lunes, 7 de septiembre de 2015

LA HISTORIA DE UNA FOTO INOLVIDABLE A 40 AÑOS DEL ADIOS SUI GENERIS



Ada Moreno tuvo el privilegio de sacar la foto que adornó los afiches del Adiós Sui Generis, que luego se hizo película. Justamente, esa debe ser una de las imágenes más famosas de toda la historia del rock argentino. Sin embargo, la suya es una historia curiosa porque aun hoy le sorprende la repercusión de esta imagen, a través de los años. Ada es una testigo privilegiada del primer rock argentino, ya que trabajó en Talent la mítica productora de Jorge Álvarez, que produjo en asociación con Microfón, a varios de los principales grupos y solistas de la primera mitad de los 70. Como nos cuenta, al principio, su trabajo se limitaba a llevar café y torta a las grabaciones producidas por su novio, el multifacético y legendario Billy Bond, líder de La Pesada: “Yo era una modelo que estaba muy aburrida de trabajar en publicidades, y me metí a full en este movimiento del rock, que recién empezaba acá, acompañando al Bondo y al maestro Jorge Álvarez. Además, como venía del palo de la publicidad, me dedicaba a sacar fotos no profesionales, más que nada, para atestiguar lo que pasaba; y Microfón las usaba para ilustrar las gacetillas que mandaban”.
Quizás debido a ese espíritu curioso y vital que siempre tuvo, tiene una memoria privilegiada, casi “periodística”, que le permite recordar con precisión y cariño la primera vez que vio a Charly y Nito: “Tuve la suerte de conocerlos el mismo día en que vinieron a hacer la prueba con Jorge Álvarez y Billy Bond. Me acuerdo que ese día se presentaron en la oficina de Álvarez, acompañados por María Rosa (Yorio) a dar la prueba, por lo que yo creí que eran un trío tipo Peter, Paul & Mary. De movida me parecieron unos chicos divinos. Sin embargo, para ellos era tan solo una prueba más, se ve que no tenían demasiadas expectativas porque ya los habían rechazado de varias grabadoras. Así que, de inmediato, con Charly en la guitarra, cantaron ´Canción para mi muerte´. Sorpresivamente, apenas terminan, Álvarez dice: ´ese es un tango genial´,  agarra el teléfono, marca el número del estudio Phonalex ¡y pide horas de grabación para el otro día! Así de simple, así de rápido. Aun hoy Nito me cuenta que no lo podían creer”.
Rápidamente, Moreno se hizo amiga muy cercana de los Sui, sin perderse nunca ni un ensayo o show del dúo: “Hay que recordar que hasta ese momento el rock y los recitales eran cosa básicamente de hombres  y con Sui entraron la mujeres, y se volvió el primer fenómeno masivo del rock de acá”

Más allá que Ada participó en la realización de varias tapas de discos famosas de la época, maquillando a Kubero Díaz en la impresionante foto de su disco solista junto a La Pesada; asesorando en el vestuario de David Lebon en su primer lp; o fotografiando a unos Crucis vestidos con mamelucos en la contratapa de Los Delirios del Mariscal, su álbum más celebrado; su trabajo más famoso fue la foto que les sacó a Charly y Nito, y que se usó para promocionar el show de despedida: “Bueno, con esa imagen empapelaron toda la ciudad, y luego se convirtió en la fotografía emblemática de Sui, porque fue usada en varios compilados, posters, etc. Esa fue la primera vez que logré que me prestaran un estudio profesional con flashes para trabajar. Usé una cámara Hasselblad. La hicimos en el estudio de mi exnovio, Jorge Fisbein, en la calle Castelli y Valentín Gómez, en Once, un mes y medio antes del show del Luna. Salió rápido, tan solo un par de tomas, porque Charly y Nito tenían la mejor predisposición. Por supuesto, esa imagen tambien contó con el arte y el estilo de mi amigo Juan Gatti, el gran artista gráfico. Por eso todo se conjuró para que esa imagen tenga la magia que la hizo inolvidable. Es la foto de dos chicos de 23 años, que mantiene la misma frescura que hace 40 años, casi tanto como la música de Sui”

Ada aún se emociona cuando recuerda esos viejos tiempos de aventura rockera, cuando recién se estaban escribiendo las primeras páginas de la historia del rock vernáculo: “En este punto te puedo decir que Sui Generis cambió la historia, porque abrió el mercado del rock argentino, que casi no existía antes de ellos. Con respecto al recital de despedida, fue algo tremendo. Lo que recuerdo es que lo vivimos con poca tristeza, porque si bien Charly ya tenía otros planes musicales en la cabeza, que hoy son de dominio público, no pensábamos que la separación sería definitiva. Porque, además, no estaban peleados ni nada de eso. Aprovecho para recordar que todo esto pasó en la época más nefasta de la política y la sociedad de este país, cuando cualquiera podía desaparecer y morir por nada…  Creo que tanto Sui Generis, como los otros grupos de ese momento, trajeron un soplo de esperanza. Creo que con su música salvaron a muchos, muchísimos chicos de la locura y la desesperación. En el caso de Sui, estoy convencida de que su vigencia imperecedera se debe a que –más allá de lo musical- son dos personas maravillosas. Dos seres de gran corazón… Fueron mis amigos, mis hermanos, no tengo nada negativo que decir de ellos dos. Por algo los estamos recordando hoy, cuarenta años después, ¿no? Los amo con el alma por lo que fueron, por lo que son y lo que serán…”

Claro está que la experiencia de Sui Generis es bien conocida, y siempre volverá a sonar, más allá del paso del tiempo y las modas. A pesar de ello (o justamente por eso) quisimos recordar su adiós a nuestro modo.

Por Emiliano Acevedo
Fuente: Interstico

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