lunes, 14 de septiembre de 2009

Charly García espera que en Lima queden deslumbrados con su show


Dice que ya no usa el aerosol y que ahora solo “grafitea” música. Que le gustan Julio Verne y Oscar Wilde, pero que prefiere los libros sobre músicos y los catálogos de fotos. Concuerda con nosotros en que el mejor baterista con el que toco fue Willy Iturriy nos confiesa que sus temas no siempre están dedicados a alguien, que no siempre tienen un motivo, sino "seria muy aburrido".
Renovado, ocurrente y sonando a rock and roll, regresa a Lima el legendario músico argentino Charly García quien espera que la gente en Lima quede deslumbrada con su performance, que —asegura— supera incluso sus propias expectativas. “Vamos a tocar temas de casi todas las épocas mías como solista, alguna cosa de Serú Girán y por supuesto el tema nuevo. Traté de hacer un repertorio más que basado en hits, basado en las canciones que más me gustan. Va a ser un show largo, con una banda muy buena”, nos adelanta un lozano Charly.

En tu último concierto en Lima, el 2003, escuchamos el tema “Asesíname” en calidad de estreno. ¿Por qué eliges Lima nuevamente para la presentación de una nueva canción, “¿Deberías saber por qué?”
Por la vibración que sentí con la gente. Hace mucho que estoy tocando en Lima y, si bien no voy periódicamente, tengo grandes recuerdos, y bueno, de las opciones que tenía elegí esa.

¿Qué es lo que más disfrutas hacer por estos días?
Creo que los ensayos son bastante buenos. Estamos usando una tecnología bastante buena. Tengo un nuevo piano de cola, increíble. El sonido y todo es muy novedoso, creo que se van a sorprender.

En una de tus cartas de juventud a Andrea, reproducida en ese genial libro de fotos de Cherniavsky, le dices: “Hicieron una lista que prohíbe pasar a Gardel, Beatles, Génesis, Spinetta y a mí, entre otros, por la radio. ¿No es surrealista?”. ¿La censura puede ser un buen indicador para un artista?
Si lo tomamos de una forma fría y matemática, se podría decir que puede ayudar, porque al no poder decir las cosas como uno quiere, tiene que dar una vuelta poética, y cuando la situación de un país es mala o hay desaparecidos como pasó acá, o no cantas, o te matan, o llegas a la gente en ese mismo momento, y si eso es lo que vos querés, hay que darle una pizca de poesía, bastante surrealismo. Entonces creo que entiendo el sentido de tu pregunta y me parece que sí, pero lo mejor que hay es que no haya dictadura.

Si pudieras retroceder en el tiempo y tener la oportunidad de renunciar a la fama para convertirte en un tipo común y corriente, ¿tomarías esa alternativa?
Yo creo que nadie de más de 10 años quiere ser solo una persona. Hay gente que vive la fama como una tortura, pero después de que ya la tuvo. O sea, hay gente que se hace famosa y ve a su público como una masa nomás, como una cosa, sobre todo los artistas de televisión que no tienen oportunidad de estar con la gente. Pero para mí, aparte de hacer lo que me gusta, es un premio extra. Cada vez que yo toco sé que estoy tocando alguna fibra en alguien, y eso va y viene, así que digamos que es imposible que cambie.

¿Cuál sientes que ha sido tu mejor trabajo musical en solitario? ¿“La hija de la lágrima”?
Sabes que no sé. Depende del estado de ánimo y mental que tenga. Hoy por hoy te podría decir “Clics modernos”. Un poco el sonido de la banda va para ese lado, una mezcla de electrónica y rock. ¡Mucho más rock! Suena muy parecido.

¿Sui Generis, La Máquina de Hacer Pájaros, PorSuiGieco o Serú? ¿Cuál disfrutaste más?
Todas las disfruté. Quizá Serú Girán me agarró cuando ya era un poco más grande y por ahí la pude disfrutar más, pero todas tuvieron peligro, musicalidad, romance; arte, digamos.

Después de tu zambullida en una piscina de Mendoza compones la canción “Me tiré por vos”. La letra de ese tema parecería haber sido escrita antes de ese salto, como en una especie de “déjà vu”.
Está compuesta en el mismo momento. Ese mismo día la estrené con Sabina. Podría decirse que la hice mientras caía (risas).

Te lo pregunto porque cuando grabas el “Unplugged” para MTV, en “Rezo por vos” juegas con la frase “Estaba en llamas cuando me acosté”, y al año, cuando sacas el “Say No More”, esa misma frase le da nombre a la primera canción de ese disco, como si hubieses tenido una suerte de visión de lo que se venía…
Sí, yo tengo una especie no sé si de “autoprofecía”, pero veo siempre un poquito más adelante lo que voy a hacer, entonces cuando uno conjura las cosas, algunas vibraciones y algunos espíritus vienen. Es como que yo llamo inconscientemente lo que va a venir, y lo que va a venir realmente se ajusta con lo que pienso, con lo que estoy haciendo.

“Estaba en llamas cuando me acosté”, conocido como el Casandra Lange, es también el nombre de un disco en el que realizas notables “covers”, un trabajo imposible de conseguir ahora, ni siquiera en Buenos Aires.
Sí, cada vez lo que se edita es lo más comercial. Los discos así, rarezas, son imposibles de conseguir. Pero seguramente está en Internet, digo yo, porque parece que está todo allí.

En 1984, en Lima, ofreciste un memorable concierto en la Feria del Hogar. Por esa época, Alan García asomaba en la política…
Sí, “el otro García”.

Exactamente, ese fue el titular de una crónica de ese concierto escrita por Jaime Bayly. Otra vez anda por aquí Alan. ¿Crees en las coincidencias?
No. Debe ser una idea de la Real Academia para popularizar el apellido García (risas). Hace un rato que no me preocupa más la política. Ahora, aquella vez fue genial, así que por ahí la coincidencia es esa, que hago un show memorable bajo su presidencia.

¿Qué recuerdos guardas de María Espumer?
Fue la mujer de la que yo fui más amigo durante mucho tiempo, y de alguna manera siempre está, siempre aparece. Es imposible no tocar “Vía muerta” sin acordarme de ella. Fue una gran pena que se haya ido.

Te preguntaba al inicio por las cosas que disfrutas hacer por estos días, pero no te pregunté por las cosas que detestas hacer…
Eso es imposible de contestarte porque la situación en la que vivo es tan diferente a la que viví toda mi vida. Ahora hago las cosas y las tomo como un camino para volver quizás a disfrutar de las cosas que me gustan. En este momento estoy muy enchufado con la banda, la música y la vuelta. Creo que después de que vuelva a tocar mi vida va a cambiar de nuevo. Pero igual me gusta estar así, un poco más ordenado

Por: Alberto Revoredo
Fuente: El Comercio

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