sábado, 28 de noviembre de 2020

"Carta para el 10", de Charly García por la partida de Diego Armando Maradona

 


La muerte de Diego Armando Maradona conmocionó y sigue conmocionando al mundo entero. El ídolo popular argentino falleció el pasado miércoles 25 de noviembre y, desde que se supo la noticia, los homenajes inundaron las redes sociales.

A través de fotos, videos, poemas y frases emotivas, muchos artistas nacionales e internacionales se tomaron un momento para despedir a Maradona. Desde Queen y Oasis hasta el Indio Solari y Fito Páez, los mensajes de amor se multiplicaron en las redes.

Un ícono de la música que se manifestó a través de Instagram fue el gran Charly García. El jueves, cerca de las 15 h cuando todavía se llevaba a cabo el velatorio del 10, la estrella del rock nacional subió una foto con el ex capitán de la Selección Argentina y le dedicó una emotiva carta cuyo borrador también aparece en el posteo.

En el mensaje, cuyo título es "Carta para el 10", Charly recuerda conversaciones con el astro del fútbol e incluso rememora una anécdota que involucra nada más y nada menos que a Mick Jagger. Además, hace referencia a Kurt Cobain, Brian Jones y toda esa "gente buena" que lamentablemente murió muy joven y quedó inmortalizada en el "Club de los 27". Para cerrar el hermoso mensaje, Charly le pide a Diego que "lo espere ahí" y que "no se equivoque con el paraíso".

A continuación, el mensaje completo del músico:

"Nunca me voy a olvidar de nuestras charlas. Cuando te pregunté: ¿qué título le pondrías a tu 2° gol a Inglaterra?, al toque me respondiste: 'Miré el arco y esquivé patadas'. Siempre me alucinó tu humildad y tu capacidad de ver las jugadas antes que todos. Espero que estés en el club de los 27 con Kurt Cobain, Brian Jones y gente buena. Esperame ahí... Invita la casa. No te equivoques con el paraíso".

PD: ¿Sabés lo que me dijo Jagger cuando yo trataba de pararte porque lo ibas a cagar a trompadas? '¿Éste no es el que juega al voley?'. Rock and roll fierita!!! Say no more. I Love you".

martes, 22 de septiembre de 2020

Los Outtakes de Random

Buenos Aires, primavera de 2016 - Como era habitual, nos juntábamos en el Estudio Cathedral de Villa Urquiza, donde el Artista preparaba nuevas creaciones con su pasión característica. De repente, sonó una canción preciosa. Era un middle-tempo de su firma, que comenzaba con el sonido de una tormenta: “Ya ves, amantes otra vez, / por eso es que hoy llovió. / Ya ves, modelos de papel, / no las critiques vos”. Cual pintor ante su obra, agregó arpegios de guitarra, delays vocales y un órgano misterioso. A veces sumaba otra voz principal sobre la anterior, cambiando algunas palabras de la letra, quizá sin querer. Se daban frases entrelazadas, de estilo Say No More.

Solíamos resguardarnos en la cocina de azulejos amarillos, colmada de envases vacíos de cerveza, o en el patio cubierto, de escalera y Virgen María sobre la pared. “Me escapé por ahí / y el colchón me chupó la angustia, / y vas a estar bien / cuando el sol no nos vuelva locos”, escuchábamos a través de la puerta de madera.

García gustaba de utilizar auriculares Life of Mars, con luces led verdes, para embeberse de fantasía. Tenía otro par idéntico y supo prestármelo para eventuales registros a dúo. ¡Me sentía un alienígena! Así grabábamos dentro del control, teclado y redoblante con escobillas mediante.

“Chica asesina”, “Eterna juventud”, “No te abatas” y “Con 9 alcanza” eran algunas de sus nuevas creaciones. En esta última, un rock & roll de tinte clásico, había juegos de palabras en relación con Maradona y el periodista chimentero Jorge Rial.

—Mejor grabemos juntos allá en la sala. Conectame la viola y vamos con la bata acústica —le propuso al Tano Caloia.

Dado el abrumador volumen de su guitarra, las chances de lograr un sonido aceptable eran prácticamente nulas. Además, era poco probable que contásemos con más de dos micrófonos para los tambores. El Tano los acomodó con la agilidad de un colibrí, mientras me ponía los auriculares y agarraba los palillos.

Tras anunciar one, two, three, fin, el líder destiló su rima: “No ves el espejo para espejar y no ves a los paparazzis del lugar... No quiero un diez, con nueve alcanza, pa, pa, pa, pa, papá”. Sin escuchar la toma de recién, comenzó a tocar otro riff de guitarra de tempo más lento, y me dijo:

—A esta le puse “Sádico”. Meté tom-tom y breaks, y después otra batería más, para duplicarlos. Dale, grabá, grabá, Tano...

Improvisó una letra que ya tenía bocetada: “El sádico de mi generación, / el sádico de mi generación, / le gustaban las pendejas, / y los hippies de fumar / y a los viejos izquierdistas / él los dejaba atrás”, que intercaló con esbozos en “guareschol” o inglés aproximado. Cuando se hartaba de algo, sacaba otras ideas de la manga, como un prestidigitador.

Más tarde, nos mostró “Vas a volver”. Tenía un aire alegre y sincopado de teclados y guitarras con slide. Era la canción donde, parafraseando a Mahoma, aseguraba que “vas a volver al barrio, o el barrio te vuelve a vos”. Recuperó también bocetos construidos con ritmos dance del iPad, como “Dream into Your Bed”, “In the Street Again”, “Me aburre ese hombre”, “El club de los 27” y el instrumental “Iglesia”. En general, surgían de las sesiones de hoteles, donde el paciente Tato solía grabarlo, ya sea en camas, baños o pasillos. Abría esos tracks por separado para seguir construyendo la pirámide, pidiéndoles determinados procesos técnicos al Tano o a Nico.

“Pero tenía que seguir a alguien, quizá no era el diablo, quizá no era Dios, pero alguien tenía que seguir al diablo, quizá no sea blanco, quizá no sea negro”, cantó a capela, escudriñándonos por el rabillo del ojo, convencido de que podríamos comprender al ciento por ciento todos sus sentimientos...


Lista de temas:

“Chica asesina”

“Eterna juventud”

“No te abatas”

“Con 9 alcanza” 

“Sádico”

“Vas a volver”.

“Dream into Your Bed”, 

“In the Street Again”, 

“Me aburre ese hombre"

“El club de los 27”

“Iglesia”.


Por: Fernando Samalea

viernes, 7 de agosto de 2020

Nuevo libro sobre Charly, "García-15 años de entrevistas con Charly."


Nuevo libro, editado por Colección Vademecum, "García-15 años de entrevistas con Charly."

Entre los años 1992 y 2007, los periodistas Daniel Riera y Fernando Sanchez entrevistaron a Charly García en múltiples situaciones, de tiempo y espacio. En el departamento de Coronel Díaz y Santa Fe, en estudios de grabación, aviones o suites de hoteles; en la previa al regreso de Serú Oirán, antes de viajar a Inglaterra para tratarse con el psiquiatra de Peter Gabriel y Robert Fripp, junto a Mercedes Sosa o su hijo Miguel, desmenuzando un compilado de los Beatles, mezclando uno de sus discos más extravagantes (Si. Detrás de las paredes), en las primeras sesiones de Rock and rol! yo, poco antes de terminar su álbum maldito Kill gil o en medio de un viaje lisérgico hacia las sierras cordobesas.

Horas de charlas a lo largo de una década y media que estas páginas recogen en un único y esencial volumen. Además, esta antología incluye una pieza clave en la literatura sobre García: Charly recuerda, el célebre reportaje realizado en los inicios del siglo XXI en el que el músico que más y mejor le tomó el pulso a la vida en este rincón del mundo revisó como nunca antes toda su carrera. Ya no hay dudas al respecto: se trata de la entrevista más trascendente realizada alguna vez a Charly García, presentada en este libro por primera vez en su versión completa.

Desde el 1º de septiembre, en todas las librerías del país.

Daniel Riera es escritor, periodista y ventrílocuo. Es autor de los libros Vas a extrañarlo, porque es justo; Sexo telefónico; El carácter Sea Monkey; Buenos Aires Bizarro; Familia y propiedad/La vergüenza nacional; Evangelios y apócrifos; Nuestro Vietnam y otras crónicas; Ventrílocuos. Gente grande que juega con muñecos; De Argentina a México en bus y otras crónicas; Buenos Aires-Tijuana. Un viaje; La menor y La razón a voluntad. Es coautor de Barcelona 200 años. El libro negro del Bicentenario; Puto el que lee. Diccionario argentino de insultos, injurias e improperios; Queríamos tanto a Olmedo y Virus. Una generación. Codirigió los documentales Un paisaje de espanto y La madre de Maxi. García es el tercer libro que publica en coautoría con Fernando Sanchez.

Fernando Sanchez es periodista y escritor. Es autor de Manuel Belgrano. La pasión como bandera; Quiero ser referí y Titanes en el hit. Una biografía oral de Los Auténticos Decadentes. Es coautor de Por la camiseta; Por los puntos; Al mundial; Yo fui K; Ucranias argentinas; Barcelona 200 años. El libro negro del Bicentenario; Puto el que lee. Diccionario argentino de insultos, injurias e improperios; Virus. Una generación y Queríamos tanto a Olmedo. Es autor de las letras de, entre otras, las canciones de la tira animada La asombrosa excursión de Zamba. Escribe guiones para radio y televisión. Es editor de la revista Barcelona. García es el tercer libro que publica en coautoría con Daniel Riera.

miércoles, 22 de julio de 2020

Las memorias fotográficas de Andy Cherniavsky

Las memorias fotográficas de Andy Cherniavsky


Para llegar a convertirse en la gran fotógrafa cronista de la escena del rock de los 80, tuvo que pasar por la vida asfixiante bajo la dictadura, pero también por el clima de libertad total que se respiraba en su familia, con su padre Daniel, creador del Centro de Artes y Ciencias y una madre psicóloga seguidora de las nuevas corrientes psi. Trabajó para Serú Giran, León Gieco, Charly García, hasta que llegó el gran momento de conocer a Los Abuelos de la Nada y en particular a Andrés Calamaro, su pareja por años. Realizó más de 300 producciones fotográficas, tapas de discos, festivales y coberturas, incluyendo numerosas estrellas y bandas internacionales. Ahora, Andy Cherniavsky publica el libro Acceso directo, cuyo título es ni más ni menos que una contundente y certera definición: las memorias de una fotógrafa del rock argentino en los años 80.

Por Mariano Del Mazo

Un padre progre y multidisciplinario que filmaba películas y producía artistas y que trajo a la Argentina a tocar a Santana; una madre psicóloga de prestigio y vanguardista muy a gusto pasando temporadas en un campo nudista en Bahía; un hermano muerto de muy joven en un accidente de auto; un romance fugaz con Charly García; un amor de nueve años con Andrés Calamaro y, siempre, la lente. Andy Cherniavsky vio demasiado y su cámara estuvo ahí, registrando lo sublime y lo ominoso del rock and roll. Desde Luca Prodan mostrando su costado más vulnerable hasta las hordas desaforadas de The Cure en Ferro.

El título del libro es elocuente: Acceso directo: Memorias de una fotógrafa del rock argentino en los años 80. También se podría haber titulado Memorias de una sobreviviente. 

Andy Cherniavsky se metió en el mundo del rock como por una claraboya. Hay tragedia y azares en ese ingreso. Como colegiala, en el Instituto de Enseñanza Norte de la avenida Santa Fe, conoció a Dani García Moreno, el hermano de Charly. Se pusieron de novios. Ella vivía en un departamento sobre la calle Salguero con su hermano, Ariel.

Escribe Andy: “En 1976 todo cambió con la muerte de mi hermano. Sola me tomé un avión a Zaragoza para despedirme de Ari, y me quedé allí unas semanas con mamá. Había empezado Psicología en la Universidad de Belgrano, y tuve que dejar para viajar al entierro de mi. Seguía mi duelo, y me acababa de separar de Dani.”

El que ocupó la cama vacante de su hermano muerto en el departamento fue Charly García. Andy frecuentó a la familia durante el noviazgo con Dani. Tenía muy buen vínculo con Carmen, la madre. Un día la llamó por teléfono para pedirle si le podía hacer un lugar “a Carlitos”. “Por supuesto Carmen sabía de la habitación vacía. Charly venía de convivir con María Rosa Yorio en una pensión. Se instaló. No tenía nada: un par de teclados, una guitarra y poca ropa.

¿Cómo fue la convivencia?

- Muy buena. El era reservado, hasta tímido te diría. En esa época era muy común quedarse hasta tarde a escuchar música. Muy variado. Lo que escuchaban todos: Floyd, Yes, Genesis, Led Zeppelin y también Joni Mitchell, Carole King, Procol Harum, Premiata Forneria Marconi. María Rosa Yorio venía con amigas. Sobre todo con dos, Diana Lía y Patricia. Para mí era importante, porque podía compartir cosas de mujeres. Había mucho diálogo, poco rollo. Nos gustaba la ropa de feria americana.

 

YO ESTUVE AHI

Empezó a sacar fotos en las plazas, como mero pasatiempo y para ganar un peso, y a los meses ya estaba incursionando profesionalmente en el arte de la fotografía. Traducía artículos de revistas importadas como International Photography y Popular Photography. “Esas publicaciones, más un curso que tomé con un fotógrafo llamado Teófilo Dabbah, fue toda mi formación. Soy básicamente autodidacta, aprendí con el ensayo y error, experimentando, pasando horas y horas en el cuarto oscuro. Era todo analógico. Anotaba a cuánto revelaba los rollos, jugaba, hacía collages con las caras de Charly”.

¿Él seguía en tu casa?

-No, se casó con María Rosa y se fue. Y después le pasaron un montón de cosas en muy poco tiempo: se separó, conoció a Zoca, nació Miguel, se disolvió La Máquina de Hacer Pájaros, empezó a juntar dinero para hacer Serú….

El rock la arropaba como una familia adoptiva. Con su novio y socio Clota Ponieman anduvieron por Brasil y aguantaron los trapos de los primeros escarceos de Serú Girán. En Buzios y San Pablo y también aquí, en la Buenos Aires gris y hostil que no los comprendía. Andy siguió vinculada a la banda, conoció a Daniel Grinbank y, por ejemplo, eligió la foto de tapa de Peperina junto a Charly. En un momento que escaseaba el trabajo y que era, todavía, una olímpica desconocida, García la recomendó a León Gieco para que hiciera la foto de Pensar en nada. Así, deslizándose entre los capos de un rock bastante endogámico -por entonces era como un club pequeño en el que todos se conocían- un angelado día conoció a Los Abuelos de la Nada.  La banda incluía a un viejo conocido de La Máquina, Gustavo Bazterrica en guitarra, y tenían, según describe Andy “a un bajista alto y flaco, Cachorro López, a Polo Corbella en la batería, y a un saxofonista muy buen mozo que respondía al nombre de Daniel Melingo. Pero lo que me quitó el aliento fue el tecladista que en aquel tiempo era casi un escolar: Andrés Calamaro”.

¿Qué diferencias encontrabas entre Serú Girán y Los Abuelos de la Nada?

-Eran muy distintos. En Serú había un ambiente de joda, relajado, de compañerismo. Los Abuelos eran más complejos. Miguel decía que era una estrella de seis puntas. Había buena onda, pero competían. Cada uno era el compositor de sus propias canciones, cada uno sabía cómo quería que sonaran sus propios temas y eso generaba cierto roce cuando otro opinaba.

Cherniavsky transitó los ’80 de la mano de Andrés Calamaro & amigos. Acceso directo representa en ese sentido un diario de viaje casi periodístico con aspectos no tan conocidos de los años locos. Desde noches eternas con Charly en Mau Mau hasta, por ejemplo, una bitácora de la multiplicación de bandas paralelas. La que trascendió más allá de la anécdota tal vez fue la Ray Milland Band.

Mientras Andy hacía fotos para diversos medios gráficos –desde la alternativa Periscopio hasta la revista Rock & Pop, del ya omnipresente Grinbank- se deslizaba por ese submundo celebratorio. Llegó a hacer más de trescientas producciones fotográficas para Rock & Pop, tapas de DG discos, festivales, coberturas. Le sacó a todo el rock local. A todo: a las celebrities, a las bandas emergentes y a las del sótano del under. Buenos Aires no dormía y hervía en rock y pop. De artistas de afuera hizo fotos en vivo o de estudio de Sting, Tina Turner, The Cure, Siouxsie and the Banshees, INXS, Gary Burton, Blitz, La Unión, Nina Hagen, Los Paralamas, Hermeto Pascoal, Chick Corea, Ney Matogrosso, The Bolshoi, Pat Metheny, Chico Buarque, Gilberto Gil, The Mission Jezebel, Larry Corryell, Stanley Clarke, Iggy Pop, Weather Report, John Mc Laughlin, Peter Gabriel, Bruce Springsteen, Youssou N’Dour y Tracy Chapman y sigue la lista. Fue su consolidación como una de las mejores fotógrafas argentinas.

¿Le contaste a algunos de los protagonistas del libro que ibas a escribir esta historia?

-No. La verdad que no. Pero me parece que está todo bien. No creo tener enemigos, y siempre he sido respetuosa, honesta. Con Charly tengo una relación muy profunda… Mirá que me ha llegado a gritar “puta puta puta puta”… Pero me quedo con lo mejor de él. En 2016 hicimos con Hilda Lizarazu y Nora Lezano la muestra Los ángeles de Charly en el Palais de Glace. Tuve un reencuentro muy lindo con él. Después de ver las fotos, dijo: “Es como si fuera una gran bola de espejos y cada espejo, una foto que refleja toda mi locura”. Fue la primera vez que lo escuché referirse a la locura.

¿Y qué pensás?

- Me pareció brillante.


Algunos pasajes del libro:

Una (otra) infidelidad de Clota me llevó a caer en los brazos de mi amigo Charly, que a su vez tenía diversos desencuentros con Zoca. Tenían muchas peleas, y en una de esas huidas de Zoca de la relación —se iba por largos períodos a Brasil con la intención de separarse y no volver más— sucedió el encuentro. Sin querer queriendo, mientras era mi paño de lágrimas, todo nos fue llevando a un romance furtivo. Pero nunca fuimos una pareja.

Había mucho cariño: fue Charly el que me contuvo cuando yo lloraba por los engaños de su hermano Dani, cuando estaba de novia con él y Charly vivía en casa. Y ahora me consolaba por los engaños permanentes de Clota. Yo sentía algo de culpa porque la relación de Charly y Zoca estaba en un impasse del cual podían volver —en cambio, lo mío con Clota se había marchitado sin remedio— y mi relación con Zoca era buena. Ella participaba de mis sesiones “artísticas” en las que fotografiaba a todas mis amigas.

Ellos peleaban por muchas cosas, pero la principal causa de conflicto tenía que ver con una razón objetiva: Zoca no tenía una actividad concreta y lo seguía a Charly a todos lados, aburridísima. Él estaba todo el tiempo creando, componiendo y tocando. En cambio ella había abandonado su grupo de danza para vivir en Buenos Aires con él, y era lógico que esa situación no la conformara. Entonces allí había una puja: Zoca se encontraba entre enojada y enamorada, y Charly estaba ocupado en lo suyo. Siempre le costó hacer lugar para algo más. A la vez, a Zoca le encantaba toda la escena rockera de Buenos Aires y a Charly también. Todo eso junto daba por resultado una relación tumultuosa, se peleaban constantemente, aunque se querían con locura.

Con Charly nos encontrábamos en el hotel Alfar, en Arenales y Vidt, y nos refugiábamos de nuestras respectivas parejas, que ya no eran tales. Organizar esos encuentros requería de una logística complicada, porque yo tenía que bajar de mi departamento a la avenida Cabildo, buscar un teléfono público y llamar a Charly sin que Clota sospechara, aunque la verdad, después de haberlo encontrado in fraganti varias veces, ya no me importaba. Tenía veintidós años y quería ser feliz.

Charly siempre le tuvo fobia al teléfono y no lo atendía o lo desconectaba para que no le hincharan las pelotas, porque recibía llamados de todo tipo. Pero en ocasiones, el destino conspiraba para que estuviéramos juntos, nos topábamos en alguna fiesta o en algún show o estudio de grabación y arreglábamos así, de improviso, una cita.

Después de siete años con Clota, todo había terminado mal, y ese día tenía que tomar una decisión. ¿Quería seguir con Charly o quería estar con Andrés? Había que definir con quién iba a dormir esa noche… y por los siguientes nueve años.

Como éramos buenos amigos, comencé en la habitación de Charly porque había joda y estaban todos los músicos. Pero en el medio de todo el tumulto me agarró un ataque de desesperación al imaginarme a Andrés solo en una habitación muy chiquita; él sabía o intuía que yo estaba en la habitación de Charly.

Como Andrés recién comenzaba, le habían dado la pieza más horrible y me brotó el amor al sentirlo tan desprotegido. Casi no me deja entrar, tenía una cara de orto monumental, pero desde esa noche no nos separamos nunca más durante los siguientes nueve años. Volvimos de La Falda y nos fuimos directamente a vivir juntos a casa.

Tan natural fue todo que Charly no se sorprendió de mi nueva relación, tal vez porque él había retomado las cosas con Zoca —que había regresado de Brasil—, o por lo menos lo intentaban. Cuando nos mudamos a la calle Serrano y Nicaragua, Charly comenzó a visitarnos como siempre y era obvio que lo nuestro había terminado. Además, entre Charly y Andrés había una conexión natural, se adoraban y habían trabajado juntos en la grabación del primer disco de Los Abuelos de la Nada.

Al mismo tiempo, a fines de 1982, forzado por el abrupto final de Serú Girán, Charly García sacó su primer disco como solista y tuvo un éxito espectacular. Yendo de la cama al living era una pequeña maravilla y se planeaba algo impactante para presentarlo: un show en Ferro. Una cancha de fútbol en aquel tiempo era algo que nadie se había animado a encarar dentro del rock.

Un pequeño detalle: Charly no tenía grupo. O pensábamos que no tenía, porque su loca cabeza había seleccionado a tres de Los Abuelos para acompañarlo: Gustavo Bazterrica —una elección natural, ya que habían sido compañeros en La Máquina de Hacer Pájaros—, Cachorro López y Andrés Calamaro. Por supuesto, para ellos era un honor que Charly los convocara, pero para Miguel Abuelo fue una ofensa total, casi un desprecio.

Como dice un viejo proverbio árabe: «La venganza es un plato que se sirve frío», y Miguel se guardó el malestar hasta el verano. El show de Charly en Ferro fue un triunfo total y rotundo. El problema es que a Los Abuelos les estaba yendo bien, pero tres de sus integrantes tenían trabajo con el artista principal de la compañía de Daniel Grinbank. Ese verano, con todos Los Abuelos y sus familias, copamos un hotel de Pinamar que se utilizó como base de operaciones. Desde ahí todas las noches viajamos a los distintos teatros de la costa donde tocaban los chicos.

Uno de Los Abuelos invitó a una amiga nórdica que se sumó a la gran familia. Había llevado una planchita de ácidos muy fresca de Europa.

La ingesta de LSD se terminó cuando una noche comprobamos que la sustancia no lograba mermar la legendaria cólera de Miguel. Habíamos ido todos a bailar a Sobremonte, una discoteca que era la mejor de Mar del Plata en aquella época. Y sin decir ni mú, el Abuelo le dio una piña a Charly, con tanta puntería que le pulverizó los anteojos. Fue un escándalo enorme porque nosotros no podíamos entender el porqué. Charly era nuestro amigo, había producido el disco de Los Abuelos: era un «hermano palta». Y por otro lado, en esa época era un poco como Dios, y además lo queríamos muchísimo. Después, cuando Miguel les dio un ultimátum a Bazterrica, Andrés y Cachorro, comprendimos que esa piña se la tenía guardada desde hacía mucho.

En Mar del Plata siempre pasaban cosas fuertes. Me acuerdo de un show de Charly en el que estaba en el camarín. De repente, vi entrar a una vedette famosa que, sin darse cuenta de que yo estaba ahí, sin siquiera decirle «hola» a Charly, se levantó la camiseta y le mostró las tetas. Fue increíble, el flaco salió del camarín contándole a todos lo que había pasado y algunos no le creyeron. Pero yo lo vi con mis propios ojos.

Volviendo a la relación de Charly con el Abuelo, no hubo mayor derramamiento de sangre ni de vidrios y se decretó un empate técnico: los músicos volvieron a Los Abuelos de la Nada tras completar los shows pendientes con Charly en Obras, durante marzo de 1983. Tampoco hubo más LSD y la nórdica desapareció junto con los anteojos de García. Habíamos vivido aquella noche como si fuera una película de terror en 3-D. Pasamos de la euforia total al bajón absoluto en lo que demora una piña en llegar a destino. Regresamos a Pinamar en medio de un clima de espanto.

En casa, con Andrés, cocinábamos, hacíamos asados, recibíamos a nuestros amigos, estábamos muy enamorados, y la relación continuó así durante más de nueve años.

Él se armó su propio estudio de grabación casero, que bautizó El Hornero Amable. Muchas noches nos visitaban Charly y otros amigos, y nos íbamos a La Esquina del Sol, nuestro territorio amigo en la esquina de Gurruchaga y Guatemala. Para mí fue el lugar más auténtico de todos. Entre 1983 y 1984 todos los grupos tocaron allí. Charly tocó un día como Giovanni y los de Plástico; David Lebón se presentó como El Ruso y sus Cometas. Y después estuvieron Los Abuelos, La Torre, Soda Stereo, Sumo, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, Juan Carlos Baglietto, Fito Páez, Suéter, Los Twist y Fontova, por nombrar solo algunos. Y todos mezclados, también. Realmente fue una época dorada.

viernes, 5 de junio de 2020

Ya se puede escuchar Pettinato plays García, el flamante disco de Charly García y Roberto Pettinato

 


Justo en la medianoche que separó el jueves del viernes, hace apenas algunas horas, el sello independiente argentino Club del Disco puso online Pettinato plays García, un trabajo cuyo título parece explicarlo todo. Pero apenas es el comienzo del asunto.

Porque, sí, durante la casi una hora que dura el álbum –son once temas en cincuenta minutos y segundos– el ex Sumo y estrella radial efectivamente interpreta una selección del repertorio de la máxima estrella viva del rock argentino, con su saxo al frente y acompañado por un trío de jazz. Algo que viene empeñándose en hacer durante el último tiempo, dando rienda suelta al –digamos– Albert Ayler que tiene dentro.

Su último disco, de hecho, fue uno de free jazz. Pero al entrar Charly García en la ecuación, y vaya si está presente en el flamante Pettinato plays García, incluso un ego tan enorme como el que suele usar como coraza el ex director de revistas como Expreso imaginario y La mano se encoge hasta transformarse en apenas un instrumento al servicio del autor de joyas inmortales como “Vos también estabas verde”, “Tango en segunda” o “Total interferencia”, temas que forman tan parte como Charly de un disco que no puede ser menos que todo un acontecimiento.

Sólo con tres dedos

“¡No es que volvimos, sino que estamos!”, anuncia entusiasmado Pettinato al otro lado del teléfono, y confiesa nunca haber pensado que García le iba prestar tanta atención al proyecto. “Me decía todo el tiempo a mí mismo: no va a venir”, cuenta, mientras aclara que igual pensaba en grabarlo, con o sin él.

Después de todo, el título del disco simplemente anunciaba que era Pettinato tocando sus temas, un guiño –anuncia– a un clásico como Coltrane plays the Blues (1962). Pero ahí estuvo, ¡y cómo! Lo que en principio estaba planeado como una participación en apenas una canción terminó con Charly tocando en siete de los once temas del disco, y poniendo su voz en tres. “Se quedó cuatro horas en el estudio, en un estado perfecto”, cuenta Petinatto. “Preguntó: ¿puedo agregar cosas en los demás temas? Claro, le dije, ¡son tuyos! Y ahí empezó a meter cosas con una finesse... cuatro notitas aquí y otras allá. Un genio. Si hasta hace un solo de piano: el de ‘Happy and real’ es suyo. Yo pensaba: ¿Cómo es que una persona puede tocar con apenas tres dedos en la mano derecha?”.

En realidad, aclara el hombre que plays García, el disco lo pensaron juntos. “Todo comenzó en una reunión en la que le dije que ‘Happy and real’ era buenísimo, y le pregunté si era un tema de Broadway. Charly me dijo que no, que era suyo. Y me contó que Tony Bennett le había dicho que era la mejor balada que había escuchado en los últimos treinta años”. A partir de ahí, señala, empezaron a seleccionar temas, esquivando los más conocidos. “Eligió los temas él, me preguntaba si había escuchado este o aquel. Yo buscaba esos temas líricos, disfrutaba cada nota larga”.

García también comandó a distancia los ensayos que se empezaron a hacer en la casa de Pettinato, por medio del celular. “No podía estar presente, así que cada tema se lo grababa y mandaba, y él iba preguntando qué era, porque a veces no los reconocía. Su pareja, Mecha, se entusiasmaba y decía que ella nunca había escuchado las melodías así”.

El viaje de Charly García a través del tiempo. Eso es para Pettinato el disco, por eso –cuenta– puso tantas cintas raras, cosas al revés, millones de referencias al mundo que le gusta, y al que cree que lo puede definir, como una cita de Throbbing Gristle, que panea del lado izquierdo al derecho de los auriculares (asegura que así hay que escuchar el disco) para tratar de poner al oyente en clima. “Todo lo que agregué lo saqué de las charlas que solemos tener cuando voy a su casa y hablamos de música”, explica. “Quise incluir la parte rara y loca de Charly, su lado Say No More. Eso a mí me mató. Porque es un copado: si vos te ponés loco, él se pone el triple de loco. Le gusta el viaje, no sólo la canción”.

Pettinato plays García –o viceversa– es un paseo por los lados B de la estrella que hizo contener el aliento a muchos en Argentina cuando la semana pasada se anunció que acababa de ser hospitalizado porque tenía algo de fiebre. Este fin de semana, en cambio, seguramente acompañará la continuada cuarentena porteña: no puede haber sido casualidad que el disco se haya subido a las redes apenas unas horas después de que el presidente Alberto Fernández advirtiera en una conferencia, el jueves de noche, que el virus seguía siendo un problema para los habitantes de la capital y el Gran Buenos Aires, y que debían seguir encerrados por tres semanas más. “Esto no es un juego, loco, estamos atrapados”, cantó Charly al frente de su grupo La Máquina de Hacer Pájaros durante la dictadura, y justamente uno de los teclados que se escuchan en el disco es uno que, según cuenta Pettinato, García confesó que no había vuelto a tocar desde aquella época.

Aunque son once los tracks del disco, dos son repeticiones cantadas de sus versiones instrumentales, por lo que en realidad se trata de nueve las canciones interpretadas, que recorren un amplio arco cronológico dentro de la carrera de Charly. La más antigua –“Tango en segunda”– es del último disco de Sui Generis, y la más nueva es en realidad inédita –“iPad church number 9”–, el hallazgo del álbum, un tema rescatado de los trece iPads rotos pero llenos de música que Pettinato recibió de manos de Mecha, y que transcribió el pianista Andrés Marino, que forma parte del trío que lo acompaña, junto al contrabajista Hernán Cassiba y el baterista Omar Menéndez. Temas como “Veinte trajes verdes”, un homenaje a Erik Satie incluido en Peperina, el último disco de estudio de Serú Girán, como “Vos también estabas verde”, de Yendo de la cama al living, su debut como solista, son algunas de las sorpresas del disco, tanto por tratarse de temas poco asociados al repertorio de García como por la forma en que su melodía pasa a primer plano, al ser llevada adelante por el saxo de Pettinato, a la manera de –salvando las distancias– John Coltrane. “En realidad yo tenía más al Gato Barbieri en la cabeza, pero la referencia termina siendo Coltrane porque me encanta”.

Dejarse ir

La mejor forma de escuchar Pettinato plays García no es ir en busca de tal o cual tema, sino dejar que corra desde el comienzo, aceptar el viaje. Porque el disfrute es ir descubriendo cómo va apareciendo paulatinamente Charly durante el recorrido. Ya sea recordando a Lennon y asegurando que “No Reply” tiene el mejor estribillo del mundo, como apareciendo por primera vez con la voz al límite al interpretar “Tango en segunda”, una canción originalmente improvisada en el estudio, cuyos versos parecen hablar tan del presente inmediato como lo hacían entonces: “Alguna gente que conozco, vive metida en un baúl / teleteatro del futuro, patafísica del sur”. Pero para el tema siguiente, “Say no more”, la voz parece haberse acomodado, aunque la respiración pasa al frente. Para cuando Charly entona “Mi vida es tan triste / yo sé que no existe el perdón”, está claro que estamos ante una interpretación única, crepuscular y auténtica, tal vez una de sus mejores desde Influencia.

El cierre con “Total interferencia”, aquel tema de despedida de Piano bar, es con banda e invitado a toda orquesta, un regalo maravilloso que termina de pronto, casi como si levantaran la púa del disco, emulando el final de “I Want You (She’s So Heavy)” de –otra vez– Lennon al frente de los Beatles. “Lo que nos volvía locos entonces de ese final es que terminaba justo antes de cuando vos suponías que iba a terminar”, señala Pettinato. Por suerte, con Charly García en el último tiempo sucede todo lo contrario: cuando uno ya no se lo espera siempre tiene algo más para dar. El sorprendente y admirable Pettinato plays García es una nueva muestra de esa magia.

Por Martín Pérez

Temas:

01- Say No More (versión instrumental) 
02- Veinte Trajes Verdes 
03- Transatlántico Art Deco 
04- Tango en Segunda (versión instrumental) 
05- Happy And Real 
06- Película Sordomuda
07- IPad Church Number 9 
08- Vos También Estabas Verde 
09- Tango en Segunda 
10- Say No More 
11- Total Interferencia

Charly García toca piano Acústico,órgano, mellotrón, guitarras, vibráfono; o toca y canta en tracks 4, 5, 7, 8, 9, 10 y 11.
Roberto Pettinato: Saxofón.

Músicos
Andrés Marino: piano.
Omar Menéndez: batería.
Hernán Cassibba: bajo.

Información técnica:
Grabado en: Estudio 0618 el 20 de Mayo del 2019
Productor: Roberto Pettinato y Charly García
Sonido: Fernando Taberna.
Curaduria: Mercedes Iñigo.

martes, 14 de abril de 2020

Sui Generis en un distinto tiempo, Nito Mestre entrevista a Charly García

Diciembre 2019.

Nito Mestre, amigo de toda la vida y compañero de ruta de Charly García, le realizó una emotiva entrevista en la que Charly cuenta su ayer, su hoy y lo que espera del futuro.

-Bueno García, bienvenido, 
-Bárbaro 

-che lo que te quería decir y lo que me hacía acordar, vos acabas de recibir una Gibson SG que manda de allá de estados unidos César Gueikian que es él el nuevo presidente y dueño de la Gibson y yo me imaginaba, digo si a vos esto te hubiese pasado los 17, 18 años directamente te morís de recibir una guitarra así, ¿no?, porque es el sueño del pibe.
-Sí, pero acordate Nito que nosotros leíamos la revista Pelo y de alguna manera estábamos conectados.

-Claro, sí sí. 
-O sea, ya sabíamos que era una Gibson SG, o lo que sea, y esa fue nuestra instrucción nuestra escuela. Como decía McCartney, me dijo: “yo tengo la misma edad que vos”, ¡y él sabía! O sea, a mí me sorprendió mucho conocer a esta gente que viene para acá, como Pete Townshend.

-¿Quién es el que mas te llamó la atención? Así, de verlo y que te digas “¿no lo puedo creer?” no desde de fama, sino que la energía que te tiraba.
-Pete Townshend

-¿Pete Townshend? ¿Por? 
-Pete Townshend. Porque, mirá, le lleve un JBL chiquito colgado de una percha y fui a verlo al show y cuando agarro eso dijo "This is a present, this is a present".
 Le di Quadrophenia en vinilo y me dijo después “lo importante no es aprender a vivir”, o algo así, “lo importante es no morirse”, o sea que me dio, como un "sanfor"(?). Yo tengo mucha conexión con él una vez fui a Houston y fui a verlo a él así solista con la Jumbo  y no lo pude soportar, en el sentido de que era demasiada energía. Me acuerdo volví al hotel y me choque contra la pared y ahí tuvo que venir el embajador argentino y mas o menos zafé.

-Ah, aquella vez. Sí, yo me acuerdo.
-Me pasó una energía que era como me hizo creer que era yo Tommy (NdR: personaje del disco homónimo de The Who y film de Ken Rusell) y me paso eso, choque contra el vidrio, ¿viste la película que se choca?, y me parece un tipo que tiene una sabiduría, y aunque uno lo ve en el escenario rompiendo guitarras y esas cosas es un tipo muy amoroso, inteligente y como un poco es Brian May, intelectual.

-La dosis justa de cada cosa.
-¡Ah!  Y sabía Pete Townshend que yo había hecho la primera ópera, Teo.

-¿Ah sí? ¿Y cómo sabía?
-Porque el tipo es librero, tiene una librería. ¿Te imaginas? me morí.

-Claro, que sepa.
-Teo fue hijo de una luna, lalala (cantando)

-¿Y a vos te llama la atención eso? Porque también me nombraste a Paul McCartney y me dijiste “es un dulce de leche”, ¿La cosa de esa amorosa te llama la atención de un músico? ¿Que transmita eso? Digo, aparte del ser buen músico que tenga buena onda que sea como amoroso, ¿no? 
-Es qué, ¿Quién me dijo?, (Fernando) Kabusacki el otro día; en un recital de Crimson, dice: “yo hago música buena para gente buena”. Y eso también me quedo, y los Who; en eso no es como uno piensa que son. Algunos si, otros no. Pero…

- ¿Como alejado decís?, ¿los sentiste muy cercanos?
-Muy cercanos. Mirá lo que hizo el tipo, agarró y mientras nos sacaban la foto escribía “de a tal” y después nos mandó la foto por correo. (NdR: de su encuentro con McCartney)

-Ah mira que divino.
-Que divino.

-Te vi en otra foto, y hablando de fotos y de gente conocida; porque yo me imaginaba ahora me resulta casi más natural cuando te encontrás con uno de estos por la profesión que tenemos que te encontrás con Sting o con tal o cual hay tipos que vos lo soñaste incluso adaptaste temas de él y todo esto. Tod Rundgren por ejemplo, que te vi la foto con Ringo Starr y Todd Rundgren. ¿Cómo te cayo Todd Rundgren?
-¿Todd Rundgren? Y lo primero que hizo cuando me vio fue sacarme a bailar un tango, porque yo le dije: “mirá yo adapte tu tema influencia y para mí quiere decir esto, para mí es como un tango que es la música de acá, influencia es resfrío, y es como que vos tenés un resfrío y a la vez lo gozas, esa influencia”; y ahí me sacaba a bailar un tango. Y Ringo dijo: “¿quién es el pez gordo acá?” y Todd dijo, "este" y Ringo dijo: “¡son todos más altos que yo!”.



-Jajá, lo vi en la foto, claro queda chiquito él.
-No sé, yo creo que lo que aprendimos y usamos es realmente como que podíamos ir a la universidad, la universidad del rock o no sé… pero ayer me mandaron un libro de un inglés que hizo toda la transcripción detrás de casi todas mis canciones y una historia terrible, el tipo dice que lo violaron. Dice, si no fuera por la música estaría muerto. (NdR: posiblemente Charly mezcla dos libros, “Charly García, Transcripciones” de Mauro Kaseiri y “Instrumental: Memorias de música, medicina y locura” de James Rhodes)

-¿Quién, Rhodes?
-Sí.

-Ah, él te mandó.
-Me asombró mucho.

-¿Y vos pensás que si no hubiese sido por la música vos estarías muerto también? 
-Sí.

-Seguro, va digo “seguro”...
-Bueno seguro… Lo suficientemente seguro para tirarme de 10 pisos.

-Y vos cuando te tiraste, ¿pensaste que la música te iba a salvar? o ¿qué estabas pensando?, ¿Qué piensa una persona cuando está cayendo? Si es que piensa algo en el momento de la caída, o un segundo antes.
-Era un ¡Fuck you, fuck you! Porque, primero que me estaban llevando por una cosa que yo no hice, tu amigo el... 

-Sí, ya sabemos quien. 
-Ya sabemos quién, ¿no? Y después ahí nomás viene un policía y me dice: “somos todos iguales”, ¿Ah sí? hace esto, Pfff.  Y además yo cuando era chico tenía una casa de fin de semana en Paso del Rey y tenía un molino así igual y hacia croquis (NdR: Charly suele contar que se tiraba de un típico molino de viento pampeano a un tanque australiano). Vos sabes que mi papá era matemático...

-Si, si...
-Y todo eso, una persona muy inteligente, no puedo decir lo mismo de mi madre...lo dejamos ahí. Pero mi papá entendió antes que mi mamá, y si lo ves de afuera parece que mi mama fue mas frívola, etc… Pero mi viejo nos iba a ver a los recitales que hacíamos en “tras, tras” noche, y yo un día lo vi haciendo la cola, ¡se me caían las lágrimas!

-¿Él iba de canuto sin avisar?
-Claro.

-Yo no lo sabía eso... mirá, ¿Cuándo tocábamos en el ABC por ejemplo?
-En el ABC, o en el Olimpia.

-¿Ah, sí? ¿Iba?, iba de canuto para ver.
-Para ver que estaba haciendo.

-¿Y nunca te lo decía?
-No.

-¿No?, pero vos lo viste una vez.
-Claro, yo.

-¿Y dijiste, se te ocurrió, mejor vamos a dejar esto como en secreto?
-Claro.

-Para no romper esa magia, ese misterio que él tenia.
-Exactamente, exactamente, ahí nos dimos cuenta.

-Que cerca estaban.
-Que cerca estábamos, y que a los dos nos gustaba la astrofísica. Hay una parte de él que realmente él, para mí, la tenía guardada para él. O sea, no era ostentoso, ni... ¡Un caballero era! Pero me llamo mucho la atención.

-¡¿Como no te va a llamar la atención?! Obvio, y de eso estamos hablando, de después del colegio y todo... ¿Cómo la pasaste en el colegio? ¿Cuándo estábamos en la secundaria?, es decir, viendo a la distancia, ¿qué cosa te dejo?, ¿Qué recuerdo te trae? Si es que te trae algún recuerdo.
-y...

-Lindo feo, lo que sea.
-Vos me traes un recuerdo.

-¿Del colegio? ¿Del Damaso Centeno?
-Claro, nosotros estábamos en la misma aula y yo ya te veía y sabía que no te bancaba pero que íbamos a hacer algo juntos. Tomalo esto con el amor del mundo.

-Si si, claro.
-O sea, teníamos dos conjuntos separados.

-Si.
-Y yo veía que ahí había algo...”Sui Generis”.

-Nada más ni nada menos.
-Nada mas ni nada menos.

-Me acuerdo una vez, estábamos en la casa de Magui, ¿Te acordás? en San Telmo. Y ensayando “Dime quien me lo robó” para grabar en el primer disco, muy difícil. Y esa es la imagen que me quedo y que de hecho pensaba, digo, nos va a ir bien seguro, seguro. O sea, no hay posibilidad de error, en mi cabeza era eso, tipo, esto es demasiado grande no sé si va a ser mañana la semana que viene el mes que viene, esto... pero “va a ser”, eso sin duda alguna.
-Si loco, el asunto fue que nos quedamos juntos.

-Eso es.
-O sea, estábamos destinados a eso y los demás del grupo se fueron, uno por que tenía reuma,  el otro porque tenía miedo, por diferentes cuestiones, pero ninguno de ellos tenían la seguridad que tenías vos o yo de que éramos un grupo de rock o lo que sea.

-¿Qué me habías preguntado vos a mí?
-Lo vi en un libro de geografía, que decía que había unas montañas en Europa que eran Sui Generis y yo no sabía que quería decir eso y ahí el profesor…

-¿De matemática era?
-No, de geografía, me preguntó algo donde quedaba la montaña no sé qué y yo le dije en Nueva York y me miro...

-¡Cualquiera!
-Y ahí saque que Sui Generis es propio de su género.

-Ah mira vos de ahí venia.
-Sui Generis, es único y teníamos un nombre mejor que  la “Century indignation” 

-Y bueno la indignación del siglo ya era medio enojado. ¿Y “To Walk Spanish”? yo escuché porque era, también lo sacaste del diccionario, To Walk Spanish.
-¿To walk spanish? No, era de nuestro amigo, éramos rivales.

-Sí, sí nuestro amigo estaba conmigo desde la primaria, escúchame las cositas, vos tocaste con un montonazo de músicos de acá y de afuera, ¿Nunca se te ocurrió hacer cosas solo?, Solo, solo con el piano por ejemplo. Una época de tu vida digo dedicarte, “me voy a mostrar solo con el piano.”
-Cuando escucho. Hace poco escuche un disco de Prince, solo con el piano. 

-Bueno, por ahí venia.
-Y también con Joni Mitchell. Pero tengo mis armonías,  por ejemplo hago pocas terceras que es lo más común, ¿no?

-Si.
-Y ese es el sonido, o lo que hay entre una nota y otra en la cuarta, eso saqué de los Beatles. Ahí yo dije esto es lo mío, esto es lo mío, no hago ninguna cosa mas, ¿no? 

-Y al no tocar esa nota, que es la que da el mayor o menor.
-Exactamente.

-¿La escuchas vos en tu cabeza?
-Claro.

-¿La completas vos en tu cabeza?
-Claro, es como si fuera de una vereda y cruzar la calle.

-Claro exactamente están las dos puntas del acorde.
- Claro, porque sin poner en la del medio le sacas la ambigüedad.

-¿Por eso también te gustan tanto las armonías que hace David Crosby supongo?
-Si

-Porque hay mucho de eso, hay como acordes…
-Ponen un acorde y otro. Si la sacas, la del medio, te queda un espacio gigante para…

-¿O sea?
-Claro, como nadar o algo así. Y bueno, y después los Beatles y todo eso, pero…, y después los Rolling. Y es como que aprendí a mezclar la música clásica, que sabes que yo tocaba, y todo eso con los Beatles por ejemplo. Al principio no entendía nada de los Beatles.

-¿Ni siquiera el primer disco? ¿Vos te acordás de cuando escuchaste el primer disco de los Beatles? ¿Escuchar el primer disco de los Beatles, la situación y de que efecto te produjo?
-Sí, me produjo como si fuera una droga, cuando vino esa parte: “There is a place / Where I can go / When I feel low / When I feel blue / And it's my mind…” ¡No tiene nada que ver la nota ahí!

-Sí, pero sirve para armonizar fantásticamente bien.
-Hay que dejar espacios, dicen los que saben. Y eso combinado con verlos por la televisión en el shea Stadium y  500.000 personas y dije yo, “¡esto es lo mío!” La música clásica sí, es genial, muy linda, bellísima, pero lo único que puedo hacer es tocar lo que escribió alguien hace 50.000 años.

-Claro.
-Eso hablamos con Rhodes. Rhodes dice que la música le salvó la vida, la pasó mal y la música también tiene otra cosa que es bastante particular. Es como que si fuera muy celosa, te exige mucho, o sea (NdR: toca notas de” There’s a place”). Si lo movés un poquito ya no provoca el efecto que querían ellos. Estoy componiendo mucho.

-¿Cómo se te viene ahora la torre de Tesla, qué es lo que te llamó? ¿Seguís viendo cine y películas?
-Sí.

-¿Mucho?
-Mirá: (NdR: le muestra una hoja)

-Ahí veo, estoy viendo para los que no ven, "Tesla como una analogía de utopía". Vos ya lo habías visto a Tesla hace mil años, sabías de quién se trataba y todo, ¿pero por qué te apareció en este momento, por qué apareció de nuevo en el mapa?
-Porque a veces... 

-¿O qué te une a Tesla? yo me imagino que.
-Me une que el año pasado empecé a tener ganas de hacer una película.

-¿Ah sí?, ¿Sobre?
-Sobre lo que me pasa a mí, adentro. 

-¿En tu cabeza?
-En mi cabeza. 

-¿Se puede saber algo? ¿Se puede ver un anticipo, un tráiler, de que pasa en tu cabeza ahora?
-Mirá… 

-Más o menos, algo.
- Me pasan 500 millones de cosas.

-¡De eso no me cabe la menor duda!, por eso digo un mini capítulo, el primero que se te viene a la cabeza.
- La noticia salió publicada en un diario sensacionalista decía simplemente que se había producido un incendio al llegar los bomberos la prensa la policía etc..., etc... Encontraron a un hombre en una cama en llamas. Después de apagar el incendio, rescatar al hombre le hicieron la pregunta obvia ¿cómo se inició el incendio? No sé, estaba en llamas cuando me acosté (NdR: cita: “Todo lo que hacemos sin saber porque” de Robert Fulghum). 

-¡Jajaja! De ahí viene.
-Y Tesla es el tipo que quería algo y lo hacía. Fíjate, acá querés hacer una película y tenés un poco más que ir hasta Israel caminando porque tenés el instituto del cine y no sé qué, los incapaces. No sé, yo creo que todo es posible. Vos dijiste que yo tenía algo cuando escuchaste la cuatro, y eso no era una cosa común, o sea, te diste cuenta que algo estaba fuera de lugar y bueno. Tesla invento la electricidad y llegamos ahora hasta el celular, que no me gusta, pero el quía inventó la electricidad. En eso era como mi viejo, inventaba cosas. Acá vas al instituto del cine para que te de un crédito y te dice "si pibe", como ir a Sadaic a pedir un préstamo, “si muy lindo lo tuyo”. ¿Entonces? Pero si vos tenés las bolas y la consciencia de que te gusta lo que estás haciendo y que lo podés expandir pasas a otro escalón. Que te puede ir bien, mal…

-Pero lo intentas por lo menos.
-Eso. Si, claro.

-¿A vos no te pasa que a veces pasas ese escalón y es como que el universo se acomoda y se te acomoda para vos?,  estás como si te están enfocando y decís ¡Ah, lo hiciste! ahora se hace más fácil el camino, quizás se ve difícil el primer escalón, ponele, pero cuando te gusta, o sea, tomas coraje esto, lo otro, pasaste a otro nivel y es como que se acomoda y ¡Ya está no podes volver atrás!
-Tal cual Es eso, tal cual

-Que es un buen mensaje para los pibes.
-¡Mas bien! Miralo a Tesla, nadie lo conoce, Edison le robó todas las patentes.

-Sí. Ahora, tarde, pero seguro está saliendo a la luz en varios documentales. Bueno salió uno de Tesla etcétera de los varios, donde el tipo de pasar de ser un héroe, Edison, está bajando de categoría ¡rápidamente!
-Porque le robó todo a éste.

-Vos cuando decías “cuando me desperté todo estaba en llamas”, el título, también hay otro título que salió en “La hija de la lágrima” que vos lo escuchaste que una madre se lo decía a su hija o algo así en la calle, ¿hay algo de eso?
-Sí, una gitana. Una gitana que le pegó a un gitano y lo corrió con la chancleta y lo tiro a la calle, y le dijo: “y no te olvides, no te olvides nunca que yo soy la hija de la lágrima”. Fue un tiro alegre, y no entendí nada y digo “¿qué quiere decir esto?”,  y a partir de ahí hice el disco. ¿Qué es?, yo me imaginé que era una secta que la madre no tenía poder, no se sabe, y mandaba a todos los hijos y acepta hacer algo y entre todos imagine que hacían un tren eléctrico y nadie sabía qué hacía él que seguía y la hija de la lagrima era la que mandaban afuera a vender la poderosísima lágrima.

-Eso son señales, te paso afuera, te garró te llamó la atención terminó siendo un disco y te marcó bastante, ¿te pasa a menudo, te pasó con otro disco, otros temas eso de estar caminando por ahí o escuchar algo decir “uh wop” agarró lo tomó y lo desarrollo en un tema?
-Sí, “Sinfonía para adolescentes” por ejemplo, me salió de la nada como el título “Sí”, me gustó francamente el título y lo que podía salir del título.

-¿Y la película entonces se va a quedar solamente ahí en la cabeza dando vueltas o lo hablás o anotas o hay alguien interesado?
-No, el centro de la película es el concierto del Colón.

-¿Cómo fue eso cómo lo viviste vos? Como fue ya todo el mundo lo sabe pero ¿Cómo estabas vos ahí adentro?
-Yo estaba contentísimo, un poco borracho.

-¿Con miedo o estabas relajado?
-No estaba para nada relajado.

-No
-¡No! Estaba con el Negro Lopez…

-Estabas a mil, muy enfocado.
-No, si muy enfocado y lidiando con los músicos clásicos que son un plomazo, "está es Re, no boludo esta es Do, ¿no vez?” Como que me discutían a mí como era la música y bueno, no lo haría de nuevo.

-¿No lo harías de nuevo?, ¿Por?
-Porque me parece que lo puedo hacer mejor yo solo o con otros músicos. No sé, con los músicos clásicos no; bueno a mí me pasó cuando era chico.

-¿Pero qué te molesta? ¿Qué son demasiado estrictos, que están leyendo exactamente ahí y no se están escuchando lo que pasa? más bien están leyendo para tocar; no escuchar.
- Hay algunas cosas que no saben que efecto va a producir. Imaginate, yo hago una Opera que dura dos horas ¡y me discuten si es un sol sostenido! ridículo, pero…

-¿Se lo dijiste de buena manera o de mala manera?
-No, no tienen idea los tipos, o sea que no tienen idea de la música. Sea escrita, sea una zapada, o sea no sé. Paul McCartney viene y me dice “¿qué haces loco?”, ¿y lo voy a escuchar un pelotudo que me discute si un do o un do sostenido?, ¡no se puede!

-¿Tuviste algún ideal de banda que vos digas “hay que como la pasé con esta banda”, de las múltiples formaciones que tuviste? Una que dijiste en todo; digamos como persona, como músico, como esto lo otro, todo. Que se junte todo.
-Siempre tuve bandas buenas.

-Sí, eso ya sé, pero sacando la banda “formada” como Sui Generis o Serú Girán, me refiero a después con músicos que hayas tocado, decir “que bien que me lleve con estos tipos”.
-Y sí, Sui Generis ¿Qué habría pasado si seguíamos un poco mas? No se…

-No se sabe, nunca se sabe. ¿Y la máquina?
- La máquina era como si fuéramos músicos clásicos porque tocábamos rapidísimo.

-El otro día lo escuché porque hicimos un reportaje con una charla con José Luis Fernández y me puse a escuchar algo ¡fa volaban eh! ¡Los temas eran una competencia wow! Y estaba Bazterrica…
-Sí, y Serú también, y cuando tocaba con Iturri. Yo creo que cuando el grupo, o sea, no tratan todos de tocar sus canciones y, que se yo, pueden recibir el mensaje que el líder, pongámoslo así, quiere tocar y pueden interpretar eso; eso es lo que decíamos recién como le decía Pichuco a Goyeneche, “mirá lo que decís y que te salga directamente la pasión”.

-Y quién fue, bueno, ¿Elton John fue el primero qué te marcó para decir puedo tocar el piano dentro de rock?
-Si

- Fue él definitivamente, ¿y la guitarra quien es el que te dio la vuelta, alguno de los Rolling?, presupongo que Roger McGuinn también. 
-Estuve con Roger McGuinn tocando.

Con Roger McGuinn

-¿Tocando?
-Tocando un día entero y buenísimo.

-¿Y el tipo es como te lo imaginabas?
-Exactamente igual, toca exactamente igual.

-Entonces tenés que ver "Echo in the Canyon" la película, porque no solo aparece mucho Roger McGuinn,  y no sólo aparece sino que te cuenta como George Harrison tomó de un tema de él el riff para un tema de los Beatles que se lo toca, lo toca él...
-Y se da cuenta que la guitarra tiene atrás otras mas clavijas Harrison, va a ver  “A Hard Day's Night” y se da cuenta que cuando Harrison se mueve la cámara le enfoca 12 cuerdas.

-Ah no sabía, ok ¿La qué tocaba él era Rickenbacker?
-Sí, Rickenbacker

-Pero digo, que en la película cuenta cómo un tema que hizo Roger McGuinn, George  Harrison empieza exactamente igual y dice “ya sé que lo saco de esto, simplemente que yo me fui para este lado y él se fue para el otro lado” y dice  “a mí me causa orgullo que un Beatle haya tomado algo de lo que yo hice”.
-¡¿Loco y conmigo?! En un jardín y me alentaba a interpretar su tema. “Hey! Mr. Tambourine Man /play a song for me” (Cantan ambos)  De eso no hay mucho ahora, ¿Y Dylan loco?

-Canciones, cierto, canciones así de sencillas y que te pegan directo al corazón como Mr. Tambourine por ejemplo, entre tantos otros, no hay. 
-No 

-¿O encontraste alguien que lo esté haciendo, o alguien que se acerque?  Ya fue la estrella de rock.
-Escucho diferentes cosas, por ejemplo no esperaba escuchar el último de Bowie y que me vuele la cabeza, porque nunca me voló la cabeza, pero tenía algo. Es terrible porque es el tipo que sabe que se va a morir, terrible…

-El vídeo es increíble también.
-No lo vi el vídeo. 

-El video está él acostado cantando un tema que decís, “este tipo ya sabe todo y tiene una caballerosidad para irse increíble” ya sabe y está en una cama que decís como lo tomó con que altura lo tomó, como que tiene una sabiduría... 
-Quería entrar al club de los 27, ¿Sabes lo que es el club de los 27?

-Si, donde esta Amy Winehouse, Hendrix, todos esos, Mama Cass. ¿Así que lo de Roger Mcguinn fue tipo…?
-Yo le case la onda a Roger McGuinn “así”, porque también tenía algo clásico, o sea los arpegios, eso dimensionado con la psicodelia, que no es menor, de Steely Dan.

-No llegaste a verlos en vivo ¿no?
-No, tenía ganas pero no se dio.

-Siguen tocando pero ya no está uno de ellos. ¿Y ahora qué andas haciendo? ¿Qué pensás hacer? estás haciendo esto de Tesla, pero que ves para adelante ¿Qué te gustaría hacer? 
-La película que puede venir acompañada por un disco lado A como el de los Beatles.

-Sí. 
-Vivir en paz.

-¿No viviste en paz? ¿Parte si, parte no?
- Parte si y parte no.

-¿Y estas arrepentido de la parte que no? ¿Fueron por vos o por las circunstancias?, ¿cómo?
-Por las circunstancias y un poco por mí, porque, no sé qué año me rompí la cadera y fue plomo y me internaron y que te internen...Por eso me tiré 10 pisos, o sea, un montón de cosas que me confirman que el otro está equivocado y que me chupa un huevo y… realmente hay árboles, hay tantas cosas lindas para disfrutar, la música… o sea la música a mí me sana totalmente. Así que...

-Y en los momentos, esos jorobados, que te pasaron cosas jorobadas, ¿pensas que no estaba la música presente o había una traba?
-Y la envidia de otro al que no le puede salir música como hago yo, no sé. Cuando fui a ver a Pete Townshend nadie me creía que había ido a un hospital que me cambiaron la sangre etc. Entonces, viste, te da por las bolas. Decís, “¿loco no me crees, yo hice la primera ópera del mundo y vos no me crees?”. Aprendo de gente por ejemplo de ese tipo, fue lo que dijo John Lennon: “la vida es lo que te pasa mientras estás haciendo otros planes”, ¿No le vas a creer a Yoko Ono? No sé, la gente es estúpida. Ahí decía, dice el libro de Tesla, que el tipo está en la fábrica de Edison y Edison lo odiaba porque iba todos días con las mismas botas a la fábrica y terminó dándole de comer a las palomas en el balcón del Hotel.

-¿Pero vos te ves un final así?
-¿Yo?

- Sí, para vos.
-¿No lo cambias por otro para vos?

-Jajaja, ¡No!
-No, yo no me quiero morir, o sea, el club de los 27 cerró para mí.

-Sí, hace rato.
-Yo de verdad estoy en una burbuja de música y de cosas agradables que por ahí antes no eran tan agradables.

-Pero algo pasó en medio, algo tuvo que pasar para que se acomodaran así, o maduraste o te pusiste más amoroso...
- Y si, se murió mi papá y mi mamá, mi papá… 

-Tu mamá vive todavía.
-Sí, mi mamá vive todavía. Todavía no se desprende. Pero mi papá  era como un ídolo para mí.

-Sí, yo lo sé.
-Y en la recopilación que haces en tu cabeza de cómo eran tus padres cómo te enseñaron las cosas que viste.  Ahí me di cuenta que mi viejo era un tipo caballero, el enseñaba matemáticas pero él quería que el alumno aprenda.

- Yo me acuerdo enseñando matemáticas en tu casa, que había un alumno, estaba sentado a la mesa, nosotros llegamos estaba enseñando y había un respeto. Era muy silencioso había un respeto muy tácito, tengo la foto en mi cabeza en este momento de él.
-Y nos iba a ver al auditorio a las 4 de la mañana.

-Eso me resulta increíble hasta tirando a emocionarme, porque yo no sabía que hacia eso, que bueno.
-Increíble…, increíble.

-Y vos cuando estabas más pendejo, claro maravilloso es guardar ese  pequeño secreto. Digamos, pero con él con el tiempo empezaste a madurar obviamente y te acercaste más a él, aunque él ya no esté, de mil maneras. Cuando empezaste a poner también el apellido de tu padre.
-¡También! García Lange por Moreno, eso fue muy fuerte.

-Claro, porque en un momento de tu vida utilizaste esos apellidos.
-Cualquier cosa, pero nada, mi vieja nunca me escuchó.

-¿Vos pensás que nunca nos escuchó? ¿O que no te escuchó después a vos? Yo creo que sí.
-Mi vieja me pedía todo el tiempo cosas para grabarle a Enrique o a Dani. (NdR: Hermanos de Charly, Enrique QEPD)

-Bueno, eras el mayor. 
-"Yo lo hice por tu bien", y así me internó dos años. No, la pifió total. Una navidad me acuerdo le dije, en vez de Champagne, voy a llevar porro. ¡Se fumó 10 porros y no le hizo nada loco! 

-¡¿Ella?! ¿Y no le pegó?
-¡No le pego! Y yo le decía, Enrique no puede ser manager de un grupo, porque es un chico que tiene un autito y se va a hacer…

-Ah, ¿vos la veías venir? (NdR: Enrique falleció en un accidente en su auto).
-La vi venir. Se murió en una semana mi papá y Enrique. Enrique era medio como mi papá también, y buenazo. Pero ¿Entendés? Es como que yo tengo eso, yo veo venir las cosas. “No era nada...”

-¿Para los demás, para vos?
-Para ambos. “Hey, intenta morir, se va a morir, ¡Deja esa idea que tenés!” Y andar dando pruebas, ¡me tire de 10 pisos loco!, no me hinches más las pelotas. Y ahora yo te digo enserio estoy viviendo bien, estoy en Paz. Me llevo bien con…, tengo una gatita, estoy bien, estoy bien. Se apreciar a los Who y me pasa de encontrármelo al flaco este (NdR: Pete Townshed) y que me diga: “¿Vos hiciste Teo no?”, Que se yo, es raro viste estar en un restaurant y que se aparezca Mick Jagger y te diga “Jumpin' Jack Flash”. 

-Te nombraron la última vez que vinieron.
-Sí. Y a mí me echaron de mi casa por vestirme como Brian Jones, mi vieja tenía sus cosas y yo me las ponía. Pero, el cambio de apellido fue muy positivo. James McGuinn no se llama James McGuinn, se llama Roger.

-Claro, no me acuerdo porque se lo cambió.
-Y son por esas sectas, no sé, por ejemplo Todd Rundgren tiene una especie de secta y van todos ahí y aprenden música juntos ¡y él les debe cobrar como no sé cuánto!

-¡Jajaja, y el es el maestro! 
-O como el tipo este de Inglaterra, para mí hacen eso para cogerse minas.

-Jajaja
-¿Querés que cante una? Tiene manos de marfil y teclados de Taiwan, un chico conectado con la ciencia… (la canta casi completa)

-Gracias Charly.
-El ultimo cafeeee

-Gracias Charly.

La nota la podes escuchar en el canal de Youtube "Distinto Tiempo Podcast", fue realizada por Nito Mestre y la producción de Pamela Gowland. La transcripción fue hecha por Hernán para Cinema Verite (sepan disculpar algún error de interpretación)