miércoles, 22 de septiembre de 2010

UNA ENTREVISTA A SERÚ GIRÁN EN EXPRESO IMAGINARIO

Me gusto mucho esta nota que leí en el blog de "El Anacoreta", la comparto con ustedes:



...Creo que mi búsqueda tenía en el fondo algo antropológico, porque no es lo mismo leer hoy a Alfredo Rosso hablar de las bandas de ayer que leer una revista de esa época y saber qué pensaban los periodistas, qué pensaban los músicos...
Por esa época encontré un número de Expreso Imaginario, una de las revistas icónicas del rock argentino de fines de los años setenta, con tapa de Serú Girán. En la tapa un Charly muy pulcro y joven fumaba un cigarrillo y los otros tres Serú Girán sonreían detrás (los ojos de Moro denotaban unos cuantos porros). El título decía en letras blancas: desmenuzamos a Serú Girán.
Realmente tiene bastante de antropológico meterse en lo que pensaba Charly García hace treinta años. Resulta casi imposible pensar que ese Charly mucho más relajado, lúcido y humilde tenga algo que ver con el que fue en los 90, y ni hablar de su versión actual remozada.
La nota fue realizada en marzo de 1980. Acababa de salir La Grasa de las Capitales (1979), que no había sido recibido por la prensa de manera del todo feliz, además se había generado un especial revuelo por la asistencia de Charly al programa de Mirtha Legrand. Ante todo esto, los Serú Girán salieron a rebatir todas las críticas (especialmente una que había hecho Expreso Imaginario sobre un recital de Serú en Córdoba).
Mejor, léanlo ustedes mismos. Extraigo a continuación algunas partes de esa entrevista.

Charly García: Yo quería hablar acerca de la corresponsal del Expreso en Córdoba. Para mí es alguien que no entiende nada de nada y sin embargo manda una carta al Expreso y se la publican. No sé, yo pienso que ustedes no piensan que Serú Girán es un desastre, que tocamos mal y engañamos a la gente. (1)

Una de las cosas que se le criticaban era la visión supuestamente apocalíptica del disco, aunque en esa opinión había más una ausencia de entendimiento del tono satírico de la mayoría de las letras del disco (recordemos que muchas veces Charly canta en primera persona como si lo hiciera en tercera persona).

Charly García: No se puede exigir a los músicos que hablen siempre de lo mismo. Lo lindo de ser compositor y músico es poder plantear diferentes puntos de vista, que por ahí no son los tuyos. No es que yo piense que el mundo se va acabar mañana, y que todo es una mierda. Ni que no se banca más. Pero todo eso existe y está en todos nosotros. Cuantas veces nos levantamos y decimos: “No se banca más”. Eso es real, como también es real que uno va por las calles de su barrio y se dice: “Pero ¿qué hago yo en este lugar que no me corresponde?”, o a veces te dan ganas de tirarte un tiro. Está lo de la canción de Hollywood. O.K. ¿Cuál es la salida? La salida no es ir a Hollywood a grabar en 32 canales, porque si no te bancas vos… Todas esas cosas son reales, y además de reales son punto de vista. Por ahí el próximo disco trae cosas más alegres, pero no se nos puede pedir alegría si cuando hicimos el Lp estábamos viviendo un momento crítico además para la música de acá: no pasaba nada. Me acuerdo cuando volvimos a Brasil, hablábamos con cualquier tipo y todos estaban bajoneados. No encontrabas a nadie que te dijera: “Ahora estoy mejor, veo que los grupos tocan, la gente se siente mejor”. Y eso se refleja en el disco. Negar eso es negar lo que pasa, y negando lo que pasa nunca vas a arreglar nada. Hay que ver la mierda también.

Es evidentemente que por esa época Charly ya quería dejar atrás todo el bodrio progresivo de la Máquina de hacer Pájaros y el primer disco de Serú, y estaba en una búsqueda más cercana a la canción, o algo que la gente pudiera entender más fácilmente.

CG: Nuestra aspiración es que algún día esta sea la Música Popular Argentina. Eso es lo que queremos. El otro día yo fantaseaba y le decía a León Gieco: “Mira, en el próximo disco tuyo poné MPA, de frente porque no podemos seguir con el asunto de Yes y Génesis.

Otros lo seguían acusando a Charly, como cuando empezó con Sui Generis, de hacer música para adolecentes. El rock ya no era solo cosa de los jóvenes, como cuando empezaron Los Gatos. La división ya no era entre adultos y jóvenes. Sino que había una escisión en el propio interior del rock, donde unos se inclinaban por una música más compleja, y supuestamente elevada (el término progresivo lleva consigo una idea de la música similar a la teoría evolucionista del hombre, como si la música estuviera evolucionando con Yes, Emerson y Génesis hacia un estado superior y todo lo demás fuera una mierda), y otros preferían moverse dentro de la periferia de la música popular, es decir, de la canción. Pero tampoco todo es blanco y negro en la vida. ¿Acaso Invisible no hacía las dos cosas? ¿No hacía “Que ves el cielo” y después “Alarma entre los ángeles”? ¿Y qué hay de “A los jóvenes de ayer” y “Peperina”?

CG: El otro día leí en una revista las declaraciones de un tecladista: “Porque nosotros no vamos a tocar como Serú Girán que toca para los pendejos, nosotros queremos hacer música para los de 30 años”. ¿Qué música quiere hacer? ¿Música para los viejos, intelectual? ¿Qué no pase nada? Me parece que si desprecia a los pibes es porque algo podrido tiene adentro, o se la creyó. Es como decir: los pibes escuchan Génesis y yo a Weather Report. Veo también a mucha gente que dice: “Bueno, ya me cansé y…”. Es una cosa muy argentina, llegas a los 25 años y cortas con todo (…) Hay otras causas. Creo que también tiene que ver la policía en los recitales. Mucha gente no quiere más lola, le gustaría ir a ver a Serú Girán pero no va porque sabe que lo pueden llevar en cana. En cambio un chico tiene más polenta. No le importa que lo lleven, al otro día vuelve a ir.

Uno de las razones por las que la banda estaba más enojada es por las críticas de las que había sido blanco Charly por su asistencia al almuerzo de Mirtha Legrand. Es verdad que muchas de las cosas de las que Charly se diferencia en la nota lo terminarían caracterizando durante los años 90, en los que adquirió casi el papel de mediático y su asistencia a los programas de TV era habitual. Pero bueno, ¡pasaron tantas cosas en los años 90!


CG: A ese programa no fui solamente yo. Milton Nascimento, que para la revista Expreso Imaginario es la voz de Latinoamérica, también fue, y nadie lo criticó por eso. Yo no fui para promocionarme sino para mostrar la música un poco fuera del contexto al que la gente está habituada, simplemente para mostrar la cara que tengo a un montón de gente que nunca va a verme, una forma de decirles: “Vengan a los recitales que está todo bien”. Creo que se entiende. Si yo fuera un día al programa de Mirtha Legrand, otro día al de Marconi y estuviese todo el tiempo en algún programa, más bien que se justificaría que digan que me gusta ese ambiente. Te digo que yo fui al programa de Mirtha Legrand y estaba durísimo porque no podes estar pensando en lo que te pregunta ella y contestarle algo coherente o dialogar con la dueña de Regine’s y con el millonario no se quien. Fue simplemente una manera de decir: “esta noche va a haber un recital nuestro, vengan, venga señora”. Me parece super prejuicioso no ir nunca a Mirtha Legrand y vivir encanutado. Si hacemos de nuestra vida un culto a M. L o un culto a la televisión, o estamos todo el día ahí mostrando la carita y careteando, OK. Pero me llamaron para ir y yo fui. No tengo nada para esconder (…) Yo fui con el disco, se lo regalé a Mirtha Legrand y ella me dijo: “Uy, esto se parece a la tapa de una revista”. Y le contesté: “No, señora, es que pusimos las fotos y los títulos y quedó así”. ¡Es obvio que estoy mintiendo! Hay gente que no maneja la sutileza (…) Es obvio que la televisión es lo que es. Pero también ir a lo de M. L es estar dentro de la grasa. Es coherente con lo que estábamos haciendo nosotros.

David Lebón: ¿Sabes lo que es? Mente, caca. Eso es intelecto, manejarse con la cuca y no con el corazón. Y un día nos va a pesar tanto la cabeza que vamos a tomar una Coca Cola y se nos va a ir la cabeza para atrás (…) Charly va a lo de Mirtha Legrand, entonces el flaco que compró el Lp, y que ama a Charly porque Charly dice cosas muy increíbles, porque la música mata, lo ve en Mirtha y tiene un shock: “¿Cómo, Charly García en lo de Mirtha Legrand?” Y eso ya es como una pared entre el televisor y vos. En cambio yo disfruté. Yo vi el programa y me cagué de risa. En un momento una escritora que escribió un libro, le dice el título y Charly le contesta: “ay, que progresivo, que moderno”. Y yo me moría de la risa porque lo conozco, sé como es.

Hoy es inverosímil pensar que Serú Girán haya recibido críticas en su época. Pero la verdad es que en los comienzos les costó muchísimo ser aceptados por el público, y más aún por la crítica, como lo demuestra esta entrevista. En unos de sus primeros recitales en Obras el público los abucheó y pedían a gritos que tocaran canciones de Sui Generis.

Pedro Aznar: Creo que lo que causa ese tipo de críticas es Charly. Es el que estuvo más en tela de juicio del grupo, como arriba de una torre donde todo el mundo lo estaba mirando, y lo están apuntando todo el tiempo. O sea, el grupo somos cuatro tipos, fenómeno, pero Charly, a su nivel, fue una especie de John Lennon local, es como que todo el mundo esperara ver qué dice y en la primera oportunidad se la daban por atrás, cuando hay tipos que quizás decían cosas de igual envergadura pero se las dejaban pasar. Por ejemplo, John, McLaughin, con todo lo caballero inglés que es, a uno del público en el Luna Park que le pidió un blues le contestó mal, y nadie dijo después en la crítica: “McLaughin es un bruto, cómo va a decirle a ese espectador que se coma una silla, tiene que respetar al público argentino”. Nadie dijo eso, ahora si era Charly el que lo decía le prenden fuego.

Bueno, amigos, espero que hayan disfrutado de esta especie de viaje en el tiempo o aventura antropológica. Moro habla, eh, hace algunas acotaciones, pero no me parecieron relevantes. Para cerrar dejo unas palabras esclarecedoras que desprende Charly durante la entrevista: “No hay que tratar de abrir las puertas, sino que hay que seguir tocando y un día se va a caer la puerta”.

(1) Las partes del texto puestas en cursiva son extractos de una entrevista publicada por Expreso Imaginario en su No. 45, de abril de 1980.
Por: Manuel Bence Pieres
Fuente: El Anacoreta

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