Presa de un evidente cansancio y sin cruzar palabra con nadie, llegó el músico argentino Charly García al aeropuerto de Quito, en vuelo directo desde Buenos Aires.
Hacia las 00:36 salió de arribo internacional con ropa y zapatos negros.
Aunque estaba un poco más "rellenito" que la última vez que se lo vio por aquí, su inconfundible bigote lo delató ante la pequeña pero bulliciosa presencia de fanáticos que al grito de ¡olé olé olé, Charly, Charly!, lograron llamar su atención, aunque solo por unos segundos.
Su recorrido fue corto, ya que afuera lo esperaba un vehículo 4x4 con el motor encendido para trasladarlo hacia el Swiss hotel. Una vez que el vehículo se marchó, los jóvenes que acudieron a recibirlo mostraron su satisfacción por esos segundos con su ídolo.
"Valió la pena la espera a pesar de la hora. Yo crecí con su música", expresó Marcelo Paredes, quien a sus 45 años tuvo la oportunidad de, al menos, mirar de cerca a su ídolo.
El controversial rockero argentino arribó a Quito para ofrecer esta noche, desde las 20:00, un concierto en el coliseo Rumiñahui como parte de la gira El regreso del más grande, que empezó en septiembre pasado en Perú, tras 15 meses de rehabilitación por su adicción a las drogas y alcohol.
Juan Carlos Castillo, promotor del espectáculo, manifestó: “El Charly que llegó es uno muy distinto al anterior que visitó Ecuador, hace casi siete años”.
“Antes él pedía whisky. Ahora sus requerimientos han cambiado. Charly pide leche, miel y frutas. Quizás a eso se deban los cachetes rosados que actualmente luce”, comentó Castillo.
Claudio Durán, músico argentino que reside en el país desde hace más de dos décadas y actualmente es uno de los gestores de la visita de Charly, afirmó que el reciente ganador del Grammy Latino a la excelencia musical es otra persona. “Ahora es alguien muy ordenado, que se somete a un régimen y una disciplina.
Con eso está garantizado que no se repetirán los incidentes de su última visita en diciembre de 2002. Charly sabe lo que sus ‘fans’ quieren escuchar y es lo que les ofrecerá”, sostuvo Durán. El autor de clásicos como Peperina, Canción de 2x3, Adela en el carrousel, Fanky, Los dinosaurios, y otros, llegó con el tecladista Fabián ‘Von’ Quintiero, el guitarrista Carlos ‘Negro’ García López y la vocalista Hilda Lizarazu, tres de sus incondicionales amigos, quienes están de vuelta en su banda para esta gira.
El resto del grupo llegó un día antes. Desde el jueves pasado, los chilenos Kiuge Hayashida, Héctor Silva y Carlos González están en el Swiss hotel, de Quito.
Ellos vinieron con el equipo técnico, que se encarga de la escenografía.
Las entradas para el concierto de hoy cuestan: 140 dólares (Charly box), 120 (golden box), 100 (vip), 40 (butacas), 30 (preferencia) y 20 dólares (general).
Entre las actividades previstas por Charly y su ‘staff’ constan un ‘meet and greet’ (encuentro íntimo) que debía realizarse ayer desde las 18:30 para ‘fans’.
Castillo anunció que Charly y compañía se trasladarán a Guayaquil, el domingo próximo, a la espera de su concierto en el estadio Alberto Spencer, el próximo jueves, a las 20:00.
Al día siguiente se trasladará a Colombia.
Rafael Veintimilla
Fuentes: El Telégrafo, Hoy
Hacia las 00:36 salió de arribo internacional con ropa y zapatos negros.
Aunque estaba un poco más "rellenito" que la última vez que se lo vio por aquí, su inconfundible bigote lo delató ante la pequeña pero bulliciosa presencia de fanáticos que al grito de ¡olé olé olé, Charly, Charly!, lograron llamar su atención, aunque solo por unos segundos.
Su recorrido fue corto, ya que afuera lo esperaba un vehículo 4x4 con el motor encendido para trasladarlo hacia el Swiss hotel. Una vez que el vehículo se marchó, los jóvenes que acudieron a recibirlo mostraron su satisfacción por esos segundos con su ídolo.
"Valió la pena la espera a pesar de la hora. Yo crecí con su música", expresó Marcelo Paredes, quien a sus 45 años tuvo la oportunidad de, al menos, mirar de cerca a su ídolo.
El controversial rockero argentino arribó a Quito para ofrecer esta noche, desde las 20:00, un concierto en el coliseo Rumiñahui como parte de la gira El regreso del más grande, que empezó en septiembre pasado en Perú, tras 15 meses de rehabilitación por su adicción a las drogas y alcohol.
Juan Carlos Castillo, promotor del espectáculo, manifestó: “El Charly que llegó es uno muy distinto al anterior que visitó Ecuador, hace casi siete años”.
“Antes él pedía whisky. Ahora sus requerimientos han cambiado. Charly pide leche, miel y frutas. Quizás a eso se deban los cachetes rosados que actualmente luce”, comentó Castillo.
Claudio Durán, músico argentino que reside en el país desde hace más de dos décadas y actualmente es uno de los gestores de la visita de Charly, afirmó que el reciente ganador del Grammy Latino a la excelencia musical es otra persona. “Ahora es alguien muy ordenado, que se somete a un régimen y una disciplina.
Con eso está garantizado que no se repetirán los incidentes de su última visita en diciembre de 2002. Charly sabe lo que sus ‘fans’ quieren escuchar y es lo que les ofrecerá”, sostuvo Durán. El autor de clásicos como Peperina, Canción de 2x3, Adela en el carrousel, Fanky, Los dinosaurios, y otros, llegó con el tecladista Fabián ‘Von’ Quintiero, el guitarrista Carlos ‘Negro’ García López y la vocalista Hilda Lizarazu, tres de sus incondicionales amigos, quienes están de vuelta en su banda para esta gira.
El resto del grupo llegó un día antes. Desde el jueves pasado, los chilenos Kiuge Hayashida, Héctor Silva y Carlos González están en el Swiss hotel, de Quito.
Ellos vinieron con el equipo técnico, que se encarga de la escenografía.
Las entradas para el concierto de hoy cuestan: 140 dólares (Charly box), 120 (golden box), 100 (vip), 40 (butacas), 30 (preferencia) y 20 dólares (general).
Entre las actividades previstas por Charly y su ‘staff’ constan un ‘meet and greet’ (encuentro íntimo) que debía realizarse ayer desde las 18:30 para ‘fans’.
Castillo anunció que Charly y compañía se trasladarán a Guayaquil, el domingo próximo, a la espera de su concierto en el estadio Alberto Spencer, el próximo jueves, a las 20:00.
Al día siguiente se trasladará a Colombia.
Rafael Veintimilla
Fuentes: El Telégrafo, Hoy
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