El “testigo mudo e invisible” del rock habla de su paso por Soda Stereo y los Ratones, de su vínculo con García, del reviente, de su costado gastronómico y televisivo y de Macri.
No me queda claro si entrás en Soda Stereo por tu calidad musical o por el valor del teclado que te habías comprado.
Ellos no eran un grupo conocido. Me citan en una sala. Yo venía tocando con Suéter. Me ven el set y sí, es verdad, yo tenía un (teclado) programable con Midi. Entendía bien qué era lo que se venía. Y después Cerati se dio cuenta de que además tocaba poco. Eso era moderno para la época. Tocar mucho era molesto.
¿Tocabas poco porque era moderno o porque no sabías tanto?
No sabía tanto. Estudié muy poco, y de cero salí a laburar.
Empezaste con Miguel Zavaleta, en Suéter, y no paraste: tecladista de Soda, de Charly, tocaste con los Ratones... ¿Fuiste el cuarto Soda?
A ver: la única foto que hubo de cuatro ‘Sodas’ es conmigo y está en el disco Nada Personal. Pude haber sido el cuarto Soda. La otra vez, Zeta (Bosio) me dijo que lo habían evaluado como posibilidad, pero bueno...
Contá la verdad, ¿por qué no te blanquearon?
Hay una parte que la gente no conoce. Esto es un negocio, y no era lo mismo dividir por cuatro que por tres. En cuestiones de ego también hay inseguridades. Yo me hubiera quedado gustoso. A los Soda le servía; de hecho hice arreglos para temas muy fuertes como Cuando pase el temblor o el piano de Signos.
Y nunca te dieron el crédito.
Son arreglos. Los arreglos no te dan crédito ni autorías en ninguna canción. Pero yo podía meterme en los arreglos y me los tomaban. Fue la mejor sensación que me quedó de tocar en Soda.
Sacaste un libro de memorias (“I’m Zorry”) que puede ser el mejor capítulo de "Rebelde Way". Ojo, no es peyorativo, pero llama la atención la mirada súper amorosa de casi todo. ¿Lo más rockero que te pasó en 30 años fue una venérea?
¿Una venérea? Ah, sí, en Londres. Mi primer viaje a Europa. Nos habíamos ido con los Soda y Zeta me tuvo que acompañar al médico. Yo no hablaba bien inglés y él me señala ahí y le dice al doctor: ‘The baby is crying... (‘El bebé está llorando’) Jajá, le puso un poco de humor a la cosa. Zeta fue un buen amigo dentro de Soda.
¿Y Cerati?
Cerati jugaba de líder. Siempre fue el líder. La perilla final la movía Gustavo.
Charly García te definió como “testigo mudo e invisble”.
Nunca le pedí nada a García, y tengo una relación que va mucho más allá de la música. Una relación de años, de cosas que pasaron. El fue capaz de decirme “te quiero”. Mi relación con García empezó como audiencia. Fui público de Charly, de Pappo y de Spinetta. Yo era muy abierto, a mí me gustaban los tres.
Empezaste tomando clases con Diego Rapoport, que en ese momento era...
¡Era integrante de Spinetta Jade!
Sin embargo no terminaste tocando con Luis sino con Charly.
Pero Spinetta me hizo dos regalos terribles en mi vida. Uno, me llamó pidiéndome disculpas por el atrevimiento, pero quería saber si al pulpo le podía poner tomillo. Eso fue como invitarme a tocar con él. Y dos: me lo trajo a Rapoport, a mi maestro, a comer acá, a mi restorán. Comimos los tres. Pensá que yo había tomado clases con un músico de primera que había puesto un avisito en la revista Expreso Imaginario. Un año y medio de formación musical. Eso fue todo.
Increíble lo tuyo.
Rapoport me introdujo dándome los acordes que se usaban. Yo no sabía nada, y de golpe tenía la info directa. Tuve la suerte de ver el aviso. ¡Imaginate! ¡El pianista de Spinetta dando clases!
Y Claudio Cardone, 20 años tocando con el Flaco, creo que también vive de dar clases...
¡Claudito Cardone! Un grande total.
¿Quién es la figura que mejor paga?
Charly. Charly es el músico que mejor paga. Trabajar con él me sirvió para abrir el Soul Café. Empecé a tocar con García cuando tenía 20 años y ahora tengo 50. Me acuerdo de que él estaba presentando Parte de la religión.
Gran época...
Tuve conexión, intuición. Yo no soy espiritual, soy carnal; pero puedo decir que me iluminaron. Que García me diera bola, él que podía elegir entre un montón de músicos... Charly había tocado con Soda en el Festival de La Falda. Tocó en mi set y y me dijo: “Correte, nene”. Yo estaba lookeado de Soda, vino García y no entendía nada. Pero, ¿sabés qué?: en una fiesta, mientras tocaba con Soda, lo veo a Charly, lo encaro, me saco el miedo y le digo: “Yo quiero tocar con vos”. El me dice: “Bueno, yo te aviso”.
¿Ya estabas saliendo de Soda?
Sí, estaba saliendo.
¿Por qué?
Porque no entraba de cuarto. Y pasó algo grave con Soda: nos robaron un camión lleno de instrumentos y ahí estaba todo mi equipo, más un teclado que me había prestado Andrés Calamaro. No pude recuperarme de esa pérdida, porque si vos ganas 100 y ellos ganan mil por show, y encima te roban todo... Hay mezquindades grandes en el rock.
Parecés un tipo sanísimo. ¿Cómo hiciste para salir indemne de tantos años con Charly?
Soy sanísimo. Tengo un rasgo fuerte de personalidad y eso viene de un importante sostén familiar y de una conciencia del vivir bien. A mí me gusta vivir bien, no me considero un bohemio. Al ser músico de terceros hay tiempo de dedicarse a otra cosa; no estamos todo el tiempo on the road. Yo decidí mover el culo, y esa necesidad de vivir mejor hizo que me cuidara. Soy anormal para el ambiente. Tengo horas de acompañar al Maestro (Charly), pero siempre tranquilo. Podés ser muy rockero sin ser un reventado.
Fuiste concuñado de Macri. ¿Sos o fuiste del PRO?
Los personajes políticos no me interesan. Yo me casé con alguien cuya hermana fue la mujer de él. Pero en Boca sí; en Boca fui macrista.
¿Nunca te dio por componer?
Tengo canciones en colaboración. Me gusta componer. Lo que no hice todavía es mi disco. Me gusta tocar, componer, grabar, todo. Me gusta, pero también me gusta ir al cine, salir a comer, viajar...
El capítulo de los Ratones, a juzgar por tu libro, se agota demasiado rápido.
Bueno, es que tuve un tema muy delicado en Bolivia, y ahí decidí irme del grupo.
¿Me podés ampliar un poco?
Estábamos haciendo cualquiera.A ver: yo no puedo ir a tocar a Bolivia, que no me hagan el permiso de trabajo y que, de golpe, me vea atrapado en un Aeropuerto. Supongo que todo fue culpa de un manager de cuarta. Pero eso marcó el final. Me fui.
Hace muchos años que tenés restoranes. ¿Es cierto que vos inventaste la movida de Las Cañitas?
Las Cañitas fue un polo gastronómico que nació en el ‘94, ‘95, y Charly me bancó un montón. Mi viejo es un gastronómico de barrio que además construye. Yo lo ayudaba en su negocio por piedad, porque se rompía el culo. Pero el Soul Café fue un local pionero. En esos años, Cañitas era una zona donde no pasaba nada; era barato para alquilar y estaba muy bien ubicado. Yo estudié qué local poner gracias a que García me llevó muchas veces a Nueva York. Allí tomé concepto y decidí vivir un poco mejor de lo que lo hacían los músicos de rock. Los músicos ganan mal, y es muy difícil vivir como músico en la Argentina. Es el lado menos romántico del rock.
¿Lo de “Zorrito” viene de pillo?
Jé. No es la explicación oficial, pero puede ser.
Ahora no tenés grupo. ¿Estás retirado?
Para nada. Estoy trabajando en la televisión como músico (en el programa NET, Fox Sports). Siempre hice televisión: Rebelde sin pausa, Gustock por MTV, que estuvo muy adelantando a los programas de cocina. Estuve con Tato Bores... En NET, que conduce Germán Paoloski, tenemos una banda hermosa. Yo toqué con Charly y, sin embargo, la tele es un desafío. Además estoy en Nacional Rock con mi primo, Hoby de Fino, haciendo Materia primo. Es un programa de mediados de los 80 para acá. Mi línea de tiempo.
¿Sos optimista por naturaleza?
¿Yo? Sí, soy de los que siempre ven la mitad del vaso lleno.
Por: Hernán Firpo
Fuente: Clarín
Tipo serio. hasta pareciera hosco. mira de frente y eso es bueno. las veces que hablamos fue muy gentil. Charly se apoya mucho y hasta las opiniones del Zorry son consideradas. Nunca le pedi una foto conmigo pero si para mis amigos incluso hasta con mi hijo.El tipo es un diferente. Respira Rock pero no se subió al colectivo de la locura. Bien por el I'm Zorry!!
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