Es un bicho raro de la industria. Asegura que la moda “está frita”, despide a los vendedores que mienten a los clientes y quiere enseñar a respirar en los shoppings. Por qué contrató a García para una publicidad de contenido espiritual.
Si hay alguien que espera ver con buena salud a Charly García es Nicolás Cuño. El ideólogo de la marca de ropa Key Biscayne, tiempo atrás se acercó al músico para cambiarle la imagen (“mostré a Charly saludable”, asegura). Le ofreció ser protagonista de una campaña que hoy sigue cosechando sus frutos.
“La primera vez que pensé en Charly fue desde de un lugar desconocido hasta para él mismo. Charly es un genio y la gente está acostumbrada a verlo mal. Yo venía con una sensación permanente de que la gente se divertía arruinándose la salud y quería revertir ese pensamiento. Entonces se me ocurrió mostrar a un referente social al que todos asociaban con lo insalubre. ‘Charly puede verse bien’, me decía a mí mismo. Le conté mi idea, pero él deseaba continuar con la imagen que había instalado desde su disco Say no more. Le respondí que era un orgullo que me hubiera atendido pero que mi plan era mostrarlo bien, lúcido.”
–¿Cómo terminó por aceptar su propuesta?
–A la semana me llamó: “Che, hagamos la campaña”. No lo podía creer. “Hagámosla cuando quieras”, me dijo. Así que armé la producción en la playa con una movida impresionante. Los que conocían a Charly me decían que me iba a dejar plantado por lo menos tres veces hasta cumplir con el trabajo. Pero vino sin retrasos. Hizo las fotos con una enorme predisposición. Después se me acercó y me confesó: “Sos la primera persona que vino a buscarme para mostrarme bien”. Me quedé helado. La idea le terminó gustando y la campaña “Cucharita” en la que aparecía junto a Julieta Ortega fue un éxito. Descubrí una persona con una dulzura tremenda.
–Meses después de esa campaña lo internaron.
–Sí. Muchos vinieron a decirme que me había equivocado, que eso no favorecía a la empresa. Así que redoblé la apuesta y salí con las mismas fotos con una leyenda abajo que decía: “Más que nunca con vos. Fuerza Charly”. Me llamó por teléfono emocionado, no podía creer el gesto. García es un genio tapado por esa pantalla autodestructiva que él armó. Deseo que pueda zafar de eso, de esa forma vamos a descubrir al Charly verdadero.
Si hay alguien que espera ver con buena salud a Charly García es Nicolás Cuño. El ideólogo de la marca de ropa Key Biscayne, tiempo atrás se acercó al músico para cambiarle la imagen (“mostré a Charly saludable”, asegura). Le ofreció ser protagonista de una campaña que hoy sigue cosechando sus frutos.
“La primera vez que pensé en Charly fue desde de un lugar desconocido hasta para él mismo. Charly es un genio y la gente está acostumbrada a verlo mal. Yo venía con una sensación permanente de que la gente se divertía arruinándose la salud y quería revertir ese pensamiento. Entonces se me ocurrió mostrar a un referente social al que todos asociaban con lo insalubre. ‘Charly puede verse bien’, me decía a mí mismo. Le conté mi idea, pero él deseaba continuar con la imagen que había instalado desde su disco Say no more. Le respondí que era un orgullo que me hubiera atendido pero que mi plan era mostrarlo bien, lúcido.”
–¿Cómo terminó por aceptar su propuesta?
–A la semana me llamó: “Che, hagamos la campaña”. No lo podía creer. “Hagámosla cuando quieras”, me dijo. Así que armé la producción en la playa con una movida impresionante. Los que conocían a Charly me decían que me iba a dejar plantado por lo menos tres veces hasta cumplir con el trabajo. Pero vino sin retrasos. Hizo las fotos con una enorme predisposición. Después se me acercó y me confesó: “Sos la primera persona que vino a buscarme para mostrarme bien”. Me quedé helado. La idea le terminó gustando y la campaña “Cucharita” en la que aparecía junto a Julieta Ortega fue un éxito. Descubrí una persona con una dulzura tremenda.
–Meses después de esa campaña lo internaron.
–Sí. Muchos vinieron a decirme que me había equivocado, que eso no favorecía a la empresa. Así que redoblé la apuesta y salí con las mismas fotos con una leyenda abajo que decía: “Más que nunca con vos. Fuerza Charly”. Me llamó por teléfono emocionado, no podía creer el gesto. García es un genio tapado por esa pantalla autodestructiva que él armó. Deseo que pueda zafar de eso, de esa forma vamos a descubrir al Charly verdadero.
–¿Se considera un bicho raro de la moda?
–Trato de no vincularme con la moda, me parece un ambiente frito. Lo fashion no me divierte. Me gusta más relacionarme con la música y vestir a una figura como Andrés Ciro, de Los Piojos. Diseño ropa que dure en el tiempo, no para una temporada. Nunca organicé un desfile. Cuando desfilaba para Pancho Dotto me sentía un muñeco que no se identificaba con lo que llevaba puesto. A Ciro le gusta vestirse con nuestra ropa, me llama, me pregunta. Vienen a buscar lo que hacemos nosotros. No les pago para que usen Key Biscayne.
–¿Cómo colar su espiritualidad en las campañas publicitarias?
–La campaña “Viví más despacio” fue muy fuerte. La gente se encontraba con esa leyenda arriba de los colectivos o manejando a ciento treinta kilómetros por hora. La de “Volver al origen de las cosas”, con Graciela Borges, también tuvo que ver con la misma idea de mostrar a Charly en un estado saludable. No sé si se entienden pero sí hacen ruido. Mostrar eso creando prendas de vestir es lo más lindo que podría hacer. No me preparé bajo las “técnicas del marketing”. Y no todo es inteligencia, también hay que estar atento.
–¿Cuál es la leyenda para la próxima campaña publicitaria?
–“Silencio”. No hacer nada. Estoy por hacer una meditación de tres días de silencio. Estando callado te bajan las fichas. También tengo pensado un proyecto para realizar una campaña en los shoppings para que la gente aprenda a respirar bien.
–¿En qué consistirá?
–La idea es que si un tipo está a mil y consume lo que está a la venta, pueda tener un rincón donde aprender a respirar. Algo que no todos hacen bien. Un servicio gratuito para los clientes. Hago las campañas aprendiendo. Yo no sé dibujar, los modelos que vendemos son diseñados sobre mi cuerpo. No se trata de ropa que sale desde la hermeticidad de la computadora. A veces me llaman de las facultades para dar charlas y no las acepto. Las carreras de diseño forman egresados muy cerrados, a los que les cuesta ser creativos. Por eso trabajo más con músicos, artistas. Los que vienen de la facultad hacen fichas técnicas, cosas que yo no sé hacer. Prefiero la inventiva.
–¿Qué recaudos toma respecto de los talleres textiles clandestinos?
–El país es difícil, trabajar y vender también. ¿Quién regula a los incorregibles? Mi empresa es chica y nos manejamos con mucho cuidado. Tenemos siete locales nada más. Si tuviera más o aceptara ceder franquicias me volvería loco. No quiero ser el más millonario del cementerio.
–Trato de no vincularme con la moda, me parece un ambiente frito. Lo fashion no me divierte. Me gusta más relacionarme con la música y vestir a una figura como Andrés Ciro, de Los Piojos. Diseño ropa que dure en el tiempo, no para una temporada. Nunca organicé un desfile. Cuando desfilaba para Pancho Dotto me sentía un muñeco que no se identificaba con lo que llevaba puesto. A Ciro le gusta vestirse con nuestra ropa, me llama, me pregunta. Vienen a buscar lo que hacemos nosotros. No les pago para que usen Key Biscayne.
–¿Cómo colar su espiritualidad en las campañas publicitarias?
–La campaña “Viví más despacio” fue muy fuerte. La gente se encontraba con esa leyenda arriba de los colectivos o manejando a ciento treinta kilómetros por hora. La de “Volver al origen de las cosas”, con Graciela Borges, también tuvo que ver con la misma idea de mostrar a Charly en un estado saludable. No sé si se entienden pero sí hacen ruido. Mostrar eso creando prendas de vestir es lo más lindo que podría hacer. No me preparé bajo las “técnicas del marketing”. Y no todo es inteligencia, también hay que estar atento.
–¿Cuál es la leyenda para la próxima campaña publicitaria?
–“Silencio”. No hacer nada. Estoy por hacer una meditación de tres días de silencio. Estando callado te bajan las fichas. También tengo pensado un proyecto para realizar una campaña en los shoppings para que la gente aprenda a respirar bien.
–¿En qué consistirá?
–La idea es que si un tipo está a mil y consume lo que está a la venta, pueda tener un rincón donde aprender a respirar. Algo que no todos hacen bien. Un servicio gratuito para los clientes. Hago las campañas aprendiendo. Yo no sé dibujar, los modelos que vendemos son diseñados sobre mi cuerpo. No se trata de ropa que sale desde la hermeticidad de la computadora. A veces me llaman de las facultades para dar charlas y no las acepto. Las carreras de diseño forman egresados muy cerrados, a los que les cuesta ser creativos. Por eso trabajo más con músicos, artistas. Los que vienen de la facultad hacen fichas técnicas, cosas que yo no sé hacer. Prefiero la inventiva.
–¿Qué recaudos toma respecto de los talleres textiles clandestinos?
–El país es difícil, trabajar y vender también. ¿Quién regula a los incorregibles? Mi empresa es chica y nos manejamos con mucho cuidado. Tenemos siete locales nada más. Si tuviera más o aceptara ceder franquicias me volvería loco. No quiero ser el más millonario del cementerio.
Por Lucas Cremades
Fuente: http://www.elargentino.com/
Fuente: http://www.elargentino.com/
Flaco sos un genio, me encanta como haces lo que haces
ResponderEliminarSi Charly es un genio, yo no lo dudo!
ResponderEliminarPrefiero la "inventiva".y esa es linea de key.muy buena nota.abrazos!!
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