Charly García deja en claro que el recital que dará en el Teatro Colón no será un show más. Y no sólo por el repertorio y la presencia de una orquesta junto a su banda, sino por la teoría que armó al respecto, donde musicalmente pretende eliminar "la tercera nota del acorde” y visualmente quiere utilizar láseres que tienen todo un fundamento.
"La idea -explica- se me ocurrió el día que conocí a Yoko Ono y le pregunté por qué una vez había visto rayos que salían de mis manos y pegaban contra la pared en dos líneas paralelas que parecía que en el cuarto de al lado se podían juntar. Ella me dijo que era la antimateria, como el triángulo de las Bermudas o el sexo de la mujer. Y me recordó que sus exposiciones son en lugares gigantes donde hay que entrar por una puertita chiquita.
Desde entonces me quedó la idea de las líneas paralelas, y lo que se va a ver es a mi grupo con la orquesta detrás, pero por el medio pasan dos rayos láser que salen del borde del escenario, hasta el Fondo, y antes de chocar hay una tela que sobre el final se saca y se ve que los rayos se meten en una pirámide, donde finalmente chocan al lado de dos chelistas que tocan la nota “Si”.
Ahí termina la obra, que va de mayor a menor. Comienza toda una orquesta sinfónica y termina con dos chelos. Esto es caprichoso, como digo en el programa que escribí. Hay que tomarlo como una película de Woody Allen donde el actor sale de la pantalla y uno lo ve como normal, porque son los códigos del cine. En esta historia hay dos líneas y cada tanto se mete una tercera en el medio. Cuando va para el lado de los agudos, todo empieza a ser agudo.
También es una alegoría sobre la condición humana: los que cantan y los que no cantan, los que escuchan y los que no escuchan, y que todo está en el espacio. Porque en el universo, que al final es donde estamos metidos, no hay música, ruido ni nada. La música existe porque hay aire y porque se hace entre el emisor y el receptor, tiene que haber alguien que escuche, y esa persona también le mete algo porque la reinterpreta como quiere. Por eso usar acordes mayores y menores me parecía demasiado burdo, muy masticado.
La ambigüedad es muy difícil de lograr, y para eso estoy estudiando atonalidad y micro tonalidad.
Por: Marcelo F. Bitar
Fuente: Billboard Argentina
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