Charly García. “60 x 60” es una caja con tres CDs y tres DVDs, con sus actuaciones en vivo en el Gran Rex.
Es larga la carretera, cuando uno mira atrás”, le dice Charly García a Juan Alberto Badía, en los “Extras” de uno de los DVD de la caja 60 x 60, de edición numerada, que recopila la trilogía La vanguardia es así, Detrás de las paredes y El ángel vigía, los tres recitales que compusieron el ciclo con que el músico celebró sus 60, en octubre y noviembre del año pasado.
Y cierto que lo es. Alcanza con atender a la recorrida por las tapas de los 41 álbumes a los que el músico les dio vida -en la apertura del primero de los DVDs- para medir la real dimensión del universo musical que se despliega a lo largo de algo de las más de tres horas de música e imágenes que llenan tres DVDs, replicados en tres CDs. Todo, acompañado de un libro con fotos registradas durante el ciclo, por Maxi Vernazza, un collage de fotos que compila las cuatro décadas de trayectoria de García, las letras de 51 canciones y la reproducción de una de sus pinturas, con su numeración correspondiente. Un combo que, como el propio ciclo, honra la obra de su autor.
Porque no es cierto eso de que las canciones son de todos, una vez que el autor las deja volar. Las canciones son de quienes las hacen. Y, a lo largo de su carrera Charly se encargó de dejarlo en claro, haciendo con ellas lo que se le antojó. Las transformó, las trasvistió, las escupió, las faltó el respeto, las descuartizó y resucitó, o reencarnó en nuevas formas. Las puso en manos expertas, y las abandonó en otras, irresponsables, mientras él viajaba por oscuros laberintos. Las rompió, como si fueran parte de sí mismo. Y las rearmó. También como si fueran él mismo. Y si el Concierto Subacuático (2009) reflejaba ese proceso de reconstrucción, 60 x 60 es algo mucho más parecido al trabajo terminado.
García califica a su banda, The Prostitution -Christine Brebes, Julián Gándara, Carlos García López, Carlos González, Kiuge Hayashida, Rosario Ortega, Fernando Samalea, Toño Silva, Alejandro Terán y Fabián Von Quintiero- como una “fábrica de música”. No está errado, a juzgar por la precisión y eficiencia con que sus integrantes tratan la música del “jefe”. Del mismo modo que lo hacen los invitados Juanse, Fito Páez, Pedro Aznar y Nito Mestre. Y, desde la locución, Graciela Borges y Badía.
En sintonía con ese buen trato van los tratamientos sonoro y visual de lo que sucedió en el escenario del Rex durante esas nueve noches, reflejado con extrema fidelidad. El primero, sin una exagerada vocación por disimular las limitaciones de la voz 2012 de García ni su destreza con los teclados -también en permanente work in progress, de 2008 a estos días-, y con un acertado balance entre la base, las guitarras y teclados y el trío de cuerdas. Acaso a costa de la pérdida de algo del calor del público; pero con mucho más a favor que en contra. El segundo, con el ojo -muchos ojos- puesto en el lugar correcto, y apoyado en un prolijísimo trabajo de edición.
En ese marco, 60 x 60 resume, además de su festejo en escena con lujo de detalles, la carrera de un Charly que, finalmente, parece haber llevado sus canciones al justo lugar.
Por Eduardo Slusarczuk
Fuente: Clarín
No estoy de acuerdo, las canciones son de todos. No creo que ningún artista haga canciones para sí mismo, y menos Charly.
ResponderEliminarCreo que cualquiera puede tomar una canción y hacer con ella lo que quiera, solo que Charly toma las canciones de su repertorio, por él creadas. Si elegía hacer un cover con toda la banda, igual iba a estar bien.
UN abrazo