Desde hace unos meses Charly García sigue con el doctor Rubén
Mühlberger (57, MN 71566) un tratamiento anti aging, que consiste en sueros
rejuvenecedores para revitalizar los órganos y eliminar el estrés. Y, además, aplicaciones de vacunas biológicas, que
revierten el envejecimiento celular.
También tiene indicada una dieta hormonal, caminatas y meditación.
"Vi a mi amiga
Moria (Casan), que está rejuvenecida y se siente espléndida, y me dieron ganas
de conocerte. Quiero que seas mi médico rejuventólogo", cuenta Charly
que le dijo al doctor en el primer encuentro que tuvieron, y agrega, "Esta medicina la conocí en
Europa. Me fascina. La quiero para mí. Y quiero que sea este doctor –lo señala–
quien me siga manteniendo joven. ¿Sabés por qué? Porque tengo un año muy
creativo y movido, con recitales y exigencias y quiero sentirme bien, con mucha
energía", detalla Charly.
"Estoy muy contento con lo que hago acá en la clínica.
Me tratan muy bien desde que llego hasta que me voy. Me hace acordar al médico
de la infancia que todos tenían en su familia… ¿You remember? Él dice que soy
un ser diferente y único. Yo digo que él también", expresa el musico entre
sonrisas, durante su visita de todos los martes al consultorio Mühlberger.
Cuenta al respecto el doctor Mühlberger: "Desde el
primer encuentro fluyó una muy buena sinergia médico-paciente. Lo sentí muy
curioso con esto de no envejecer aceleradamente y mis tratamientos. Cada
consulta es para escribir un libro. Si hay algo distintivo en este artista es
su humildad, el respeto, la forma tan gentil de tratarnos a todos. Es un
caballero íntegro, un ser interesantísimo, de mente inquieta, extremadamente
observador. Dejó de lado el ser famoso y se entregó a recibir, escuchar y
preguntar todo, ya que se siente fascinado con esto de detener la vejez,
cuidarse, y que el reloj del tiempo no corra tan rápido. Él no tiene desagrado
con envejecer", explica el médico mientras García aporta: "Rubén, sólo quiero sentirme bien, con
energía, poder seguir creando y creando, y no parar de sentir la música para
darla a mis fans, a mi gente que me quiere ver bien siempre. Por eso estoy
acá".
"Charly también recibió muy bien el tratamiento. Se ve la
evolución semana a semana. En un año disfrutará de un bienestar distinto en
cuerpo y mente, porque es híper creativo. Le apasiona conversar de filosofía
espiritual, por ejemplo, y de música ni
hablar", agrega Mühlberger.
Como la terapia es personalizada, en las primeras citas
hablaron de la infancia del rockstar, de sus afectos, de la vida en general, y
Charly supo paso por paso cómo sería el tratamiento y a la semana estaba en la
clínica, siempre puntual, con la rutina de estudios en la mano. "Doctor, quiero empezar hoy",
exclamó entonces.
Los análisis indicaban parámetros normales de salud para
iniciar la terapia. Charly ya no tomaba medicamentos, porque le hacían mal al
estómago: los había dejado hacía meses. "Los médicos del futuro no van a
recetar medicamentos: van a curar previniendo las enfermedades", resume el
doctor.
En aquella primera consulta García entró con su teclado en
los brazos, acompañado por sus asistentes y desde que llega y hasta que se va,
se cansa de recibir y transmitir afecto, siempre con una sonrisa dibujada en el
rostro.
–¿Cómo fue hoy la terapia?
–Un éxito. Me voy mejor de lo que vine, como me pasa
siempre. Me siento súper contento. Aparte del tratamiento, Rubén me escucha:
tenemos buenas charlas. Pasamos de lo real a lo fantástico. El vino al
concierto del Coliseo. Por eso hablamos sobre Nikola Tesla, el verdadero
inventor de la electricidad, que lo hizo para regalarla, no como Edison
(Thomas), que la vendía.
–¿Vas logrando buenos resultados?
–Sí, llego feliz. Me siento con energía, con ganas de
volver… Todos me tratan bien. Con esta terapia me siento Superman. Me acuerdo
de cuando pasé por situaciones o internaciones feas, donde el trato no era el
mejor. Esto es todo lo contrario: estoy esperando que llegue el día para venir.
Tengo consulta una vez por semana, con atención personalizada del doctor.
–Me comentaron que tenés agenda cargada.
–Sí, la idea es hacer algunas presentaciones más, como la de
La Torre de Tesla, que fue espectacular; a todos les encantó. Mis músicos
estuvieron geniales. Y yo me sentí muy bien. Quería seguir.
–¿Cómo te llevás con las indicaciones que te dan?
–Bien. “Trato” de cumplir. No falté nunca. No tomo más
gaseosa. Como bien. En casa hago kinesiología: me sirve, y mucho. De acá salgo
fortalecido. Es un sabio este doctor. Yo también le aporto lo mío, no te creas
(risas).
–Se te ve sonreír permanentemente.
–Siempre fui divertido. No estaba acostumbrado a que me
atiendan tan bien en un lugar donde hay tanta gente con delantales. Como te
conté, en el pasado lo padecí. No me gustaba ver a los médicos. En cambio,
ahora el doctor me dice que no soy su paciente, sino su invitado. Me recibe y
me hace reír. Yo también lo entretengo: le digo que vengo a la fuente de la
juventud. Tiene una acá donde está el Buda. Me gusta el Buda, porque soy multirreligioso.
–¿Sentís que hay un nuevo Charly?
–No sé si nuevo. Ahora soy un Charly biomolecular, con más
energía que la que tenía, que era mucha, eh. Tanta energía como la de mi último
show, La Torre de Tesla… Fue increíble. Lo disfruté mucho, y creo que se notó.
De acá a fin de año quiero hacer más. Porque mi música, como el tratamiento del
doctor, también me carga de energía.
Por Miguel Braillard.
Para Revista Gente
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