viernes, 8 de junio de 2012

CHARLY GARCÍA: "EN MI FUTURO NO HABRÁ CANCIONES"


Charly García se dio el gran gusto de publicar una antología sin apelar al lugar común de seleccionar sus temas preferidos desde las grabaciones. Lo que hizo está contemplado en el suntuoso box set 60 x 60 (tres CD's, tres DVD's, un libro, un póster, citas a Dylan y a Jorge Luis Borges y voces en off de Juan Alberto Badía y Graciela Borges), que documenta la serie de shows conceptuales ofrecida en el teatro Gran Rex a fines del año pasado, al poco tiempo de que García llegara a sus 60 años. Se trata de una relectura que licuó tiempos y enfoques artísticos para contrastarlos con una banda de rock amplificada por ensamble de cuerdas, bandoneón y una percusión extravagante.
 ¿La motivación para hacerla? Homologar una obra diversa, repensar canciones que podrían haber tenido una producción alternativa, aprovechar que se logró una formación excelsa para realzar el viejo repertorio. Ya en el teléfono para una nueva entrevista con VOS, García añadirá que la edición resiste el estatus de manifiesto y punto de partida hacia un futuro extraño. "Es una toma de posición y también un nuevo comienzo. La caja deja un sonido ejemplar, ofrece una mirada nueva sobre mis canciones. Es por eso que la veo, al mismo tiempo, como carta de presentación y punto de partida. Es que resultará muy difícil competir conmigo mismo después de esto", dice Charly con una serenidad que limpia la declaración de retórica soberbia.

60 x 60 exige varias horas para su asimilación. Es una edición lujosa que está a contramano de los tiempos que corren, que exigen escuchar música de modo fragmentario.
A continuación, Charly explica por qué desoye el mandato temporal y le hace el caldo gordo al melómano fetichista: "Mi onda es la música. Es cierto que la caja está a contramano de la cultura pop de hoy, que te invita a escuchar (a acumular, en realidad) 10.500 temas en un aparatito que amplifica un sonido plano. Precisamente, reacciono contra eso. Nutro el objeto de buen sonido, libro y póster para ir en contra de lo virtual o digital. No es una cruzada, sólo quiero que se vuelva a sentir la grata sensación de comprar un disco". 

-¿Tenés una relación conflictiva con Internet? Te lo pregunto porque "60 x 60" también puede interpretarse como una reacción al affaire "Kill gil", que te lo subieron a la web antes de su publicación. 
 -A la computadora la veo cotidianamente porque mi novia tiene una. No la sé manejar todavía, pero para afrontar mis planes voy a tener que empezar a relacionarme con ella. Más allá de eso, lo que todavía no me gusta es el sonido digital que te provee Internet y la nueva tecnología. 60 x 60 está pasado por unos tubos antiguos, por eso tiene un sonido cálido. Me gustan más los discos de vinilo, que son los que escucho yo. En la medida de lo posible, trataré de acercarme a ese sonido.

-La cultura rock ya entró en la tercera edad y ofrece ejemplos varios de cómo atravesar el umbral de los 60 años. Se puede ser un gran entretenedor como los Stones y Paul McCartney; practicar una placidez autocomplaciente como la de Ringo, o recrear la química con un viejo socio como Pete Townshend lo hace con Roger Daltrey en The Who. Otra opción válida sería la de Neil Young; es decir, elegir cierta imprevisibilidad dentro del clasicismo rockero. Ahora bien, ¿cuál es la estrategia que García pensó para sí mismo?
-Estoy pensando en conseguir un aparato que se llama Fairlight, un instrumento que se usó mucho en los '80. Lo usaba Kate Bush, Peter Gabriel, Michael Jackson. Es un grabador gigante, en el que podés ver la forma que tiene la onda del sonido y adaptarlo a lo que quieras. Creo que mi próximo disco será diferente a lo que hice hasta ahora. Será una fractura radical. Usando esa tecnología, y combinándola con instrumentos reales, llegará a otro puerto. Me voy a meter mucho con el sonido más que con el desarrollo de una canción tradicional. Será algo nuevo, más abstracto. En mi futuro no habrá canciones, lo siento.

 -Siempre se habla de vos como dueño de una obra que ha sabido refractar el devenir sociopolítico argentino. La respuesta anterior me hace pensar que no podés descifrar esta época.
 -Los celulares, Internet, la globalización... Todo eso ha cambiado el mundo, le ha quitado sabor local a los países. Yo estoy más con la idea de pintar la aldea, pero todo es corporaciones, dinero, conseguir el poder para poder conseguir más dinero. No hay más guerra de ideologías. Es otro mundo. Antes, el enemigo tenía un uniforme y lo podía visualizar fácilmente. Ahora está escondido en una maraña de impulsos virtuales. La sociedad está enclaustrada con su maquinita. Ya descifré esta época en el pasado. Hay mucho yendo de la cama al living.

-Pero no sienten el encierro. 
-Exacto, no lo sienten. Tienen la sensación de intervenir todo desde su maquinita. Una libertad simulada.

-De cara a un nuevo disco, ¿te abruma tener plena conciencia de lo que representás? Todos esperan un disco renacentista de Charly García. 
-Por eso es que decidí atacar la música por otro lado. No quiero negar mis canciones, pero ya hice muchas y muy buenas, tengo que ir por otro camino. Porque competir conmigo mismo es muy difícil.

-En la caja hay alusiones a "Pubis angelical", una banda de sonido alucinante que revela la plena sintonía entre vos, el director y la protagonista (Graciela Borges) ¿Te gustaría afrontar hoy un tipo de laburo así con algún joven director de nuestro cine?
 -Sí, claro. Vi algunas películas de Luisito Ortega y también fui hasta el cine para ver El secreto de tus ojos de Campanella. Me gustó mucho. Me encantaría musicalizar una película otra vez. Y me encantaría hacerlo en mis términos, que se filme después de la música, tal como afrontamos Pubis angelical. Música hecha antes de la filmación. El director me iba contando la película y yo la iba sonorizando. El me decía "ahora viene tal encuadre y se ve la luna", y yo, pum, creaba algo compatible con esa imagen. Más que con el guión, me alcanza con la descripción de las escenas. Si hay interesados, estoy disponible.

 -"Adiós Sui Generis", "Música del alma" (grabado en vivo durante "El festival del amor", en 1977), "No llores por mí Argentina", "Yo no quiero volverme tan loco", "Conciero subacuático".... En fin, "60 x 60" corona una tradición de discos en vivo. Una tradición con la que, tengo entendido, no te llevás tan bien. 
 -No son fáciles los discos en vivo, se reniega mucho. Éste, por suerte, está muy bien tocado y la grabación es muy buena, así que sólo me limité a subir y bajar alguna que otra cosita. No regrabé nada. Bajé el público de nivel para que suene más a un disco de estudio. Tiene esa cosa de estar tocando todos juntos, que le da un sonido orgánico. Me gustó mucho eso, tratarlo casi como un disco de estudio.

 -Me la dejás sentada. ¿Cómo es tu relación con los estudios de grabación hoy? Porque en los '80 se te puede imaginar al comando de una consola produciendo (a G.I.T., a Los Twist) o compartiendo puntos de vista con Joe Blaney. Pero hoy no sé...
-Me siguen resultando fascinantes los estudios de grabación. Y tengo muchas ganas de conseguir el Fairlight y juntarme de nuevo con Blaney para encarar una grabación mixta y experimental.

 -¿Qué decir del mundo sin Luis Alberto Spinetta? ¿Pensaste en cómo sería sin vos?
 -Es un poco morboso ponerse a pensar en eso. Pero supongo que me recordarán. Realmente, prefiero disfrutar todo lo que pasa ahora y no hacer proyecciones de ningún tipo más allá de lo artístico. No quiero una estatua de bronce o algo así. La interacción con el público es muy importante. Y si me muero me la voy a perder.

 -Hace poco acompañaste a León en el 400º aniversario de la UNC. Si la música no te hubiera poseído, ¿qué carrera hubieras estudiado? 
-Algo afín como cine, pintura... Las otras carreras más convencionales las consideré en su momento, pero no me engancharon.

El show En Orfeo Superdomo (Cardeñosa 3450), sábado a las 21.30. El músico presenta su trabajo 60x60 en el que repasa todas sus épocas. Banda invitada: Las Rositas (ver página 4). Anticipadas de $ 110 a $ 330 en Tiendas Vesta de Dinosaurio Mall y en orfeosuperdomo.com.

Por Germán Arrascaeta
Fuente: Voz

2 comentarios:

  1. esta frase me sorprende...

    No hay más guerra de ideologías. Es otro mundo. Antes, el enemigo tenía un uniforme y lo podía visualizar fácilmente. Ahora está escondido en una maraña de impulsos virtuales

    prefiero creer que no la dijo, que quiso decir otra cosa, que es una ironía...

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    1. Creo que lo malinterpretaste, lo que dijo tiene muchísisisisimo sentido

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