Con shows de Virus, Massacre y el regreso a los escenarios de la banda liderada por Joaquín Levinton, el sábado se celebró la obra del músico en un multitudinario evento
Fito Páez, Turf y más homenajearon a Charly García |
Algunos minutos más temprano, después de shows breves de, entre otros, Rosal, Coki & The Killer Burritos, Virus y Massacre (que trabajaron sus propias versiones de Charly, como "Hablando a tu corazón", "Alguien en el mundo piensa en mí" y "Demoliendo hoteles"), Turf había hecho oficial su vuelta a los escenarios después de siete años de ausencia con un listado enfocado en su prontuario más masivo: "Loco un poco", "No se llama amor", "Cuatro personalidades" y "Pasos al costado" (todos de su último disco, Turf-Radio, de 2006), fueron algunos de los hits líquidos y pegadizos que allanaron el regreso. "Veo gente que estuvo desde el principio... ¡como desde los años 60!", gritó Joaquín Levinton, sumergido en un estado de emoción y euforia incontenible. Con la formación original, más la inclusión de una sección de vientos liderada por Hugo Lobo, Turf salió a pelear vigencia con su pack de grandes éxitos de pop-stone de alcance total. "Me siento mucho más fuerte" -que había sido tocada minutos antes por Massacre- y "No se va a llamar mi amor" fueron las dos versiones de Charly elegidas por la dupla Levinton-Lopatín, antes de despedirse con "Yo no me quiero casar, ¿y usted?" y dejar un futuro bien abierto.
"Habría que nombrarlo ciudadano ilustre del mundo. Si todavía no lo escucharon, a fumársela que es un tesoro enorme", dijo Fito Páez, de nuevo en el centro de la escena, volcándose al formato eléctrico para darle paso a Rock and Roll Revolution, su último disco dedicado a Charly. Sonaron "Rock and roll revolution", "Yo te amé" y "Tendré que volver a amar", canciones de amor desesperado, literales y verborrágicas; Páez no sonaba así de herido desde Naturaleza sangre, su disco de ruptura con Cecilia Rot. Después, "Rock and roll", de La máquina de hacer pájaros, "Tuve tu amor", "Yendo de la cama al living" y "Peperina", lo devolvieron al cancionero de García, antes de presentarlo, en diferido, desde las pantallas de led: Charly agradeció por "la celebración", citó a Bob Dylan y se sumó a una podrida versión de "Ciudad de pobres corazones", tocando la guitarra y agregando coros en un difícil juego de sincronicidad, mientras Páez enfundaba su Gibson SG parado sobre el lomo del piano, como un verdadero golden god.
Para el cierre, después de una seguidilla de clásicos propios como "Sacate el diablo de tu corazón", "Brillante sobre el mic", "Polaroid de locura ordinaria" y "A rodar mi vida", Fito Páez invitó al resto de los músicos que desfilaron sobre ese mismo escenario durante toda la tarde para cargarse una fogonera y eufórica versión de "Bienvenidos al tren", con Marcelo Moura, Joaquín Levinton y él mismo comandando la escena. "Es importante que una ciudad se dé cuenta de que tiene entre su gente a un genio", dijo Páez en medio de un coro que se extinguía disonante e irregular. "¡Te amamos, Charly!".
Por Juan Barberis/Rolling Stone
Foto de Maximiliano Amena
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