Entrevista de Claudio Kleiman y Pablo Plotkin por el 20
aniversario de la revista Rolling Stone de Argentina.
27 de febrero de 2018. Es la casa de siempre, ese símbolo
nacional con vista al Alto Palermo, es una zona mixta entre el pasado y el
presente. Acostado en falsa escuadra, a los 66 años, con una remera negra de
los Who y las secuelas de una fractura de cadera ya solidificada, Charly García
contempla el espectáculo del mundo desde su lugar de siempre. "Compuse mis
últimos tres discos en esta cama", dice Charly, con las heridas a la vista
pero el ánimo bastante arriba. "Yendo de la cama a la cama." Cuando
dice "mis últimos tres discos" se refiere a Kill Gil (2010), a Random
(2017) y a uno que todavía está en proceso, tentativamente titulado La torre de
Tesla, que por el momento se compone de siete archivos salvados en una carpeta
de iTunes.
-¿Cuál es la idea
detrás de todo esto?
-Tesla, la utopía, desconcertar.
-¿En qué se va a
diferenciar de Random?
A mí Random me va más para el corazón. Me parece un disco
amoroso, bueno. Era un disco aleatorio, justamente. Éste quiero que sea
riguroso. No sé por qué. Debe ser por eso de 2001, de que las máquinas dominan
el mundo.
Para explicar menos y escuchar más, Charly conecta el iPad
al parlante y hace sonar versiones regrabadas de "In the City that Never
Sleeps" y "King Kong", dos bellas canciones de Kill Gil con las
que parece tener una fijación. En el Coliseo había dicho, antes de tocar esos
temas, "esto lo grabé ayer",
y en su casa repite el comentario: "Ésta la grabe ayer", "esta
otra antes de ayer". "Es su manera de trabajar", dice
Tato Vega, asistente de tiempo completo y técnico de grabación en esta etapa de
Charly. "Capaz que puede estar una semana grabando un mismo tema de los
Beatles y después no lo vuelve a escuchar más. Busca inspiración en el
trabajo."
También habla de su encuentro con Pete Townshend ("uno
de mis ídolos máximos") en La Plata: "Me dijo que a veces hay que aprender a
morir, más que a vivir". La vez que conoció a Rundgren ("mi
versión de 'Influencia' le pareció muy moderna") o cuando pasó a
saludar a Ringo Starr en el Luna Park ("le di un poco de miedo").
También nombra a Andrew Loog Oldham, el legendario primer manager de los
Rolling Stones. "Me presentó a Tony Bennett. Yo estaba en un pasillo de un
estudio, grabando 'Happy and Real' y Bennett me dijo: 'Es el mejor tema de los
últimos cinco años'. Y yo me morí." Hay lugar para el resto de los
Stones, obviamente: "A Mick Jagger le doy un poco de cosa. El fan mío es Keith
Richards. ¿Será verdad que se esnifó al viejo?". Revisando un
ejemplar descuajeringado de la primera edición instantáneamente icónica, y
antes de posar para la tapa de este 20º aniversario, Charly cuenta justamente
que le regaló una copia de la revista a Keith Richards, junto con una guitarra,
y que Keith se alegró de que hubiera relegado a Mick Jagger a la contratapa.
Charly conecta ahora uno de sus teclados al iPad y, mientras
toca, lo señala y dice: "Si,
puedo tener un grabador de cinta mejor, pero esto es lo que pasa ahora. Es
alucinante."
-¿Cómo funciona hoy
tu proceso creativo?
-Te lo voy a decir sin revelar demasiado, porque no quiero
que se aviven todos. Generalmente dormido pienso algo, y después, no sé, me
viene toda junta la canción, y veo qué le quiero poner. Por ejemplo, "Los
dinosaurios". Yo estaba acá en la cama y en el mueble había todas cosas
chiquitas: tijeritas, muñequitos, y de ahí salió "Los dinosaurios".
Me saltó la térmica a lo que quiere decir el tema.
-¿Cómo pasás de la
idea en ese estado medio R.E.M. a la canción? ¿La grabás, la anotás?
-Toco un riff, o unas notas, y después trato de buscarle el
argumento. Combino ritmos, también. Por ejemplo: Ella es menor, él es normal...
Ésa está en 7x4.
-¿Qué hay en Tesla
que te atrae tanto?
-Fue el que inventó la corriente alterna, y también hizo una
torre para hablar con los marcianos. Es sinónimo de utopía. El tipo soñaba algo
y al otro día lo hacía. Y lo cagaron todos: Edison, las corporaciones...
-¿Lo comparás con
Lennon?
-Bueno, Tesla era un utópico. Y Lennon también: puso
"War is over" ahí, con un poder de síntesis... Con cinco palabras se
hacía un temazo. Pero Tesla entendía de esas cosas, y el mundo de ahora es eso:
los celulares y demás. Como Kubrick, que estaba dos cuadras adelantado. Lolita
refleja una época: la señora que hacía de la mamá de Lolita es como mi vieja; y
Dr. Strangelove refleja cuando yo era adolescente. Kubrick además llevó el
hombre a la Luna. Los de la NASA andaban detrás de él después de Dr.
Strangelove; veían que hacía iguales los comandos de la nave y se pusieron
paranoicos de que supiera algo más, y entonces le propusieron hacer un
alunizaje ficticio. Kubrick pidió a cambio una lente, una lente plana con la
cual filmó Barry Lyndon. ¿Viste que parece todo una pintura en esa película?
-Con esto de Kubrick,
Tesla, Bowie, estás en un momento muy espacial, ¿o no?
-Me gustan los inventores. Mi papá era ingeniero físico y
químico, y tenía una fábrica de fórmica. El Faena está hecho sobre una
construcción de mi viejo y... ¿De qué estábamos hablando? Tesla, Kubrick...
-Sí, la ciencia
ficción, la Guerra Fría.
Es que la Guerra Fría era raro, pero a la vez era normal: la
gente miraba al cielo a ver si había algún platillo volador -que venía o de
Marte o de Rusia-, hacían refugios atómicos, y me parece que se había perdido
la religiosidad. Había una cosa más de que las máquinas hacían todo. Fijate la
computadora de 2001: era gigante. Ahora son así chiquitas.
-¿Creés que la música
te salvó?
-No, Palito Ortega me salvó.
-¿Qué hizo,
concretamente?
-Mirá, si te meten en una clínica alguna vez y no tenés
Palito Ortega... fuiste. A las clínicas te llevan tus viejos, algún amigo que
no te quiere, los doctores que quieren plata. No te curan, te hacen empeorar.
Él en cambió me llevó a la casa a Luján, nos divertíamos... Es un amigo-amigo.
-La relación con vos
pareciera que volvió a conectarlo con la música, también.
-Sí, le picó el bichito del rock. Yo grabé con él una
versión de "La Casa del Sol Naciente" [incluida en el disco de Ortega
Cantando con amigos]: Era una casa en New Orleeeaaansss... A medida que
avanzaba la canción, veía que él cantaba sobre una casa en la que se casaba con
no sé quién. Yo le digo: "Pero, Palito, la verdadera Casa del Sol Naciente
es un puterío". Y él me dice: "Es una versión libre. Muy libre".
-Cantar sobre un
prostíbulo era demasiado para él. Es un tipo muy religioso.
-Mejor no hablemos. Tiene una capilla en la casa.
-¿Siempre estás con
ganas de hacer música?
-Yo si no hay música, aunque sea la televisión... Es como
que soy un pescado. La música es mi oxígeno.
-¿Te funciona como
terapia?
-Y sí, no hay que hacer kinesiología ni nada de eso. Todos
los años me pasa algo. Me pasa una cosa y me diagnostican otra. Y siempre al
final terminan en que soy loco. Al último médico yo le digo: "¿Y vos
cuánto ganás?". Me dice, no sé, dos pesos. Le digo, "escuchame,
pelotudo, yo gano toda la guita que quiero, soy una estrella de rock, me cojo
todas las minas... ¿y vos vas a querer que sea como vos? ¡Estás en pedo!".
-¿Pero qué te estaba
indicando?
-No sé, porque cuando te internan entrás como en una
calesita de médicos, y uno te dice una cosa y otro te dice otra. Pero nadie me
dijo nunca cómo funciona la aspirina.
-¿Qué es lo que más
tenés que trabajar físicamente?
-Mirá, hice dos discos -Random y éste que estoy haciendo-
sin salir de esta cama. Para entretenerme tengo. No necesito de la música, ni
guita, ni nada... Bueno, sí, tampoco tanto. No necesito la música para hacer
guita. El estado musical del mundo... A ver, ¿para vos cuándo se terminó el
rock?
-El comienzo del
milenio marcó un quiebre, o quizás el suicidio de Kurt Cobain. ¿Vos creés que
el rock murió?
-Mirá, no murió, pero la gente que no es del palo no le cazó
las vueltas, y ahora el rock es una bola de luces, humo, culos... Como Tinelli.
No es rock.
Con un vaso de Baileys entre los dedos, Charly ahora analiza
las posibilidades de volver a tocar. "Me gustaría que el Coliseo se
inflara", dice Charly. "Porque ya los shows en estadio... Como
público es un embole, y para tocar... No suena así. Ni ahí. Ni Guns N' Roses
suena bien ahí. No hay muchos teatros con ese sonido. No sé... Obras mataba: se
escuchaba bien, había quilombo..."
-Volvieron a hacerse
shows en Obras.
-¿Sí? Entonces voy a hacer uno.
-Es una buena
dimensión para vos.
-Además ahí se puede hacer el truco de Grinbank.
-¿Cómo es?
-Mojaba las plateas para que entrara más gente parada.
-Fue muy bueno el
arranque en el Coliseo con "Instituciones". ¿Cómo decidiste abrir con
ese tema?
-¿Sabés qué tenían de bueno los militares? Que te daban un
motivo... "Instituciones" se terminó llamando Pequeñas anécdotas
sobre las instituciones, para suavizar la cosa... ¿Así que te gustó? Me parece
que es un tema que está bueno.
-Lo bueno es que el
show abarcó todas las épocas, pero no fue nostálgico.
-¿No viste lo que dijo La Nación? "Charly enamoró a los
no-sé-qué".
A los millennials.
-¡Eso! ¿Qué quiere decir millennials?
-Son los que nacieron
a partir de los 80, básicamente.
-Entonces estoy bien, ¿no?
-Y sí, tu obra sigue
siendo moderna.
-Gracias. ¡Qué loco! ¡Millennium!
Ahora, la grabación del Colón -registrada en audio por Joe
Blaney, el productor que trabajó con Prince y The Clash y que colabora con
Charly desde Clics modernos- es la base para un proyecto que lo tiene
entusiasmado, aunque es difícil precisar cuándo podría llevarlo a término.
Charly quiere hacer una película que mezcle su pasión kubrickiana con las
contradicciones de su personaje público, el contexto histórico de su infancia y
el poder transformador del rock. Así lo explica él: "La película es yo yendo en
una limusina a la fiesta de la revista Gente. Una pantalla proyecta Lolita y la
otra 2001. Cuento básicamente lo que era mi infancia, la Guerra Fría. Ahí el
auto para en el hotel Alvear, me bajo, saludo a Mirtha Legrand, tatata, me tomo
otro auto y voy al Colón".
-¿La dirigís vos?
-Y, para mí no es difícil hacer una película. Kubrick decía
que había que hacer cuatro o cinco pedazos buenos, juntarlos y ya está.
-¿Con la música es
algo parecido?
-Yo por ahí en un tema te pongo tres. Soy muy admirador de Kubrick.
Me gusta mucho su concepto de las líneas paralelas.
-Así se llamó el
concierto del Colón, de hecho.
-Eso salió de una conversación con Yoko (Ono). Yo estaba
durmiendo, me desperté y vi en el techo una valija con un millón de dólares
adentro. Me lo imaginé, ¿no? Y dos rayos que me salían de acá. Al toque suena
el teléfono y me dicen que está Yoko en Buenos Aires [se refiere a su visita de
1998]. Me fui corriendo, y me hice re amigo. Le llevé una pirámide de plástico,
porque sabía que a ella le gustaban mucho las pirámides. Y le digo: "Mirá,
si esta pared fuera translúcida, ¿qué vería yo?", porque las líneas
paralelas no se tocan. Y me dice: "La antimateria, la antimateria".
Me dijo que la guita de John la hizo ella en gran medida, comprando pirámides y
objetos de valor. Y me dijo también que somos los hombres los que tenemos a los
chicos, no las mujeres.
-Contrariamente a lo
que cree el común de la gente.
-Sí, pero ella no es común. No es común para nada. Justo lo
estaba por ir a ver a Méndez, y le pregunté si tenía que ir o no.
-¿Y qué te dijo?
-Que sí. Me dijo: "La política es muy importante para
dejársela a los políticos. Andá, y fijate si es humano".
-¿Y era humano?
-Era mucho más humano que los que vinieron después. Cuando
cantamos "Los dinosaurios" lloró. Y era el único que me llamaba
cuando iba en cana. Era divertido, además. Cristina no me gustaba: era muy
autoritaria.
-¿Y Macri?
-Macri brinda con agua, y yo no confío en nadie que brinde
con agua, como dijo Humphrey Bogart. Te cuento la máxima de Macri. Año Nuevo en
Punta del Este: Faena, Macri y yo. Faena levanta la copa y dice: "Alegría
y poder". Y yo me fijo en la copa de Macri y era agua. Le digo:
"¿Brindás con agua?". Y me dice: "No quiero perder nunca el control".
¡Andá!
-Mucha gente no
esperaba que pudieras hacer un disco como Random.
-Pues se equivocaron.
-Fue volver a ese
tipo de disco bien compacto de canciones.
-Lo que pasa es que no quiero competir con las canciones de
los otros. Canciones, canciones, estoy podrido de las canciones.
-¿Pero Random no es
un disco de canciones?
-Sí, pero los temas están en random, o sea, no los podés
programar. Cuando escuché el disco me asusté un poco, porque el repertorio de
un disco usualmente tiene un orden, un concepto. Y éste no. El que estoy
haciendo ahora es completamente diferente, está todo pensado, no hay una coma
de más. Lo anti Random.
-Después del Coliseo,
¿sentís que estás para hacer una gira, por ejemplo, o salir a tocar a otras
partes?
-[Algo enojado] Che, ¿qué te creés, que estoy muerto yo?
-Para nada.
-Tengo muchas ganas de tocar, pero bueno, con esto de la
cadera... Lector, ¡me rompieron la cadera! Y no me la curaron. Apenas esté bien
voy a tocar.
-¿Escuchás tus
propios discos?
-Sí.
-¿Cuáles te siguen
gustando?
-Todos. Y ahora que los están reeditando en vinilo, me dan
una gran alegría. Qué sé yo, depende... La hija de la lágrima no sé si le gustó
a alguien, pero a mí me encanta. Tiene muchas historias y subhistorias.
-¿Y la etapa Say No
More? Esos discos merecen una nueva apreciación.
-Están buenos,
están bien tocados, tienen alguna que otra idea atrás.
-Alguna vez dijiste
que Clics modernos es el mejor.
-Y sí, es el mejor. Bah, es el mejor de acá seguro.
-¿Cómo se te ocurrió
samplear a James Brown?
-El primer día de grabación de Clics modernos fue un
desastre. Yo quería tocar con el baterista de Jan Hammer. Fuimos al estudio y
no pegaba una. No había onda. Por suerte aparece Pedro (Aznar). Cuando apareció
Pedro, Blaney se puso mas "ah, esto es en serio". Pasando por una
casa de música, Manny's, yo había visto un aparato así, que no sabía ni para
qué servía. Se les ponía unos casetes, unos floppy disks. Y ya venía ese grito.
-O sea que no lo
sacaste de un disco de James Brown, sino de ahí.
-Claro, si ya estaba hecho. Era un teclado, como si fuera un
Mellotron [un Emulator], y ya venía con unos diskettes. Uno venía etiquetado
como "James Brown". Ya venía el sample. Yo no tenía ni idea de qué
era un sampler, ni James Brown, ni nada de eso.
-¿Después te dejó de
interesar la tecnología del sampleo?
-No, depende, ¿eh? A mí me gusta mucho Kate Bush, que hace
unos ambientes... Había escuchado un disco de ella en el que está con la boca
abierta y un anillo de compromiso en la lengua (The Dreaming).
-¿Escuchás música de
ahora?
-No sé, yo tengo mis discos [señala los vinilos de rock
clásico desparramados en la cama].
-¿Con estos te
alcanza?
-Sobra. Y si no, me tiro en la cama con la guitarra y toco.
¿Dónde hay un Andy Warhol hoy? No hay transgresión ninguna. Mis últimos ídolos
fueron Marilyn Manson y los Plasmatics. ¿Conocés a los Plasmatics? La cantante
[Wendy O Williams, fallecida en 1998] decía que le gustaba chocar contra
camiones y morirse joven... Un consejo [hablándole al grabador]: ¡muéranse a
los 27! Es la edad ideal para morirse, dicen los rockeros.
-Pero vos
transgrediste esa ley, largamente.
-No sé, debo estar muerto, qué sé yo.
-Mirá a los Rolling
Stones, a McCartney, a los Who...
-Sí. A veces me miro en el espejo también. Pero bueno, Joni
Mitchell, Prince... eso sí es música.
-¿Y de acá?
-¿De acá? ¿Qué querés que te diga: "yo"? De vez en
cuando pongo Manal, Pescado 2, me gustan esos discos. Cuando hice "Rezo
por vos" con Spinetta tuve un flash, realmente ahí pasó algo groso. Pero
se murieron muchos, también.
-Pappo, con el que te
habías amigado, también se fue.
-Yo nunca me peleé con él... Él se peleó conmigo.
"Hasta que llegó Sui Generis, con la flautita y el pianito, y ablandaron
la milanesa". Eso decía. Él no era nada al final. No era hippie... Bueno,
un poco metalero era.
-¿Qué creés que le
falta a la música argentina actual?
-Me parece que tendríamos que tirarnos más para el lado de
California. Es cuestión de estudiar un poco, se lo digo a los colegas
rockeritos. Si no sabés quiénes fueron los Allman Brothers, Lynyrd Skynyrd,
Neil Young, ¿con qué autoridad podés hacer rock? Hay gente a la que no le
gustan los Beatles, loco, entonces ya es una deformidad total. Ponés la
televisión y salen todos estos bailanteros. No tenés escapatoria. O eso o un
político hablando. Falta bastante de la excitación que había antes. No te hablo
de Beethoven, te hablo de los Beatles, que hicieron "¡clang!" [hace
un gesto con la mano, como si volcara algo] y cambiaron el mundo. Eso no pasó
más. Pero bueno, ¿con quién comparás a los Beatles? ¿Con Airbag?
-En el libro Esta
noche toca Charly (de Roque Di Pietro) quedan documentados los pocos días de
diferencia que hay entre tu último concierto de conservatorio y el estreno de A
Hard Day's Night, que fuiste a ver no sé cuántas veces...
-Veintisiete.
-Como si esa película
lo hubiera cambiado todo, literalmente.
-Y sí, es así... Yo ya venía sintiendo algo, pero cuando
escuché los Beatles y vi A Hard Day's Night, tiré la música clásica a la mierda
y dije: "Oh, soy joven, se puede hacer esto. Se puede hacer esto".
POR PABLO PLOTKIN
La Foto de tapa. "Mirá
lo que es esto", le dice Nora Lezano señalando la foto de 1998 en el
living del departamento de Coronel Díaz, escaneando con la vista a ese hombre
escuálido de 46 años con las piernas cruzadas, la muñeca quebrada y los lentes
de aumento entre los dedos: "¡Qué mujer!". Nora viene retratando a García desde hace
décadas, y no hay nadie que logre con él esos niveles de cercanía y
profundidad. En cuanto se le ocurrió fotografiarlo con la gata que
coprotagoniza la tapa de este mes, Charly se entusiasmó como un chico:
"¡Igual que Dylan!", dijo recordando una foto de Bob en la época de
The Freewheelin'. Hija de dos gatos de Benito Cerati, Imán -auténtica
aristogata del rock nacional- es originalmente la mascota de Mecha Iñigo, y
ahora conviven los tres en el edificio histórico frente al Alto Palermo.
"¿Quién se iba a imaginar que yo iba a tener un gato?", decía
Charly mientras se acomodaba para la toma. "¡Ni yo!"
Rolling Stone Argentina.
Muchísimas gracias por pasar la entrevista, la Rolling no llega hasta aquí, SNM saludos desde Perú! :)
ResponderEliminarMuy lindo reportaje
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