El músico está componiendo en un iPad y registra el material
en el estudio de Turf.
La arquitectura compositiva de García en esta etapa comienza
en algunos de sus varios iPads, donde programa bases de batería y graba sonidos
virtuales de pianos, moogs, hammonds y wurlitzers, y luego voces. Con esas
maquetas llega al estudio para seguir construyendo con múltiples tracks, al
estilo vertiginoso de la era Say No
More. "Nunca sé qué es lo que voy a grabar con él", dice Rosario
Ortega. "Casi que pone rec mientras nos muestra el tema. Pero aun dentro
de ese caos, siempre hay mucha claridad. Y una canción increíble."
El hilo conductor es "La máquina de ser feliz",
"un tema súper emocionante que evoca al Charly más melódico" dice Ottavianelli,
que junto a Caloia oficia de técnico y asistente. El título parece reflejar un
estado de ánimo: "Charly está siempre con una sonrisa, bailando y cantando
al palo". El hecho de que esté grabando en Cathedral, un estudio donde
"no hay nada caro" (según Charly), refleja el momento relajado y
lúdico que atraviesa el músico. El repertorio de versiones es la contracara de
la parte más melódica. "96 Tears", de Question Mark & the
Mysterians, es uno de los hits de los 60 que ya están grabados. "Es
alucinante cómo está cantando rock and roll", dice Ottavianelli. Por una
coincidencia -ya que ahora la tiene Caloia en su estudio-, Samalea está
grabando con la batería Premier de Willy Iturri, ex GIT y ex baterista de
Charly. "La misma de Yendo de la cama al living y Piano bar", dice
Samalea, que tocó con Charly en Parte de la religión (1987), La hija de la
lágrima (1994) y Hello! MTV Unplugged (1995). "Todos queremos que estas
canciones tomen estado público."
Por: Patricio Lange
Fuente: Revista Rolling Stone ed. impresa
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