El concierto de Charly García en la explanada del estadio Municipal de Lima había finalizado. Periodistas, músicos y camarógrafos fueron invitados al backstage a picar algo, mientras los músicos, los técnicos y la gente de la organización se saludaban con la satisfacción del deber cumplido. Y en ese momento, la aparición de Charly: tranquilo y sonriente, cambiado, saludando y diciendo: "Estoy muy contento por mis amigos, pero más por mis enemigos. ¿Vieron que no estoy lento?". Acto seguido, y tras una salva de aplausos, se subió a la limusina que lo esperaba, acompañado del Negro García López.
A partir de allí la vuelta al hotel, estimulados por la promesa de fiesta post recital. El Zorrito Quintiero e Hilda Lizarazu amagaban con un show de la Lobby Band, una suerte de dúo de piano y voz especialistas en recrear temas de Elton John, al que se sumaría la viola del Negro. Ya en el lobby, entre abrazos y alegría, los plomos armando el escenario y. ¡dos teclados! Y todas las sospechas hechas realidad: García comandando el grupo, y el grito "¡Vamos con todo el show de nuevo!". Así arrancó una seguidilla de seis temas, que sumaron la voz de Hilda Lizarazu para el final ("Estaba en mi cuarto a punto de dormirme y me llamaron, ¡no podía no estar!").
El improvisado e íntimo concierto terminó. Charly se retira, y la banda que se queda para la charla distendida, entre pisco sours que van y vienen: "Estoy feliz: recuperamos a Charly", dice el Negro entre vasos y besos. "No creo que en Latinoamérica haya shows de esta calidad como el que dimos hoy con Charly", señala el Zorrito. "Esto es el comienzo de todo. Ojalá que Charly no se sienta presionado para grabar un disco enseguida", reflexiona Hilda. La noche limeña siguió, las risas se multiplicaron y la barra proveedora de tragos cerró. Hora de emprender el regreso a casa, y de dormir todo el tiempo en el que nos mantuvimos insomnes por la felicidad. Charly Is Back!
A partir de allí la vuelta al hotel, estimulados por la promesa de fiesta post recital. El Zorrito Quintiero e Hilda Lizarazu amagaban con un show de la Lobby Band, una suerte de dúo de piano y voz especialistas en recrear temas de Elton John, al que se sumaría la viola del Negro. Ya en el lobby, entre abrazos y alegría, los plomos armando el escenario y. ¡dos teclados! Y todas las sospechas hechas realidad: García comandando el grupo, y el grito "¡Vamos con todo el show de nuevo!". Así arrancó una seguidilla de seis temas, que sumaron la voz de Hilda Lizarazu para el final ("Estaba en mi cuarto a punto de dormirme y me llamaron, ¡no podía no estar!").
El improvisado e íntimo concierto terminó. Charly se retira, y la banda que se queda para la charla distendida, entre pisco sours que van y vienen: "Estoy feliz: recuperamos a Charly", dice el Negro entre vasos y besos. "No creo que en Latinoamérica haya shows de esta calidad como el que dimos hoy con Charly", señala el Zorrito. "Esto es el comienzo de todo. Ojalá que Charly no se sienta presionado para grabar un disco enseguida", reflexiona Hilda. La noche limeña siguió, las risas se multiplicaron y la barra proveedora de tragos cerró. Hora de emprender el regreso a casa, y de dormir todo el tiempo en el que nos mantuvimos insomnes por la felicidad. Charly Is Back!
Por Pablo Strozza
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