martes, 26 de mayo de 2009

FITO PAEZ: LOS TEMAS NUEVOS QUE HIZO CHARLY SON IMPRESIONANTES

Entrevista a Fito del diario Perfil antes de la presentación en el Luna Park.
Habló de todo.



Fito Páez apuesta fuerte en su regreso a la Argentina, luego de una exitosa gira por España en la que agotó las entradas de todos los recitales que ofreció. Estuvo en Molina de Segura, Bilbao, Barcelona, Salamanca, Valladolid, Tenerife, Lanzarote y Madrid. Y también anduvo por Londres, donde dio un concierto muy particular, el primero para él en la capital inglesa: fue en The Union Chapell, una iglesia donde alguna vez se presentó U2. Y ahora llegan nada menos que dos funciones en el Luna Park –28 y 29 de mayo–, con The Killer Burritos como banda de apoyo. “Será un concierto largo, con algunos invitados –adelanta Páez a PERFIL–. Van a estar Juanse y muchos rosarinos: Juan Carlos Baglietto, Carlos Vandera, Gonzalo Aloras... Y habrá un repertorio amplio, con temas de distintas épocas. No me jode que me pidan temas viejos. Me parece que en la música hay convenciones, y que está bueno que sea así. A mí me gusta que me pidan 11 y 6, es una canción que no me aburro de tocar. Hay que tener en cuenta que vos podés ir a una velocidad determinada con tu viaje, pero que no todos tienen por que seguirte. Yo pienso que es obligatorio hacer los clásicos.” Páez tiene este año una agenda apretadísima –más conciertos, la terminación del guión para una película (Novela, cuya primera versión escribió en 1989 con la colaboración del cineasta Carlos Sorín y el actual director de la Biblioteca Nacional, Horacio González), la composición de los temas para un nuevo álbum–, pero aun así mantiene un espacio considerable para la crianza de sus hijos, Martín y Margarita, y se preocupa por seguir el estado de salud de su amigo Charly García, a quien ha visitado no hace mucho.

—¿Cómo lo viste a Charly?
—Bueno, sé lo mismo que todo el mundo, que está haciendo un proceso de rehabilitación. Pero escuché los temas nuevos que hizo y la verdad es que son impresionantes.
—¿Eso no se suele decir por compromiso cuando se habla de artistas con mucha trayectoria?
—En mi caso, no. No sé... Cuando hablan mal de artistas como Almodóvar o Woody Allen, yo me pregunto si no se dan cuenta de que siempre ahí hay algo que está bueno. Hay que hacer fuerza sobre lo que interesa, no sobre lo que no interesa. Siempre estos tipos de artistas tienen algo insólito, una mirada, una frase, algo que te hace volver a reconocer una continuidad en su obra. Lo que a veces sucede es que uno no está conectado con ese momento del artista. En ese tipo de discusiones yo elijo callarme, no peleo más por estas cosas.
—¿Dónde escuchaste lostemas?
—En lo de Ramón (por Palito Ortega). Charly está afrontando un proceso de rehabilitación que será largo y duro. Pero va a volver a tocar antes de fin de año, seguro. Es un episodio en su vida, nada más. Todos pasamos por momentos difíciles, en algunos casos se conocen públicamente y en otros no. Pero como Argentina es un país tan icónico, todo el mundo está preocupado por lo que le pasa a EL, con mayúsculas. ¡Hay que fijarse un poco más en la casa de uno, che! Charly es uno de los artistas más importantes de la Argentina y del mundo, hay que estar muy atento a su obra. Y en el material nuevo, les aseguro, hay muchas de esas canciones de Charly inolvidables.
—¿Conocías a Ortega?
—Hace unos cuantos años vino a un concierto mío en Miami. Y ahora, con esto de Charly, conversamos varias veces por teléfono y nos vimos algunas otras. Es un vínculo liviano pero cálido. Palito ha sido una influencia saludable para Charly.
—Vamos a tu propia salud. Se estuvo hablando de un pico de estrés o algo así. ¿Cómo es eso?
—Yo no leo diarios y no miro televisión, así que no sé exactamente qué se publica sobre mí, salvo cuando alguien me lo cuenta. Es mi jefa de prensa la que me cuenta todo (risas). Pero bueno, aclaro: estoy bien, y no tengo tiempo para tener estrés (risas). Lo que pasó en Bolivia fue sencillo: los organizadores del concierto no llegaron a armar bien la fecha y decidieron inventar la famosa enfermedad del artista, un clásico para zafar. No es la primera vez que me pasa.
—Hace poco tocaste por primera vez en Londres. ¿Cómo fue la experiencia?
—Fue un concierto más dentro del tour español, digamos. Una escapadita. El lugar estaba lleno, con gran mayoría de latinoamericanos: argentinos, peruanos, uruguayos, ecuatorianos, colombianos, mexicanos y algunos amigos ingleses de esa gente. Sentí esa energía especial que se experimenta cuando tocás en ciudades que tienen una historia musical tan rica. Ya me había pasado en Río de Janeiro, en Santiago de Chile y naturalmente en Buenos Aires, todas ciudades que también son potentes. Londres tiene una fuerza muy especial. Hacía rato que no me ponía tan nervioso en un concierto. Y cuando iba por el tercer o cuarto tema me puse a tocar London Calling, de The Clash. Necesitaba conectarme de algún modo con el lugar. Fue en una iglesia que también funciona como comedor para indigentes, algo muy curioso. Ya había estado en Londres, grabando y mezclando en Abbey Road, por ejemplo, pero nunca había tocado. Fue genial.
—¿Vivirías ahí?
—Sí, es una ciudad favorita, sin dudas. Pero me gustaría tener muchas vidas para vivir en distintas ciudades. Me gustan mucho Santiago de Chile, México, Río de Janeiro, Montevideo, Madrid, La Habana... Y he tenido el privilegio de vivir en algunas de ellas largas temporadas.
—¿Cómo llegaste a hacer el tema de “Tratame bien” (unitario de Pol-ka con Cecilia Roth y Julio Chávez)?
—Cecilia me contó la idea y me entusiasmó mucho. Después me llamó Suar y le dije que yo no hago cosas a pedido, que no es mi modo de trabajo. Lo hice alguna vez con Piojos y piojitos, un disco para chicos para el que me convocó Grinbank, pero no más que eso. Acá lo que pasó es que me sedujo mucho el título del programa. Y estuve con esa idea dándome vueltas en la cabeza todo el verano, hasta que llegó un día en el que decidí sentarme en el piano de casa y se me cayeron tres acordes. Esa es la historia completa.
—Ese programa aborda los conflictos comunes de un matrimonio tipo. Problemas que vos desde hace un tiempo mirás con cierta distancia...
—Sí, sí, ¡y estoy muy bien así! (risas) Estoy muy dedicado a mis hijos –Martín y Margarita– y está yendo todo muy bien. Estoy con muchas cosas ahora, nunca me pasó de estar con tantas cosas a la vez, y para una pareja se necesita tiempo. Pero cuando te agarra, te agarra. No se puede teorizar sobre eso ni hacer proyecciones. Supongo que la vida es la resultante entre lo que uno desea y lo que puede. Y ahí te movés, tenés suerte o no.
Algunos otros temas políticos. —¿Qué posición tuviste durante el conflicto entre el Gobierno y sectores del campo?
—Pensaba en el secuestro y la vejación del cuerpo de Eva y en el asesinato de Aramburu. Me parece que todavía estamos discutiendo eso, viendo quién la tiene más grande. No sé... No hay proyectos serios. El otro día veía unos afiches de Francisco de Nárváez que dicen “hagamos un plan”. ¿Cómo “hagamos un plan”? ¡Presentame uno vos, es tu tarea como político! Algunas cosas son alarmantes. No tenemos una dirigencia política que haya crecido como ha crecido Luis Alberto Spinetta como artista. Acá no hay gente con ese rigor. Afuera sí, Lula y la Bachelet son un buen ejemplo.
—¿Chávez?
—No me gusta, me parece el representante de una vieja escuela peleadora. Prefiero políticos más sobrios, más inteligentes. El culto a la personalidad en la vida política no es bueno.
—Vos hablaste de “tinellización de la cultura en la Argentina hace años. ¿Seguimos en esa?
—¡Es verdad, fue hace mucho eso! (risas) Pasa en todo el mundo: hay un programa en horario central, con mucho rating, con mucha repercusión social. Pero después cada uno tiene lo que se merece. En España puede ser Buenafuente (Andreu Buenafuente Moreno es un elogiado humorista, presentador y productor español), en Brasil Jo Soares (humorista, actor y presentador de la TV brasileña, conocido por la calidad de sus entrevistas) y acá Tinelli. Lo preocupante es el espacio que ocupa el programa de Tinelli en otros medios. Pero no es casual, los medios están monopolizados por grupos económicos con intereses muy determinados en los negocios.
—¿Viste a tu imitador?
—No, pero supongo que debe ser gracioso. No me molesta.
—¿Tus hijos ven mucha televisión?
—No dejo que vean mucha tele. Ven alguna serie y muchas películas, pero también pintan, cantan y bailan. Hacen otras cosas y tienen mucha alegría de vivir.

Expectativas con el kirchnerismo

Cerca de las elecciones, Páez acepta dar su mirada que es escéptica: “Tenía expectativas más altas sobre cómo el kirchnerismo podía llevar adelante una reorganización del PJ y la renovación del tipo de pensamiento tradicional de la dirigencia política. Creo que siguen atados a una forma vieja de pensar la política, muy pendientes de las rencillas del pasado. Una dirigencia política culta y que pueda comprender la historia debería encontrar una solución a las viejas tensiones de este país. Pero es difícil porque ninguno ha escuchado a los Rolling Stones, ni sabe quiénes son Charly o Fogwill. Ojo, también soy consciente de que no es fácil estar en el sillón de Rivadavia. Y creo que la oposición en los medios es muy salvaje. Por eso no leo los diarios, me aburren. No soy antikirchnerista, anti-Cristina ni antinada. Pero entiendo que para ocupar ese lugar hay que tener la decencia de saber negociar, es un lugar que te obliga a eso, no se puede poner tu vanidad en juego. En definitiva, me parece que falta gente patriota, que pueda pensar en todos los argentinos. Hay que sentarse a negociar, insisto. Con la ley en la mano, eso sí, pero negociar. Lo frustrante es comprobar que la democracia está muy por debajo de las expectativas que teníamos hace unos años, eso es muy duro. Pasá por la 31, que es acá a diez cuadras, si no. No se puede creer... Los políticos parecen vivir en una realidad paralela, cuando se ponen hablar de números y de internas. Hay excepciones, claro. La gestión de la intendencia de Rosario y el trabajo de Binner como gobernador de Santa Fe son para destacar. Pero en general me parece que hace falta menos yo y más nosotros”.

Por: Alejandro Lingenti
Fuente: http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0367/articulo.php?art=14649&ed=0367

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