. Centro II Las Heras 419, Suc.Maipu San Martin 277, Suc. Shopping Av. Acceso Este 3280, Suc. Godoy Cruz Panamericana 2900.

Lugar: Arena Maipú Stadium - Mendoza

¡Con Tarjeta Nevada en 1, 2 y 3 cuotas sin interés!

lunes, 16 de abril de 2012

Juan Alberto Badía presentó en exclusiva para Bariloche 60 x 60, lo nuevo de Charly García

Juan Alberto Badía, íntegro, luego de superar el momento más difícil de su vida, el pasado viernes volvió a su KM FM con un verdadero lujo para los oyentes y amigos que se acercaron a la emisora: en exclusiva presentó 60x60, el nuevo material de Charly García.
Entre abrazos y gestos de afectos para Badía, iban pasando las nuevas canciones de Charly y las voces que integran esta verdadera obra de arte: Juanse, Graciela Borges, Maximiliano Vernazza, y hasta el propio García se hizo presente en la noche de la radio en Bariloche.
"Me encanta que hayas sido el primero que puso en la radio 60x60" expresó Charly y explicó como eligió estas 60 canciones."Fueron las canciones que se asociaron entre sí y otro poco lo que sentíamos mejor con la banda. Que en realidad es una orquesta, con bandoneón y violines. Que me sumó mucho porque yo siempre fui un poco de esconder la armonía porque quizás no sabía plasmarla con los instrumentos convencionales que estaban a mi disposición”.
Entusiasmado, pensante y sereno como nunca, Charly describió la esencia de su nuevo trabajo, “me acordé de haber trabajo con el maestro Theran y se me ocurrió llamarlo. Eso disparo que lo llamara a Fernando Samalea porque quería tener el toque de tango en estas canciones. Conjugar esto con las guitarras eléctricas y los elementos convencionales del rock dio una cosa nueva que estoy disfrutando mucho". Sus raíces musicales presentes en el Box Set tampoco fueron olvidadas, "yo tengo un pasado de música clásica, también me gusta el tango y dije: porque no abrir un poco más los límites. Pensé en eso y fue una decisión muy buena. No es una decisión que tenga algo que ver con la industria de la música porque con esto que hago estoy en contra de la corriente. Pero por los comentarios que me hace la gente, mis personas mas queridas y músicos, he tomado un camino, que si bien será un poco arduo, lo estoy gozando mucho”.
Con respecto a este camino elegido por Charly, fue muy claro Alejandro Pont Lezica afirmando que "esto de Charly es diferente".
Según Pont Lezica, “cuando toda la industria del disco dice que las canciones no pueden durar más de tres minutos, que las canciones tienen que estar dirigidas a un segmento de edad. Que la música no se vende, que la música no se escucha como antes, que no vale la pena invertir en un concepto de diseño porque a nadie le importa, que no vale la pena cuidar el sonido y masterizarlo porque total nadie presta atención en esas cosas. Charly vuelve a marcar el camino. Vuelve a hacer las canciones que duran lo que tienen que durar.
La música como gran protagonista, música que no le importa qué edad o sexo tiene la gente, es una invitación a todos. Vuelve a marcar el camino. Ha vuelto la luz al rock argentino. Ha vuelto alguien que dice: es por aca muchachos. Se viene una bienvenida Revolución”.
El también productor de la obra, junto a Badía y Dardo Ferrari, remata “a medida que vayan descubriendo y escuchando este disco se van a ir dando cuenta que la música está presente. Que vale la pena escuchar la música de un artista popular. Un artista que te acompañó toda tu vida”.
Las nuevas canciones sorprendieron, conmovieron, alegraron, despertaron recuerdos y comentarios de este nuevo García en todos los presentes y oyentes en lo que fue una mágica noche de radio. Seguramente aquellos que siguieron la transmisión por KM FM, han podido escuchar al nuevo García con el Badía de siempre, el de la voz inconfundible, de la calidez, de las palabras que llegan. Dijo sobre García: "Este nuevo García es posible. Lo hemos visto deteriorado, mal con el mismo. Hoy vemos a un Charly con 60 años, que sabemos lo que ha pasado pero que está con una gran lucidez, solidez y mucha alegría. Un entusiasmo que hace muchísimo tiempo no se le ve y eso indica que está renovado y está para eso y no para una estrella del rock and roll. Él está para la música".
60 x 60, es un box set de tres cds y tres dvds que contiene el audio y las imágenes de los últimos conciertos que ofreció en el Gran Rex, un libro de fotos, un póster y una lámina numerada.
El material atesora la trilogía "La vanguardia es así", "Detrás de las paredes" y "El ángel vigía", que el músico presentó en un ciclo de nueve conciertos en la sala de la avenida Corrientes junto a su banda The Prostitution a fines de 2011.
El concepto del póster se sustenta en un elemento de expresión simple y genuino como la puerta del placard hecha por un fan. El contenido de la caja se completa con la lámina numerada, que reproduce una ilustración hecha por el propio Charly.
"Vos sos la radio y yo soy el rock" frase con sello García. Se conocieron hace mucho. Los une una mutua admiración, respeto y amor a la música. Hoy son grandes amigos que sueñan juntos y empreden caminos auténticos.
Es el triunfo de la música dijo Badía. Es el triunfo de la radio dicen sus oyentes.
Sentimientos mezclados. García y Badía. Uno que volvió a cargarse el rock a sus hombros. El otro que nunca dejó la radio pero que está con más energía que nunca, volviendo a desplegar sus alas y las de sus oyentes. Ha vuelto la música, ha vuelto el rock, ha vuelto la magia, ha vuelto la radio. Todos podemos estar tranquilos y seguir disfrutándolos.

Fuente: CyN Digital

viernes, 13 de abril de 2012

PRESENTACIÓN DE 60 X 60 EN MUSIMUNDO


CHARLY GARCIA PRESENTA 60 X 60 EN MUSIMUNDO
DISFRUTA DE LA CONFERENCIA DE PRENSA EXCLUSIVA!
Miércoles 18/4 a las 19 hs en Sucursal Belgrano (Cabildo1873)

Invitados: Juan Alberto Badía y Graciela Borges

Fuente: Perfil Facebook Musimundo

CHARLY GARCÍA: "VOY A ESTAR CONTRA LA CORRIENTE"

Charly García, uno de los íconos del rock latinoamericano, próximamente pisará los Estados Unidos para presentar dos conciertos alucinantes, en los que el público podrá apreciar toda la magia de sus emblemáticos temas y además lanzará una colección de lujo con lo mejor de su música. Tuvimos la oportunidad de conversar vía telefónica con él y nos adelantó detalles de lo que serán estas actuaciones, nos habló de sus nuevos proyectos y nos reveló lo que significó en su vida el gran músico Luis Alberto Spinetta.

-¿Cómo surgió la idea de compilar tu obra en una edición de lujo que saldrá al mercado el 18 de abril?
-Empezamos con este proyecto, hace unos meses, en un teatro y se me ocurrió que cada show tuviera una lista de temas diferentes. Al final escogimos 60 canciones. Como referencia a los años 60 y también a mis 60 se me ocurrió titular el álbum 60x60.

-Próximamente tienes dos presentaciones en Estados Unidos, específicamente en Nueva York el 25 de abril y en Miami el 28 de abril ¿Qué puede esperar al público que asista a ellas?
-En los conciertos vamos hacer una destilación de 60x60. Somos once músicos en escena, una orquesta casi. Hay cuarteto de cuerdas, bandoneón y xilófono mezclados a los instrumentos tradicionales del rock.

-¿Qué te permiten estas dos presentaciones en USA?
-Estas presentaciones me han darán la posibilidad de desarrollar mi visón musical, pues me permiten añadirle a mi sonido elementos más clásicos y salirme un poco de los límites del rock. Eso es algo que dar valor agregado a los shows.

-¿Algunas sorpresas del show que puedas adelantar a los fanáticos?
-El concierto tendrá un juego de luces impresionante, acompañado por atractivas imágenes. Habrá una comunión entre la música y las imágenes. Todo ha sido muy cuidado, eso se va a notar y le va a gustar mucho a la gente.

-¿Tienes pensado trabajar en un proyecto discográfico con nueva música?
-Sí, estoy pensando en algo que tiene que ver con fórmulas matemáticas y la anotación musical. Quiero hacer algo que no dependa tanto de la maquinaria y que se pueda grabar la música naturalmente, lo cual ahora es muy difícil porque lo que impera es la computación y los hits prefabricados. Voy a estar un poco contra la corriente.

-¿Adaptarías tu sonido a los nuevos tiempos?
-Claro, el hecho de revisar mi carrera y adaptar el sonido a esta nueva concepción de la música, lo veo como algo neoclásico. Creo que voy a seguir por esa vertiente

-¿Al oír el nombre Luis Alberto Spinetta en que piensas?
-Pienso en un amigo, un compañero de rutas, aunque nunca rodamos juntos, un gran músico y un poeta. Era mi ídolo. Yo era fan de él. Considero que Spinetta invento el rock en castellano. Estoy realmente triste por su partida.

Charly, con un ánimo impresionante, invitó a todos sus seguidores a los shows, en Miami (28 de abril) y Nueva York (25 de abril), no sin antes despedirse haciendo un llamado a las nuevas generaciones para que no pierdan el amor por el rock, ahora que se ven influenciados por la movida electrónica y urbana.

Por: David Gil
Fuente: Terra

domingo, 8 de abril de 2012

CHARLY GARCÍA BROCHE DE ORO EN EL QUILMES ROCK 2012


De impecable traje blanco y puntual, Páez abrió su show con "El amor después del amor", aquel tema incluido en el disco de igual nombre que festeja en 2012 sus dos décadas. Igual que en los noventa, Claudia Puyó lo acompañó en los coros.

En poco más de una hora el rosarino paseó por sus tres décadas de carrera y dio vida a "11 y 6", "El diablo de tu corazón", "Ciudad de pobres corazones" y "Dar es dar".

En medio del concierto, él, que en 1986 grabó junto a Luis Alberto Spinetta ese trabajo titulado "La la la", hizo un lugar para homenajear al "Flaco". Y en medio de los aplausos de un River repleto lanzó el estreno que afirmaba que "La vida sin Luis... no es vida sin Luis".

Más tarde fue el momento de Charly, quien llegó al escenario en una limosina y abrió su recital con "Fanky". Acto seguido, el hombre del bigote bicolor también recordó a Spinetta de la mano de "Rezo por vos" (tema que compusieron juntos), que fue acompañado de una imagen del recientemente fallecido músico.

"Tenemos una gran sorpresa para ustedes: el gran Pedro Aznar", dijo el cantautor al dar paso a su colega para cantar juntos "Perro andaluz" y recordar así a Serú Girán. Poco después invitó al escenario a Juanse para acompañarlo en "La sal no sala". El exlíder de Los Ratones Paranoicos fue bienvenido por el público al grito de "Pomelo", célebre personaje de Diego Capusotto.

Para "Desarma y sangra", García invitó a Páez y, cuatro temas después, el show llegaba a su fin. Entonces, el creador de "Viernes 3 AM" se abrió el saco y mostró una remera con la estampa del primer disco de Almendra. Así, de alguna manera, esa famosa trilogía del rock nacional conformada por Charly, Spinetta y Fito volvió a sonar entre el recuerdo y la vigencia de sus obras.

Fuente: Ambito.com

TEMAS:

01-Fanky
02-Rezo por Vos
03-Cerca de la Revolución
04-Nos Siguen Pegando Abajo (Pecado Mortal)
05-No Importa
06-Perro Andaluz (con Pedro Aznar)
07-Anhedonia
08-Instituciones
09-Yendo de la Cama al Living
10-La Grasa de las Capitales (Fragmento sinfónico)
11-Me Siento Mucho Mejor
12-Canción de Dos Por Tres
13-Demoliendo Hoteles
14-Los Dinosaurios
15-Tango en Segunda
16-El Amor Espera
17-La Sal No Sala (con Juanse)
18-Desarma y Sangra (con Fito Páez)
19-Asesíname
20-Eiti Leda
21-Popotitos

jueves, 5 de abril de 2012

CHARLY GARCÍA Y FITO PÁEZ: "ES COMO ESTAR EN LA CASA DEL DEMONIO





Fito Páez cumplió su sueño de joven. A los 21 años fue tecladista de Charly García para el disco Piano Bar. Casi 30 años después, ambos con carreras más que consolidadas, el escenario los une para cerrar la tercera fecha del Quilmes Rock. Los músicos hicieron una pausa de su ensayo en La Trastienda para hablar con La Viola.

"Es como estar en la casa del demonio", bromeó Páez, y agregó: "Ya sabemos cómo funciona todo adentro. La música de Charly es parte de los bienes de la familia. El me crió de potrillo".
Distendidos, los dos en su ensayo, hablaron de lo que será el show del sábado en River Plate: “Aunque sea lo más familiar del mundo, estamos nerviosos y tenemos muchas expectativas. Por ejemplo, tocamos 'Desarma y Sangra' con él en el piano y yo canto”, adelantó Charly García y remató “¡Fito la toca mejor que yo!”.
Los músicos coincidieron en que no serán presentacciones muy largas “después de toda la música que la gente va a escuchar ese día, hay un límite. No somos un mp3”, aseguró el músico de bigote bicolor.
García por Páez: “Me hizo disfrutar el mundo, fue una fuerza de liberación. Esas cosas no le las olvidás jamás".
Páez por García: “Cuando escuché 'Tres Agujas' me arrodillé ante Fito”. Y agregó: "Estaba esperando que alguien me pateara el culo”.

Fuente y video: La Viola

domingo, 1 de abril de 2012

CHARLY GARCÍA EN EL QUILMES ROCK 2012

HORARIOS, TRANSMISION EN VIVO E INVITADOS CONFIRMADOS.


Ya esta todo listo para el megashow de rock del año. Charly García se presenta junto a su banda "The Prostitution" este sábado 7 de abril en el estadio mundialista de River Plate.
El evento será transmitido por varios medios que se detallan debajo e iremos actualizando. Además se espera para el show de Charly algunos invitados de lujo, entre ellos Pedro Aznar que ya confirmo su presencia en su web oficial y Fito Páez que compartirá el escenario en el show previo. Todavía quedan entradas, no te lo pierdas!


Horarios sábado 7 de Abril

BANDA DE TURISTAS    16:35
CATUPECU MACHU    17:20
LAS PELOTAS    18:30
FITO PAEZ    19:50
CHARLY GARCIA    21:30

Ver y escuchar ONLINE:

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