“Don Francisco Te Invita”
es un programa de entrevistas y variedades a él llegan cada domingo
destacadas personalidades del mundo. En este marco; Mario Kreutzberger, mejor
conocido como “Don Francisco”, sorprendió al cantante colombiano Carlos Vives. Es
que la emisión del domingo pasado que giró en torno a su figura.
Vives fue homenajeado haciendo un recorrido por su vida, su
exitosa carrera musical, su pasión por el vallenato, su familia y sus amores.
Entre las sorpresas que le prepararon se destacó un cálido mensaje que Charly García le dedicó especialmente, lo cual
emocionó al colombiano.
“Hola Carlos, estoy acá
en mi casa escuchando Superhéroes cantada por ti. Y bueno, gracias por
difundirme; y aparte de eso, por tu buen gusto. Espero que algún día hagamos
algo juntos”, le dijo el maestro a
Vives.
Fanático del rock argentino, el 14 de marzo pasado, el interprete publicó un video en Instagram, donde se escuchaba “La máquina de ser
feliz” junto a la leyenda: “Gracias Charly por todos estos años de música y de
felicidad cada vez que nos enteramos de la noticia de un nuevo disco”.
Tras ver el video,
con una gran sonrisa, Vives dijo: “Me quedé loco con el saludo de Charly. Nunca
me imaginé que me fuera a decir eso. Gracias. En 1988 tuve la suerte de conocer
a Charly personalmente. Fue a dar un concierto en Bogotá y lo perseguí, como un
buen fan que soy, hasta que lo convencí de participar en la telenovela LP Loca
Pasión. Allí, encarnaba a un músico. Y junto a Charly canté Yo no quiero
volverme tan loco en un capítulo del culebrón”.
Fernando Samalea recuerda ésto último en un pasaje de su reciente libro “Que es un Long Play” de la siguiente manera:
“Charly recibió una invitación para participar en una
telenovela colombiana para público juvenil llamada Loca pasión, que utilizaba
la canción "Yo no quiero volverme tan loco” como cortina y normalmente
incorporaba cameos de grupos musicales o solistas. La situación se presentó
graciosa y García propuso que todos, y no solo él, apareciésemos en pantalla.
Sería simple, sin tener que aprender ni una línea de texto. Ocuparíamos una
mesa del lobby de nuestro hotel, luciendo gafas oscuras y con temple distante,
portando vasos de whisky y cigarrillos humeantes en nuestras manos,
premeditadamente temblorosas. Además, García tocaría un poco en el piano del
hall y mantendría una charla bastante improvisada junto con los dos
protagonistas, Carlos Vives y Marcela Agudelo.
— ¡Charly! ¿Qué haces por Bogotá? Te hacía en Nueva York.
— ¡Qué hacés, hermano! Acá estoy, me vine a tocar con los
chicos, vení que te los presento...”
Hernán para Cinema Veritè
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